Carmen Galindo
Una pareja muy atractiva formaban Eraclio Zepeda y Elba Macías. Lo eran por la razón más bien frívola, pero inapelable de que los dos eran guapos. Él, ya se sabe, participó como actor en dos filmes memorables México Insurgente, de Paul Leduc, y en Campanas rojas; de Serguei Bondarchuk; la primera basada en la obra homónima de John Reed, la segunda, en la biografía del periodista norteamericano. En ambas, Eraclio interpretaba a Pancho Villa, ya que le daba un aire de familia, por más que Eraclio era chiapaneco y mejor parecido que el héroe legendario.
Los reconocimientos se le acumulan. Menciono algunos: el Premio Chiapas, el Villaurrutia, aunque notoriamente tardío el Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura, algún otro por sus cuentos para niños, miembro de la Academia de la Lengua. A lo que hay que sumar la Medalla Conmemorativa del Instituto Nacional Indigenista y la Belisario Domínguez. Entre los puestos notables, diputado del PRD, Director de Radio UNAM, y Embajador de México ante la Unesco.
La espiga amotinada
De modo muy similar a como el grupo Contemporáneos guerreó e impidió ver a los Estridentistas, el que en algún lugar leí llaman el Cuadrilátero de los sesentas, integrado por Pacheco, Zaid, Montes de Oca y Aridjis, hizo a un lado a los de la Espiga amotinada. Esos pleitos literarios, no me cabe duda, tienen siempre un motivo ideológico.
La antología La espiga amotinada estaba formada por cinco poetas: Juan Bañuelos, Óscar Oliva, Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley y, por supuesto, Eraclio Zepeda. No estoy muy segura, pero todos ellos, o la mayoría, formaron parte de la Liga Leninista Espartaco, el grupo político que encabezaba José Revueltas. Naturalmente, pues se trataba de crear un partido político, los espartaquistas eran más, recuerdo entre ellos otros nombres, el de Andrea, la hija de Revueltas, y el de otros dos poetas: Enrique González Rojo, el más radical, y el de Enrique Lizalde, quien habría de sumarse a las huestes de Octavio Paz y pasarse a las filas del anticomunismo. Es obvio que los de la Espiga amotinada no sólo mantenían una estética diferente, sino profundas diferencias ideológicas. Sin embargo, por lo que lo menciono aquí es que apenas alguien echa un vistazo a esta antología, y a la siguiente, que se tituló Ocupación de la palabra, y observa que se trata de una poesía completamente diferente, otros temas (Elegía a Rubén Jaramillo, por decir lo más obvio), pero sobre todo otra estética, otra forma de concebir la poesía. Al leerlos, me hizo falta, mucha falta, un estudio riguroso que valore a estos grandes poetas y no por razones ideológicas, que no niego existan, sino porque de algún modo tuve la sensación de que esta poesía se encaminaba por rumbos innovadores, distintos por completo; de modo paradójico, más que enraizar en la tradición, esta poesía abre brecha, se aventura.
Los poetas de Chiapas
Si, por un lado, a Eraclio se le agrupa con estos poetas, también, y con toda razón, se le reconoce como parte de los escritores de su región, Chiapas. Ahí, unos nombres coinciden, (Juan Bañuelos, Óscar Oliva) y otros se suman, Elva Macías, su compañera, y principalmente, dos celebridades, Jaime Sabines y Rosario Castellanos. A Eraclio se le suele caracterizar como realista latinoamericano, pero sobre todo se le hace descender, con toda razón, de la literatura oral y en particular de la chiapaneca. (Rulfo, se dice, proviene también de la literatura oral, pero la del sur de Jalisco). Soy una de las pocas personas que nunca tuve la suerte de escuchar a Eraclio como cuentero, una tarde tuve el privilegio de escuchar, gracias a Luis Terán, al Chu Castañón contando sobre las aventuras teatrales del padre del propio Chu y del padre de Eraclio, en donde el motivo cómico era que el rubio padre del Chu interpretaba a un indio, y el de Eraclio, al finquero alemán. Como ya dije nunca escuché a Eraclio, pero en sus textos se advierte, a las claras, el origen oral de su literatura. Escuche, usted, esto:
—Resulta que nací con pata de vago. Pie de chucho como dicen por allí. Me gusta andar de arriba pa abajo por todas estas tierras del diablo. Desde chiquito era ya muy dado a pepenar el rumbo; nomás agarraba mi morralito y patas pa qué te quiero.
Patrocinio Tipá conoció tierras. Las cañadas y los valles se le fueron acomodando detrás de los ojos.
Su trayectoria en la izquierda
Ya dije que fue espartaquista, también perteneció al Partido Comunista y conforme la izquierda fue sufriendo avatares Eraclio acompañó el proceso: fue del Partido Obrero Campesino, del Partido Socialista Unificado de México, luego del Partido de la Revolución Democrática y en casi todos los casos, si no es que en todos, fue de la comisión política, vale decir de la dirección. Sí, ya sé que fue Secretario de Gobierno de Chiapas cuando la masacre de Acteal lo que casi acaba con el prestigio del escritor, pero yo creo más en el movimiento general, en la corriente que acompañó, que, por ejemplo, estuvo en la Batalla de Playa Girón en defensa de la Revolución Cubana. Fue corresponsal de prensa en la Unión Soviética y maestro de español en el Instituto de Lenguas Extranjeras en China. Impulsó y dirigió el Festival Internacional de Cultura del Caribe.
Su obra literaria, ya que practicó novela, cuento, teatro y desde luego poesía, tiene un horizonte oral y sobre todo, la audacia del aliento lírico.