Entrevista a Rogelio Gómez/Coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza
Nora Rodríguez Aceves
A unos días de que el presidente Enrique Peña Nieto relanzara su gobierno con cambios en el gabinete designando a José Antonio Meade como secretario de Desarrollo Social, quien deja la Secretaría de Relaciones Exteriores, la cual será ocupada ahora por Claudia Ruiz Massieu, que deja Turismo a Enrique de la Madrid quien a su vez deja el Banco Nacional de Comercio Exterior, y Rosario Robles, hoy exsecretaria de Desarrollo Social, queda en la Sedatu, entre otros cambios que realizó el primer mandatario mexicano, quien afirmó que “al llegar a este momento de la administración, he decidido hacer cambios en mi equipo de gobierno para hacer frente a las nuevas circunstancias y desafíos que tenemos como país”.
Y en el marco de la presentación del Tercer Informe de Gobierno del Ejecutivo federal, el coordinador de la iniciativa de la sociedad civil organizada Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, que busca impulsar acciones efectivas frente a la pobreza y la desigualdad, los cambios que hizo el presidente el pasado 27 de agosto, en general, son básicamente de personas, aunque espera que haya cambios de rumbo porque evidentemente los resultados no son los adecuados, y en ese sentido el nombramiento de José Antonio Meade como nuevo titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) “puede ser una buena señal porque puede poner orden y sustento a las políticas de la Secretaría, puede tener una visión mucho más avanzada, con mejor conocimiento de las experiencias internacionales, con más visión técnica, y eso puede ser muy buena noticia porque ciertamente no basta la intención o las declaraciones políticas para enfrentar los problemas de la pobreza y la desigualdad de nuestro país”.
Dado que el cambio en Sedesol se dio a unos días de que Peña Nieto presentara su Tercer Informe de Gobierno, Rogelio Gómez comparte con Siempre! su evaluación sobre estos tres años de gestión de la hoy exsecretaria, Rosario Robles, al frente de los principales programas sociales —Prospera y la Cruzada Contra el Hambre—. “A nivel del principal programa de la Secretaría de Desarrollo Social, que el Prospera, lo que era antes Progresa, hay una continuidad que es positiva, también hay anuncios de nuevos componentes y de nuevas acciones que son muy positivos, como las becas de educación superior, la conexión de los jóvenes con el Sistema Nacional de Empleo y esta prioridad de acercar programas productivos a la población, aunque sobre este último punto aún no hay información y parece que no hay un alcance importante, parece que son experiencias más bien muy limitadas, pequeñas, y eso entonces todavía está pendiente, pero justamente sería un camino muy positivo”.
Acciones obsoletas
En cuanto a la Cruzada Contra el Hambre, la evaluación que ha dado a conocer Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) es muy elocuente; para mí, el dato más llamativo, aunque ciertamente hay otros datos, es que no hay impacto en la reducción de la carencia alimentaria en la población atendida, aunque sí hay otros impactos, hay una mejora en la carencia de la salud o en algunas otras carencias de la vivienda, pero no en lo que sería el foco central hasta por el nombre de la cruzada, y eso es muy grave y espero que se pueda leer bien el resultado y se pueda comprender bien que las acciones tomadas —que parecen más del siglo XIX que del siglo XXI— difícilmente tendrán resultados.
En cuanto a la pobreza, según la Medición de la Pobreza en México en 2014 realizada por el Coneval, el número total de mexicanos en condiciones de pobreza aumentó en 2 millones de personas, lo que “muestra que no se puede sólo con políticas sociales, que se requieren acciones económicas; y ahí ciertamente no es una responsabilidad sólo de la Secretaria de Desarrollo Social, hay una responsabilidad mucho más importante, la Secretaría de Economía, la Secretaria de Hacienda, muy en especial de la Secretaría de Agricultura, porque una parte central de la pobreza se concentra en las zonas rurales, y las evaluaciones de Coneval lo que muestran es que los programas de la Sagarpa, los programas de agricultura, son los que menos llegan a población en pobreza y los que más se canalizan hacia los sectores de mayores recursos e ingresos, lo cual es bastante absurdo, la Sagarpa es como Hood Robin”.
De acuerdo con el excoordinador nacional del Programa Oportunidades, “el factor central de crecimiento de la pobreza es la reducción del poder adquisitivo de los ingresos, por eso las medidas tienen que ser económicas, es decir, no se puede combatir la pobreza sólo con políticas sociales; se requieren políticas económicas y por eso hay una responsabilidad importante de las secretarías que mencioné —de Hacienda, de Economía, de Agricultura—, que tendrían una función muy importante, lo que pasa es que en México se ha confundido la estrategia de combate a la pobreza con las políticas sociales y eso es una confusión muy grave porque impide tener resultados.
Las políticas económicas son importantes
Coneval lo ha dicho muy claramente hay que entrarle a las políticas económicas, pero mientras las políticas económicas no asuman que tienen una responsabilidad frente a la desigualdad estamos en un problema. Eso es algo que puede avanzar el secretario Meade porque conoce la Secretaría de Hacienda, estuvo a su cargo un periodo importante en el gobierno anterior y evidentemente sabe que ahí hay una función de cara a la pobreza y a la desigualdad en relación con políticas económicas, no sólo con el presupuesto que se asigna a las políticas sociales.
Rogelio Gómez Hermosillo ha sido coordinador nacional de Alianza Cívica, en mayo de 2007; coordinador nacional del Programa Oportunidades, entre 2001 y 2006; consultor internacional de 2007 a la fecha, asesorando países de América Latina y el Caribe y otras regiones como Oriente Medio, el Sudeste Asiático y el Sur de África, por lo que ha podido comprender y valorar mejor las fortalezas y debilidades de las instituciones y programas sociales de México, así como la importancia de la Ley de Transparencia y sus implicaciones para fortalecer el Estado de derecho y enfrentar la corrupción. También es especialista en política social y gestión de programas sociales.
Con toda esta experiencia que ha acumulado a lo largo de su carrera profesional Gómez Hermosillo afirma que entiende “muy bien una cosa que ya habíamos dicho, pero es mucho más claro ahora con la experiencia internacional: que frente a la pobreza se requieren acciones de política económica y no sólo de política social, los países que avanzan en reducciones significativas y consistentes de pobreza es porque toman ambas medidas”.
Por eso, desde su punto de vista, entre los grandes retos que tiene Sedesol está “revisar la estrategia a fondo, hay que tomarle la palabra a lo que está diciendo el presidente de corregir lo que no está funcionando para la segunda mitad de su sexenio, y de una vez por todas entender que no es con cruzadas contra el hambre como vamos a enfrentar la pobreza, sino con la generación de ingresos y una política integrada mucho más amplia, de mucho mayor calado que no sólo es para 7 millones de personas sino que tiene que llegar a los 63.8 millones de personas que no tienen ingresos suficientes para adquirir los satisfactorios básicos o que si se quiere priorizar a la pobreza extrema por lo pronto hay que llegar a los 23.6 millones de personas que no tienen ingreso suficiente para comprar la canasta de alimentos; o sea hay que empezar a entender de qué tamaño es el problema y actuar frente a él porque se tienen las herramientas, tan sólo el Prospera apoya a casi 30 millones de personas, por eso es absurdo reducir todos los esfuerzos a 7 millones en los que no se ha tenido impacto. Es que por todos lados las señales están claras, por todos lados están los focos rojos; si se les quiere leer, la cruzada no está funcionado, hay que tomar una decisión de política mucho más a fondo, mucho más integral y mucho más seria con más sustento, y con eso se enfrentaría el hambre; no estoy diciendo que no se haga, pero que se haga bien”.
Por eso desde la sociedad civil, “estamos exigiendo desde la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza que se cambie el rumbo, que se tomen decisiones de cambio para empezar a tener resultados frente a la pobreza y la desigualdad”, porque México tiene que llegar a buen puerto, todos queremos que a México le vaya bien y el gobierno tiene que hacer su parte, “una política seria que esté sentada en políticas económicas para mejorar el ingreso y políticas sociales para garantizar derechos. Eso sería como la síntesis de lo que hay que hacer y que está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo, nada más que hay que hacerlo”.
De igual forma el consultor internacional destaca un gran problema que tiene México: “tenemos programitis aguda; el Coneval ha hecho un inventario de casi 5 mil 906, creo, programas y acciones sociales de los tres órdenes de gobierno, es decir, cada político inventa programas, y básicamente muchos tienen una visión paternalista por un lado y, por otro, un sesgo electoral, un sesgo clientelar; eso por supuesto consume muchos recursos que en realidad se deberían usar para garantizar derechos sociales; y la Secretaría de Desarrollo Social puede poner orden ahí, por ejemplo, con un padrón único de beneficiarios que sea la puerta de acceso a cualquier apoyo, esto es, que con un registro de población se asignen los apoyos y ya no de manera clientelar y discrecional, nada más con eso”.
Aunque deja claro que con esto no se soluciona todo el problema, aunque sí “habría un gran cambio, se usarían mucho mejor los recursos, no soluciona todo; se requieren también políticas económicas”.