El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó a la baja su pronóstico de crecimiento para México de 2.4 por ciento a 2.3 por ciento para el presente año, para 2018 la estimación se redujo de 3 a 2.8 por ciento.
Prevé un menor dinamismo para 2016, resultado de un ajuste en las previsiones de expansión para la economía mundial.
El organismo estima que en este año habrá una desaceleración en la economía global con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), real global de 3.1 por ciento, inferior al 3.4 por ciento alcanzado en 2014 acelerándose parcialmente a una tasa de 3.6 por ciento para el 2016.
El recienten ajuste se trata del segundo en lo que va del año sobre las expectativas de crecimiento global; en junio el organismo dijo que el PIB real mundial crecería este año 3.3 por ciento, luego de que en abril identificaba un repunte en 2015 de 3.5 por ciento.
La tendencia a la baja en los precios de las materias primas, que se ha acelerado recientemente está teniendo efectos más dramáticos de los exportadores de materias primas emergentes y en desarrollo. Para este grupo, el organismo internacional proyecta un incremento del PIB en 4.0 por ciento desde el 4.6 por ciento mostrado un año atrás.
Esta tasa de crecimiento es mucho menor que lo que vimos en la recuperación de la crisis global y representa el quinto año consecutivo de caída del crecimiento del PIB de las economías emergentes y en desarrollo, por lo que para 2016 anticipa un rebote a 4.5 por ciento de crecimiento en mercados emergentes y una mayor recuperación en los siguientes años.
La depreciación del tipo de cambio ha generalmente sido un impulsor útil para países experimentando crecientes desaceleraciones pero podría causar efectos adversos en la hoja de balance en donde hay endeudamiento en moneda extranjera.
