MÉXICO EN EL MUNDO
La credencialización y el voto electrónico en el exterior de frente a las elecciones de 2018.
Senador Juan Carlos Romero Hicks
Fue en mayo del 2014 cuando en el pleno del Senado de la República se aprobó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE). Ésta atendió grandes pendientes respecto al voto de los mexicanos en el exterior, derecho que había sido ya ejercible en las elecciones de 2006 y 2012, pero en condiciones sumamente adversas. De frente a las elecciones de 2018 y con nuevos derechos habilitados, los retos son grandes y hay que asumirlos.
De acuerdo al Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) actualmente se tiene un registro de 11 millones 913 mil 989 mexicanos que viven fuera de México, de los cuales el 97.79% por ciento radica en los Estados Unidos de América
Para los que hemos encabezado gobiernos locales de estados migrantes, sabemos que una de las prioridades de las comunidades en el exterior se resume en una simple expresión: “Voz, Voto y Foto”. Voz, porque quieren ser escuchados; foto, porque quieren ser credencializados y no existían las condiciones legales para hacerlo; y voto, porque el proceso complejo y tiempos dilatados para hacerlo inhibía su participación.
De entre los avances en esta materia que fueron incorporados a la LEGIPE destacamos tres. Primero, se habilitó la posibilidad de credencialización en el extranjero, derecho que no sólo facilita el ejercicio del voto, sino habilita la obtención de un documento de identidad válido para los mexicanos mayores de edad. Segundo, no solamente podrá efectuarse el voto postal, se permitirá el voto presencial en embajadas y consulados y se abre la posibilidad del voto electrónico, dejando la última palabra para su aplicación a la autoridad electoral. Tercero, los mexicanos en el exterior podrán votar no sólo por Presidente de la República, sino por senadores, y en caso de que así lo permitan las legislaciones locales, por gobernadores.
La ley no cambia la realidad, éstas reformas implican un enorme desafío para su implementación por el tamaño del reto, la dispersión territorial y el número de actores involucrados; los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) en su caso, el Instituto Nacional Electoral y la Secretaría de Relaciones Exteriores serán quienes deberán adoptar compromisos concretos para que el proceso electoral del 2018 en el exterior verdaderamente dé pie a la participación de los millones de mexicanos interesados por fortalecer la democracia en nuestro país.
Por nuestra parte, en una revisión más exhaustiva se advirtió que había dos detalles que necesitaban ser corregidos: que el padrón esté permanentemente actualizado y que existan las condiciones legales para que los Organismos Públicos Locales Electorales puedan tender puentes concretos de comunicación y acuerdos con el Instituto Nacional Electoral y la Secretaría de Relaciones Exteriores y así hacer efectivo el voto de elecciones locales. Esta propuesta de modificación es apremiante, toda vez que un mayor número de entidades ha transformado sus legislaciones para garantizar el derecho de sus ciudadanos a votar por gobernadores en el extranjero.
La consolidación de la democracia en México requiere de todos los mexicanos. Cobran un papel especial los que han salido de la frontera y pueden aportar nuevos valores cívicos para revitalizar las instituciones mexicanas; la residencia no puede ser un obstáculo para fortalecer los vínculos con nuestro país, debemos cubrir nuestra deuda con los que se fueron y dar un cauce para colaborar con los que se quedan.
Desde el Senado seguiremos trabajando por construir los puentes, derribar los muros y ampliar los caminos para que todos los mexicanos puedan y hagan su parte en la construcción del país que merecemos todos.
Secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte
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