Entrevista a Manuel Gil Antón | Profesor e investigador de El Colmex
Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública, supone, y ése es el discurso oficial, que si se evalúa a los profesores, éstos serán buenos y en consecuencia generarán mejor educación, y que la reforma es un éxito porque muchos miles sí van a los exámenes, sólo 291 no lo hicieron, aunque no se sabe si por causa justificada o no; él dice: la mayoría están de acuerdo con la reforma porque van a la evaluación. ¡Falso!, los profesores están yendo a las evaluaciones porque si no pierden su trabajo, sin embargo, están profundamente descontentos con el tipo de evaluación que les aplican, ya que no es eficaz nea para considerar quién es idóneo o quién no lo es para generar aprendizaje.
Al suponer que “el termómetro —que eso es la evaluación— genera calidad, lo que tenemos es una reforma que carece de modelo educativo; y lo que sí tenemos es una reorganización del pacto corporativo priista con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y es cada vez más oprobioso que el señor Nuño diga que el gran aliado de la reforma educativa es Juan Díaz, secretario general del SNTE, que fue quien le firmaba los cheques a la convicta Elba Esther Gordillo, estamos en un mundo terrible”, afirma Manuel Gil Antón, profesor investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México (Colmex).
Asimismo, señala que quien dirige la educación en nuestro país en estos momentos es “un jovencito que no conoce más que las escuelas, cada lunes estoy publicando en mi página de Facebook la foto del señor Nuño en una escuela, leyendo un cuento a los estudiantes o caminando por el patio en escuelas limpísimas, etc., haciendo uno de los peores populismos que he visto en mi vida y ellos están diciendo !cuidado con el populismo! Bueno, si quieren tener cuidado con el populismo que se cuiden a sí mismos”.
Por eso, reitera que esta reforma educativa no es tal, aunque sí tiene “mucho impacto en la educación, pero para mal, y el impacto para mal es doble, uno es que no nos asegura que mejore la calidad; y el segundo —que luego no vemos— es cuando vamos a juntar otra vez la energía social para realizar una reforma educativa si ésta vuelve a quedarse como es lo más probable, en algo muy simple, que parezca que cambia todo para que no cambie nada”.
Manuel Gil Antón es doctor en Ciencias, con especialidad en Metodología y Teoría de la Ciencia, por el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav). Maestro en Ciencias Sociales, con especialidad en Sociología, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede en México, y licenciado en Filosofía por la Universidad Iberoamericana.
No podemos estar peor
El también experto en Sociología de la Educación, Actores, Procesos y Estructuras en la Educación Superior, comenta a Siempre! el rezago escolar que tiene México, uno de los mayores problemas del sistema educativo, que de acuerdo con “los resultados que arrojan tanto la cobertura de la educación como los resultados del aprendizaje no podemos estar peor. En este momento por los resultados del Censo más reciente sabemos que hay 6 millones de compatriotas mayores de 15 años analfabetas, de 15 a 64 años tenemos 73 millones, es decir, casi el 10% de ese sector es analfabeta; adicionalmente 10 millones no terminaron la primaria, cuando por su edad ésta era obligatoria, la secundaria aún no era obligatoria”.
De igual forma, “16 millones más no terminaron la secundaria cuando ya la secundaria era obligatoria, y ya no se diga cuando el bachillerato sea obligatorio, es verdaderamente terrible, esto suma a 32 millones de personas que equivale al 43% de la población de 15 a 64 años que no tuvieron el acceso al derecho constitucional a la educación; es una verdadera tragedia porque significa que el Estado no ha sido capaz de garantizar el carácter obligatorio de estos servicios educativos elementales”.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación cada año un millón de estudiantes, en el rango de edad de 6 a 17 años, abandonan la escuela; “eso significa que empezamos el ciclo escolar con 33 mil salones de 30 alumnos cada uno y al final del ciclo están vacíos, esto alimenta el rezago educativo”.
Por otro lado, dice Gil Antón, “los poquitos que sí terminan los 12 años que incluyen hasta la preparatoria, cuando se les examina en la prepa, no saben leer y escribir de manera suficiente, entonces la educación en México está muy mal porque si no tienes acceso a ella, si te vas de ella o si la escuela te va, es decir, si la prioridad educativa ya no existe y no es accesible en el pueblo, en la demarcación, no hay posibilidad de moverse; pero incluso si te quedas en ella no aprendes, si el 60% no sabe leer y escribir después de 12 años de escuela, quiere decir que tenemos un problema de veras grave”.
De ahí que, “mientras mayor es el rezago, mayores son los índices de pobreza, ya que 5.4 millones de personas analfabetas se encuentran en la indigencia; 10.1 millones sin primaria, en la pobreza extrema; y 16.4 millones sin secundaria, en la pobreza”.
La reforma no es suficiente
Por eso, para Manuel Gil no es suficiente la reforma educativa porque las autoridades sólo están enfocadas a la parte administrativa, de infraestructura, como el convenio de financiamiento para los planteles educativos, llamados certificados de infraestructura educativa nacional (CIEN), así como a la parte que tiene que ver con las nuevas tecnologías, al discurso político; pero no tienen un proyecto educativo para mejorar realmente la educación, pues explica que “desgraciadamente, la reforma mal llamada educativa ha tenido una falla de origen y es que ha responsabilizado de esta problemática exclusivamente a los profesores y, en consecuencia, ha dicho que la solución es evaluarlos, lo cual es absurdo porque nadie se cura a termometrazos. Pero el proceso educativo que conduce a estos resultados por supuesto que incluye la preparación de los profesores, pero también involucra la relación que tienen con los niños, con los programas de estudio, que son verdaderamente pésimos, memorísticos, sin ningún sentido, es un sistema que premia responder, no preguntar; premia la memoria, no el pensamiento; también se relacionan con los materiales educativos, con el contorno de la escuela, que es terrible. O sea, si ya el gobierno se da de gran reformador cuando va a arreglar 30 mil escuelas con estos bonos en la bolsa, imaginemos el desastre: tenemos el 11% de las escuelas sin baño, sin agua, en fin; es una reforma incompleta, sesgada y estigmatizadora del magisterio, orientada al control laboral y administrativo del servicio educativo o escolar, pero que no tiene un modelo educativo de referencia, esta administración no ha propuesto un horizonte educativo para el país”.
Ahora, “están metiendo estos bonos que van a bursatilizar, pero hay una pregunta también, y es: si las escuelas están en tal nivel de desastre, ¿no hay responsables a los que meter a la cárcel porque se robaron el dinero de las escuelas?, ¿no debe Javier Duarte 24 mil millones de pesos a la universidad veracruzana que los ha gastado en quién sabe qué?, ¿con qué dinero Guillermo Padrés construyó la presa?, seguramente con las partidas presupuestales de la educación. Entonces sí se hará la inversión más importante en infraestructura, pero por qué no meten en la cárcel a los que se robaron el dinero de la infraestructura, si dinero siempre ha habido, pues México gasta 27 de cada 100 pesos del gasto programable en educación; es más, me atrevería a decir que el problema en México no es principalmente de dinero para la educación sino de corrupción con el dinero que se destina a la educación; corrupción y mala administración”.
A pregunta expresa de cuál sería el modelo educativo ideal para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, ya que como escribe Giovanni Sartori, el pensamiento es el instrumento para cambiar el mundo, el experto en materia educativa explica que “es muy sencillo, tenemos que liberar las escuelas y a los profesores para que se comprometan a algo muy sencillo: que a los seis años de escuela o a los nueve, cuando terminan secundaria, y a los 12 con toda seguridad todos los niños y niñas mexicanos sepan leer y escribir, comprender un texto, situarse en el mundo a través de la historia y la geografía, comprender un poquito de ciencia y elementos de matemáticas, porque realmente lo que necesitamos es que la escuela nos enseñe a aprender, no que nos replete de contenidos inútiles”.
Aprender a aprender
“Si nosotros aprendemos a aprender, esto es, si somos buenos lectores, si tenemos un razonamiento lógico, podremos aprender durante toda la vida, pero si en la escuela lo que se privilegia es la disciplina, el silencio, el no preguntes, el repite y repite y repite; si los programas de estudio lo que estimulan es la memoria y la repetición y no la reflexión, estamos muy mal, y ese proyecto que yo puedo enunciar como muy simple, es todo un reto”.
Sin embargo, asegura, “en el magisterio sí existe muchísimo talento para desarrollar modelos educativos, ocurre de regiones bien amoladas con muchas dificultades económicas, ocurre también en zonas rurales y en zonas urbanas, tenemos que confiar en el magisterio y no culparlo de todo y, además, luego decirle que le estamos haciendo una evaluación por su propio, bien cuando la evaluación de un proceso tan complejo, como la relación de aprendizaje, se pretende resolver por la vía de exámenes de opción múltiple.
Y ejemplifica, “vamos a un cardiólogo y lo que nos demuestra es que ha pasado un examen de opción múltiple de dónde queda el corazón y la vena aorta y que nos va operar; ¡no!, espéreme, yo quiero ver o que sus colegas que saben vean si en serio el señor sabe operar, si no estoy en manos muy inseguras; entonces por ahí vería un proyecto educativo que además contenga que las escuelas sean un espacio no sólo libre de violencia, sino el espacio de preferencia para respetar al otro con su diversidad, étnica, sexual, de origen social, etcétera”.
En este sentido, Manuel Gil Antón habla de la pérdida de valores, de la deshumanización y del papel que debe tener la sociedad en el tema educativo, pues están sucediendo cosas que son lamentables y que nos hablan de “un proceso de descomposición social, pero qué podemos esperar sinceramente si desde la Presidencia de la República o la Secretaría de Hacienda se adquieren propiedades en las que hay evidentes conflictos de intereses. Qué podemos esperar por ejemplo del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, que le dio posesión al doctor Salvador Jara como subsecretario de Educación Superior, el máximo nivel de la educación en México, cuando este señor, el doctor Jara, en su último acto de gobernador interino de Michoacán otorgó 21 notarías a sus amigos y colaboradores en el más puro estilo priista, corrupto; entonces, si quiere que las plazas de los profesores estén a concurso, que las notarías también lo estén”.
Cuando en una “sociedad la autoridad que convoca a una reforma educativa y al combate a la corrupción es corrupta y nombra a una persona impresentable para dirigir la educación superior en México, estamos en un problema. Por eso cuando hablamos del papel de la sociedad en esta reorganización del proceso educativo, a veces sólo pensamos en que los padres de familia participen en las asambleas de padres de familia y esas cosas, pero también hay que pensar en la sociedad como un instrumento que a través de la acción política exija un cese a la corrupción, a la impunidad y a la desvergüenza. De verdad que este caso del señor Jara es vergonzoso, y este señor Nuño que lo nombra a través de la orden del presidente, ¿tiene calidad moral para dirigir una reforma educativa? Es una pregunta leal, desde la crítica ciudadana y de un académico, entonces claro que la sociedad tiene que participar exigiendo que esto no pase”.
Actos de pasarela
Cabe recordar que “por designación presidencial, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, presentó el pasado 20 de octubre, como subsecretario de Educación Media Superior a Salvador Jara Guerrero”.
El nuevo subsecretario fue rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; director fundador del Consejo Estatal de Ciencias y Tecnología del Estado de Michoacán, y gobernador interino en Michoacán.
Frente a los actos continuos que tiene el secretario Nuño en las escuelas, de la pasarela que realiza en los medios de comunicación concediendo entrevistas, de que se esté viendo por la opinión pública como un posible aspirante a la Presidencia en 2018, más que un ejecutor de la reforma educativa, el profesor del Colegio de México explica que “se está construyendo una especie de Superman que va a salvarnos a todos cuando la solución al problema educativo siempre ha estado en manos de un magisterio que se comprometa con el cambio. Entonces si me preguntas cuál es el destino de esta reforma, te lo diría en una sola palabra, vamos al despeñadero, no al desbarrancadero, sino a Peña… despeñadero, es decir, al presidente ya no le está quedando más remedio que presumir la reforma educativa y la presume porque muchos profesores se van a evaluar como si al irse a evaluar fueran entusiastas de la reforma; ¡no!, están obligados a irse a evaluar so pena de perder su empleo, por lo tanto es una reforma educativa con impacto educativo negativo, y sin proyecto educativo de mejorar las condiciones intelectuales de los mexicanos”.
No obstante, afirma: “la solución no está en el gobierno, está en que nos organicemos nosotros y no los empresarios, porque los empresarios se han organizado para denostar al magisterio… Hay simplemente un dato, ellos están interesados en que mejore la educación, pero en el estado de Veracruz la empresa Kimberly-Clark contamina alegremente todos los días el medio ambiente, son los mismos que eluden impuestos los que están muy preocupados por el gasto educativo, es realmente vergonzoso, y yo no creo que quieran privatizar la educación en el sentido de comprar el sistema educativo público, lo que están haciendo es amoldar a la lógica privada el comportamiento de un servicio público, que es otra forma de privatizar”.