Nos vemos en la meta
Yazmín Alessandrini
El priismo y los priistas de todo México ven la llegada del sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera y la mexiquense Carolina Monroy del Mazo a la parte más alta del organigrama tricolor como una excelente oportunidad para que el PRI repita para 2018, en las urnas, el triunfo electoral que llevó a Enrique Peña Nieto a Los Pinos, y que significó ponerle fin a una docena de años en los que el PAN deslpilfarró y dilapidó el poder político y presidencial en el país.
Sin embargo, atisbando en lo sucedido el lunes pasado en la sede nacional del PRI, con la presentación de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, hay que destacar que muy inteligentemente Beltrones Rivera se decantó por políticos, en una primera instancia, afines e identificados con él y, en segundo lugar, por hombres sumamente vinculados con el presidente Enrique Peña Nieto, lo que le permitirá un margen de maniobra sólido y balanceado de cara a los comicios que se registrarán en 13 entidades el año próximo y, por supuesto, con la elección presidencial de 2018.
Este fortalecimiento de la estructura organizativa del PRI nacional, que incluso contempla la creación de nuevas carteras, refiere a un tricolor que en el futuro inmediato apostará por la cohesión y la eficacia, factores que deberán fortalecer el partido en su intención de superar los retos que indudablemente habrá de presentarles la intensa competencia electoral que habrán de enfrentar cuando el año que entra 12 estados cambien a su gobernador, y tambien en 2018, cuando se registre un escenario inédito en lo que respecta a la cantidad de aspirantes presidenciales.
Así las cosas, nombres como los de Manuel Añorve Baños, Marco Antonio Bernal, Beatriz Pagés, Arturo Zamora Jiménez, Willy Ochoa Gallegos, Maricela Velázquez, Canek Vázquez y Alejandro Gutiérrez, entre otros, serán escuchados cada vez con más frecuencia a partir de ya porque su trabajo y su acción tendrán que ir impregnados de su talento y experiencia para que los resultados en el corto plazo les favorezcan y no sólo en las urnas, sino también con sus simpatizantes y militantes.
En lo particular se antoja muy interesante ver lo que realizarán desde su respectiva trinchera los señores Jesús Anaya y María Fernanda Salazar, a quienes les corresponderá encabezar y coordinar las áreas de Comunicación Institucional y de Estrategias Digitales. La primera porque es de peculiar sensibilidad y la segunda porque por ser de nueva creación y de un peso coyuntural evidente requerirá de entregar resultados favorables inmediatos.
Obviamente desde la oposición, los analistas y los detractores surgirán voces de crítica y desacuerdo, pero al final del día, cuando se trata de asuntos concernientes a la vida interna de un partido político, lo más seguro es que los responsables de tomar las decisiones (en este caso Beltrones Rivera), de quitar y poner, de palomear o de tachar, van a acabar como el cohetero; pero, también es válido que el cohetero les diga a todos, “nos vemos en la metal final y ahí hablamos”.
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