Participación ciudadana en procesos electorales
Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque
ninguna simulación puede durar largo tiempo.
Marco Tulio Cicerón
Carlos Alberto Pérez Cuevas
Conocí a Manuel Clouthier Carrillo como diputado federal en la LXI Legislatura, fuimos compañeros de bancada y logramos construir una buena amistad, en tal circunstancia me constan sus luchas y batallas a favor de la participación ciudadana, y doy testimonio de su compromiso con el bien común y el servicio a la patria; llegó al grupo parlamentario del PAN como diputado ciudadano, y al no encontrar eco en muchas de sus demandas decidió trabajar permanentemente en la trinchera ciudadana y desde ahí forjar su regreso a la escena parlamentaria como el primer diputado federal electo sin partido, haciendo uso de la posibilidad de llegar a cargos de elección popular que dio la reforma política aprobada con nuestros votos en esa legislatura.
Por ello no me sorprende que acaba de presentar una iniciativa para proteger los alcances de las candidaturas independientes, ésta se ha vuelto su lucha y en esta mal llamada “ley antibroncos” ha logrado sumar académicos, intelectuales, actores, artistas y ciudadanos que pretenden que en la ley quede perfectamente establecido cómo debe regularse la participación de los ciudadanos en los procesos electorales y así puedan ocupar cargos de elección popular.
Se trata en el fondo de revertir las tramposas reformas que desde los estados los gobernadores están echando atrás o poniendo requisitos por encima de los establecidos por la Constitución nacional.
Pero aquí hay que hacer un análisis profundo. Yo estoy a favor de las candidaturas ciudadanas, independientes como se han denominado en la norma, que más bien debiesen llamarse “candidatos sin partido”, pero más allá de su nomenclatura existen varios temas por analizar.
No todos los que se han postulado como independientes en realidad lo son, el Bronco es un expriista con más de 33 años de militancia, que, una vez que no le dieron la candidatura a gobernador por ese partido, enojado renuncia y se postula de manera “independiente”; hay que observar sobre la marcha cómo se comportarán. En Nuevo León muchos de los cargos del nuevo gobierno independiente serán ocupados por destacados líderes de diversos partidos políticos que hoy presumen independencia.
Es preocupante que se abuse de esta figura de participación ciudadana, ya hemos visto muchos anuncios de personajes que en el futuro están vislumbrando postularse a cargos de elección mediante este mecanismo. Personajes mal vistos y con trayectorias oscuras, tramposas y corruptas podrían quedar redimidos de esa carga bajo la nueva aureola de la independencia, que los presentaría como impolutos: gobernadores que ya hacen uso de esa figura y mandan alfiles independientes, con lo que prostituyen esta vía ciudadana de acceso al poder. Hay que tener cuidado porque en las próximas elecciones tendremos muchos lobos con piel de oveja.
@perezcuevasmx
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