Crónica del video mudo
Félix Fuentes
La mentira ominosa y el disimulo de los martillazos escuchados en la celda número 20, durante al menos una semana anterior a la fuga de el Chapo, estuvieron a cargo del entonces comisionado de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido.
Quienes revisen la conferencia de prensa que Rubido ofreció a las 8:29, el 12 de julio pasado, casi 12 horas después de la evasión, leerán que el Chapo se fue solo, en una “jornada normal”. Falso. Una voz ordenó: “¡Vamos!”
Dispuso Rubido de mucho tiempo para analizar el video ¡con sonido! y comprobar que el Chapo Guzmán salió de su celda a las 17:30 de aquel 11 de julio, a encontrarse con su abogado, en algún lugar del Altiplano, y afinar detalles de la escapatoria.
Guzmán volvió a las 19 horas. Es decir, la celda 20 estuvo vacía durante 90 minutos, tiempo en que los martillazos y el ruido de una perforadora son escuchados cuatro veces en el video. Esto no importó a nadie del penal ni de la Coordinación Nacional de Seguridad Pública.
En ese lapso debió ser botado hacia arriba el bloque de concreto de 50 por 50 centímetros y quedó abierto el hueco por donde el sinaloense se deslizó, a las 20.52, rumbo al túnel de casi kilómetro y medio de longitud.
Según Rubido, “al notar la ausencia (del Chapo) fue activada la alarma”, pero no precisó la hora. En entrevista posterior, concedida a Adela Micha, dijo que el código rojo funcionó 18 minutos después de la fuga.
El examen del video revela que hasta las 21.27 llegaron dos guardias a dicha celda y sin apuros vieron el agujero bajo la regadera del baño. Ya habían transcurrido 25 minutos de la evasión. Y 15 minutos después ingresaron “personas poderosas” a dar la alarma.
Para entonces, el Chapo iba a bordo de una camioneta rumbo a Querétaro, de donde fue llevado en una avioneta a Sinaloa.
Es claro. Rubido ofreció a la prensa un video mudo. No mencionó los martillazos escuchados en el mismo ni los gritos de protesta de numerosos reos como la Tuta. Tampoco aludió el encuentro del Chapo con su abogado, ni el retardo para activar las alarmas.
Rubido fue dado de baja el 27 de agosto pasado, pese a su conmovedora afirmación de que le temblaron las manos cuando recibió la noticia, “no por mí, por mi país”.
Salió el mentiroso funcionario entre varios cambios del gabinete presidencial, como los de Educación, Relaciones Exteriores, Agricultura, Sedesol y Sedatu. Sucedió ese despido sin el ruido de los martillazos.
Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Gobernación, dijo estar dispuesto al diálogo (¿…?) con la comisión bicameral de seguridad nacional sobre el tema de la fuga.
Adelantó que entregó a la PGR los videos del monitoreo y reiteró su “compromiso con la transparencia entre poderes que permita esclarecer plenamente los hechos”. ¿Y hablaría de los diez meses que duró la construcción del túnel y de los cómplices de la evasión?
La procuradora de la república, Arely Gómez, se ufana de la probidad y actuación apegada a derecho para buscar a los culpables de la fuga. ¿Ignora quiénes son? ¿Ignora por qué no fue extraditado el Chapo a Estados Unidos? A la procuradora le molesta la filtración del video a Loret de Mola, transmitido en Televisa, donde trabaja el hermano de ella.
El nuevo coordinador de Seguridad, Renato Sales, afirmó: “Aquí lo que hay que dejar bien claro es que ni ocultamos ni mentimos… actuamos con transparencia”.
Don Renato es funcionario de prestigio. No debiera caer en la palabrería resonante.
Ya se cruzan apuestas de que el Chapo no aparecerá con vida, debido a cuanto sabe.
