Entrevista a Oscar Prospéro | Investigador de la Facultad de Medicina-UNAM
Nora Rodríguez Aceves
Abierto el debate para la legalización de la mariguana aún no se han escuchado las voces de los científicos, de los médicos, de los psiquiatras, de quienes pueden argumentar con estudios, con experimentos, con investigaciones, cuál es el verdadero impacto que causa su consumo en la salud del individuo.
Quizás algunos grupos de la sociedad civil crean que es una droga inofensiva, menos agresiva que otras, pero lo cierto es que puede causar daños en el cerebro a nivel neurológico. Puede afectar la manera de aprender, de pensar y de recordar.
Luego de darse a conocer que la Suprema Corte de Justicia de la Nación aplazó una semana la discusión sobre si debe ser autorizado el cultivo y producción de la mariguana, exclusivamente para el autoconsumo con fines recreativos.
Oscar Prospéro García, investigador del Grupo Marihuana y Salud de la Academia Nacional de Medicina, del Grupo Médico de Especialidades, del Grupo de Neurociencias, Laboratorio de Canabinoides del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, expone a Siempre! sus argumentos desde el punto de vista médico-científico para que su posición sea en contra de que el Poder Judicial se pronuncie a favor de que un grupo de ciudadanos pueda producir y consumir cannabis.
No son delincuentes
Antes de que inicie su argumentación, deja precisa y deja claro que “ningún usuario de ninguna sustancia de abuso es un delincuente. La medicina los tiene que rescatar porque son enfermos, necesitan tratamiento, no estoy hablando de los experimentalistas que la trataron una, cuatro o cinco veces y ya sino de aquellas personas que tienen una dependencia y si como enfermos, puesto que todo es ilegal, tienen que ir a sitios oscuros a conseguirla no los hace delincuentes los hace enfermos que están sufriendo las consecuencias de su enfermedad”.
Por lo tanto, “el primer punto es que todos los que están desarrollando una enfermedad de dependencia a sustancias son enfermos y requieren de tratamiento médico no requieren de que les apliquen la ley”.
En este sentido, el doctor Prospéro admite que los términos legalizar, descriminalizar, la parte de la ley, de la justicia, la desconoce porque no es su área y lo tiene que admitir para darle credibilidad a lo que sí sabe y conoce desde el punto de vista médico.
Dicho esto explica que si legalización es permitir que la mariguana se utilice con el mismo control que el alcohol y el tabaco, está mal porque es meterle una droga adicional a lo que ya vimos que ha fracaso en el control del alcohol y el tabaco, sobre todo para que lo usen los adolescentes, que según resultados de estudios realizados han demostrado que en los adolescentes la mariguana produce un deterioro en el coeficiente intelectual, nuestro mayor y más importante activo, afectado por una sustancia.
Si de alguna manera la ley garantizará 100% de que una persona menor de 20 años nunca consumirá marihuana, lo cual lo encuentro totalmente utópico, diría adelante que lo fumen los que ya completaron los 20 años, y yo que soy un poquito más restrictivo en esa parte, hasta los 30 años porque hay algunas personas que maduran su cerebro hasta esa edad.
“La verdad es que es una preocupación por proteger el mayor activo, el más importante activo que tiene cualquier ser humano que es su inteligencia porque hoy por hoy yo no he oído que nadie diga, yo quiero ser menos inteligente, todos y yo me incluyo, queremos ser más inteligentes de lo que somos”.
Sin satanizar
Consciente de que el tema es polémico y complejo, el también médico-cirujano, maestro en psicobiología y doctor en neurociencias, retoma el punto de “si la persona tiene menos de 20 años todavía está formando conexiones en su cerebro y cuando decimos que está madurando todavía el cerebro, nos referimos a que una neurona se comunica con otra por medio de unas fibras que les llamamos axones, los cuales todavía siguen creciendo, dependen de la experiencia que el sujeto vaya teniendo en su vida, pero crecen”.
“Se dice fácil, crecen pero qué las hace crecer, qué sustancias usa el cerebro para hacerla crecer, nada menos que los endocanabinoides que son las moléculas parecidas a la mariguanaque el cerebro genera para poder guiar a sus axones, para que lleguen a los sitios adecuados, pero si ahora se le mete extraordinariamente una cantidad de una sustancia que hace lo mismo, pero que no es tan específica como el sabio cerebro lo está haciendo al generar los endocanabinoides ¿qué pasa? Que se empiezan a formar conexiones aberrantes en las zonas, es decir, conexiones donde no debería haber porque empiezan a proliferar esas conexiones y eso ¿en qué termina? En que la persona ahora generará pensamientos no adaptativos”.
Por eso, señala Prospéro García, “decimos que se reduce su coeficiente intelectual, pues éste es la capacidad de adaptarse al medio y entre más coeficiente intelectual tengamos más eficientes somos para adaptarnos en el medio, pero si de pronto nos metemos ahí conexiones que no deberían de haber existido, por decirlo de una manera muy vulgar, haremos corto circuito, entonces nuestras decisiones no son adaptativas y una persona puede llegar a tener, a la mejor no comete actos delictivos ni nada de eso, tampoco quiero satanizar, pero no desarrolla su potencial que genéticamente ya traía, que lo iba a desarrollar ¿por qué queremos interferir con ello? Por lo tanto, sí hay cambios en el cerebro, los estudios que le llamamos de tractografía han demostrado que se forman conexiones que no deberían existir en los usuarios de mariguana”.
De ahí que afirme que “la mariguan así produce cambios en el cerebro, pero no mata, dice la gente, sí, nadie ha demostrado que mate ni ha demostrado realmente, fehacientemente que en casos en que las personas que consumen sustancias mueran o desarrollen un cáncer por marihuana, porque normalmente consumen canasta básica, alcohol, tabaco y mariguanapor decir, de vez en cuando a la mejor una tacha o una metanfetamina, se meten otras cosas, por eso no se puede decir que fue marihuana, muy bien sin embargo, cuando se hacen los estudios propiamente para marihuana, se ve que ocurren estas malas conexiones que llevan, insisto, a una persona a que no haga decisiones adecuadas de una manera adaptativa, entonces, no mata pero sí daña el cerebro, y para mí, no sé, es difícil qué puede ser peor, si morir de una sobredosis, que no todas las drogas matan por una sobredosis, dependen del usuario, o tener conexiones que reduzcan mi capacidad cognitiva que personalmente es lo que yo más aprecio de mí, de una persona que vive en esta tierra”.
El doctor Prospéro participó en el libro Marihuana y salud, coordinado por Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM, y editado por el FCE, “porque un paciente no es un delincuente ese es el punto, aunque lo más importante de este libro es que tratamos todo lo posible de que no fuera tendencioso ni para favorecer ni para satanizar la legalización simplemente damos la información científica para que la gente se informe. Dicen ellos, tenemos derecho a meternos lo que queramos a nuestro cuerpo, sí, pero te quiero explicar qué sustancia te vas a meter y qué te hace y una vez que ya sepas el ABC de esto, pues métetela si quieres, adelante”.