Participación del presidente Peña Nieto
Mireille Roccatti
En el curso de la semana que concluye se celebró en Nueva York la 70 Asamblea General de la ONU, de la cual nuestro país es nación fundadora, al emerger aquélla como sucesora de la Sociedad de las Naciones y en respuesta a la recién terminada barbarie de la II Guerra Mundial en 1945.
Aacudieron más de un centenar de jefes de Estado y de gobierno de las principales naciones del mundo, señaladamente el Papa, quizás el más importante líder religioso del planeta, así como Vladimir Putin y Barack Obama, dirigentes de las potencias más poderosas. En la sesión, participó el presidente mexicano, quien en su intervención abordó importantes temas relativos a migración, medio ambiente, el Consejo de Seguridad, el populismo, la relación Cuba–Estados Unidos y el respeto de los derechos humanos, entre otros.
En relación con el tema migratorio del cual testimoniamos una experiencia como no se vivía desde la pesadilla hitleriana, con el éxodo de sirios y otras pobladores del Oriente Medio, se planteó una respuesta global y efectiva contra la estigmatización que sufren los millones de migrantes, quienes en todos los continentes y latitudes viven historias de riesgo, rechazo, discriminación y abuso.
Y al escuchar su mensaje pensamos en nuestros hermanos migrantes de los países centroamericanos, quienes “por ignorancia, mala fe, racismo, o mero oportunismo político, ellos y sus hijos son estigmatizados y responsabilizados de las dificultades propias de los países de destino”.
En el tema de la “guerra contra las drogas” que nuestro país ha venido padeciendo desde hace tres lustros explicó que, ante los escasos resultados obtenidos en décadas, la comunidad internacional debe replantear su visión sobre las drogas y poner en el centro el bienestar y dignidad de las personas, y que México considera indispensable dar una respuesta internacional más eficaz, más justa y más humana. Esta posición resulta muy importante dado que debe verse como un preludio de cambio de la política pública que únicamente ha bañado de sangre el territorio nacional con una demencial “guerra” que llenó de luto miles de hogares mexicanos.
Respecto de la organización interna de la ONU, al abordar la modernización del Consejo de Seguridad, destacó que su actual funcionamiento ha probado sus notables limitaciones y que resulta inaceptable que se utilice el veto con fines exclusivamente por fines propios de una sola nación, lo que frena la acción internacional, y yo agregaría que en ocasiones hasta para fines notablemente ideológico políticos Por ello, reiteró el respaldo a la propuesta de Francia de restringir el uso del veto en casos de violaciones graves al derecho internacional y a los derechos humanos, como los crímenes de guerra, de lesa humanidad y el genocidio.
México, en la persona de su presidente, trató otros temas con el escaso tiempo de que dispone el orador, como el fin del bloqueo económico, comercial y financiero que sufre Cuba desde 1962; los relativos al comercio de armas, y el régimen internacional de control de armas convencionales que previene su tráfico ilícito y que transparente su comercio ilegal. En el tema de los derechos humanos, recordó que tenemos una de las legislaciones más avanzadas en la materia, y que se busca asegurar su vigencia.
Hoy, quizá como nunca antes, es necesario reflexionar respecto del papel de Naciones Unidas, en vista del convulso acontecer mundial y especialmente a la inmensa desigualdad social que tan bien enfatizara el papa Francisco.