Ricardo Muñoz Munguía

 

A la memoria de los que fallecieron en el sismo de Chile, el pasado miércoles 16 de septiembre de 2015.

A escasos tres días de cumplirse tres décadas de temblor del 85, en la Ciudad de México, nos enteramos de un fuerte sismo en Chile de 8.4 grados en la escala de Richter, que sucedió la noche del miércoles 16 de septiembre pasado; primero un terremoto, y después un maremoto, golpearon fuertemente el puerto de Coquimbo, la zona con mayor daño en el país chileno.

La noticia nos hace pensar en una imagen, que los sismos son una presencia que tiene levantada la mano sobre nosotros. Si bien es cierto que no se pueden predecir los temblores, sí existe la seguridad de que vendrán y seguramente no tenemos todo preparado para enfrentarlos. Por lo menos, lo que es muy importante, es conocerlos, saber de qué se tratan. Muchas preguntas nos deben inquietar, algunas de ellas las encuadra directamente el científico Víctor Manuel Cruz Atienza: “¿Puede ocurrir en México otro terremoto tan grande como el de 1985? ¿Cuál ha sido el terremoto más devastador de la historia? ¿Los sismos pueden provocar erupciones volcánicas o modificar la duración de los días? ¿El alineamiento de los planetas puede provocar sismos? ¿Qué debemos hacer para que no nos pase nada? ¿Cómo estudian los sismólogos el movimiento de la Tierra? ¿Qué son los tsunamis? ¿Por qué tiembla?”. Y con plena sencillez nos vamos acercando a las respuestas y panoramas que describe el doctor en Sismología por la Universidad de Niza Sophia, Francia, en su volumen Los sismos. Una amenaza cotidiana.

De este libro dimos cuenta y hoy, como el temblor en Chile, nos viene a recordar qué es un sismo, qué es el peso de cada aumento en la escala de Richter, ver cómo está construida la Tierra para entender esa frontera entre la astenosfera y la litosfera (en una gráfica se ve el círculo por dentro: al centro el núcleo interno, luego el núcleo externo, después la astenosfera, le sigue la litosfera para que en penúltimo lugar esté el manto, ya muy delgado, y finalmente la corteza que es tan delgada en la gráfica como un cascarón) del planeta que es donde se ubican las rocas blandas con las duras y donde llega a estirarse ésta última hasta romperse como una liga y liberar toda la energía, ésa que nos llega en ondas a una velocidad diez veces más rápida que un avión comercial. A estas ondas sísmicas son distintas conforme sea el tipo de suelo, y para nuestra preocupación, como ejemplo, la Ciudad de México, la que gran parte de ella se encuentra en una gran cuenca sedimentaria (sedimentos de volcanes y montañas que llegaron durante miles de años) y de un elevado contenido de humedad.

Las placas tectónicas mayores que están en México son las de Norteamérica y la del Pacífico pero en sí son cinco las que interactúan en el país; las otras tres son la de Cocos, la de Rivera y la del Caribe. Todas éstas vienen desde el Norte de América y pasan por México frente a las costas de Baja California, Sinaloa, Guadalajara, Guerrero, Oaxaca y atravesar Quintana Roo.

Víctor Manuel Cruz Atienza nos habla de la formación de las placas tectónicas, dónde están las fallas geológicas, los tsunamis… Aborda “Los grandes sismos de la historia”, nos lleva por un recorrido por los temblores más significativos en cuanto a daños que se han dado a lo largo del planeta y del tiempo; y precisamente menciona el temblor más fuerte, que fue de 9.5, en Chile y, entre otros, por supuesto, el de 1985 en la Ciudad de México. El tercero, ¿Por qué y cómo se estudian los sismos?, apunta hacia una breve historia de la sismología, la observación del fenómeno, la tecnología y los descubrimientos más recientes. Los terremotos, una amenaza natural, también es muy importante porque señala el peligro, la vulnerabilidad, el riesgo, cómo medir el peligro, daños esperados en la próxima ocasión… Por igual aborda la Prevención de un desastre, deja muy claro sobre todo lo que se debe hacer para que al llegar un próximo evento se pueda enfrentar con mejor conocimiento. Finalmente se centra en Las preguntas, las verdades y los mitos de los sismos, habrá de reconocer algunas versiones que seguramente la mayoría ya hemos escuchado.