Vecinos exigen una “moratoria urbana”

 

La palabra no es para

encubrir la verdad,

si no para decirla.

José Martí

José Alfonso Suárez del Real y Aguilera

El pasado 14 de octubre, el Gobierno del Distrito Federal publicó en su Gaceta Oficial un acuerdo por el que se pone en marcha el rescate de la Colonia de los Doctores de la delegación Cuauhtémoc, dando con esta publicación un giro semántico al repudiado proyecto de Ciudad Administrativa que, en mayo de este año, convulsionó a los habitantes de esa histórica zona de la capital.

Para llevar a cabo el ambicioso programa, las autoridades capitalinas, —al frente de las cuales se designó a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda— aplicarán un sistema de actuación por cooperación, similar al operado en la colonia Granada de la delegación Miguel Hidalgo: esperpento urbano conocido como Nuevo Polanco que ha demostrado la insensibilidad de los “desarrolladores inmobiliarios” que le apuestan al hacinamiento tipo colmena, esquema arquitectónico inhumano de alta rentabilidad comercial.

El 1 de julio de este año, los vecinos de la Doctores mandataron a sus representantes populares a exigir una “moratoria urbana” ante el riesgo inherente para el capital invertido en el mega-proyecto ciudad administrativa por el revés electoral sufrido en las urnas y por la breve oportunidad que representaba para ellos iniciar sus obras aprovechando la turbia transición administrativa que se presagiaba.

Por ello, junto a la diputada federal Alicia Barrientos, signamos la reivindicación ciudadana y hemos dado puntual seguimiento a toda acción que ponga en riesgo el arraigo vecinal de nuestros representados, exigiendo a la autoridad respetar sus derechos a ser informados acuciosamente sobre cualquier acción en política de desarrollo urbano, y a ser consultados previo al inicio de cualquier acción que pretenda transformar su vida, sus bienes y su entorno.

Esperemos que el fallido proceso del Corredor Chapultepec esté presente en el ánimo de la autoridad capitalina, y que en aras de asumir como propios los legítimos intereses de una dinámica y combativa comunidad —como lo es la conformada por los vecinos de la Doctores—­, el gobierno capitalino privilegie acciones que acrediten su compromiso de defender el arraigo vecinal a través de la ejecución de programas de atención a las viviendas en alto riesgo, de rehabilitación y mantenimiento de las unidades habitacionales construidas a raíz de los sismos, y defina junto con los vecinos un plan de manejo de los importantes hitos históricos y culturales con los que cuenta esta colonia, fundada el 12 de febrero de 1889.

Negarse a consensuar con los vecinos el rescate de “su” colonia, es apostarle nuevamente al fracaso de un proyecto que si se finca en el principio legado por Morelos de “moderar la opulencia y la indigencia” tendrá muchas mayores posibilidades de concretarse.

En ese mismo tenor, el Gobierno del Distrito Federal debe tener presente la máxima de Martí, pues las palabras no deben ser usadas para encubrir la verdad, sino para todo lo contrario.