Zonas económicas especiales
Julio A. Millán B.
El presidente Enrique Peña Nieto presentó en Tapachula, Chiapas, la iniciativa de Ley Federal de Zonas Económicas Especiales. Esta iniciativa corresponde a la estrategia para mejorar la seguridad enunciada el 27 de noviembre de 2014, ya que tiene como objetivo mejorar los niveles de desarrollo en las regiones con mayor rezago económico, educativo y social.
El modelo ha sido aplicado con éxito en diferentes regiones del mundo, particularmente en China donde ya existen más de 150, que operan bajo 6 modalidades distintas.
En el caso de México, se contempla crear tres zonas: en el puerto Lázaro Cárdenas, en Puerto Chiapas y en el corredor interoceánico de Tehuantepec (Coatzacoalcos-Salina Cruz).
En cuanto a los sectores a impulsar, Banobras señala que se han detectado cuando menos 20 sectores estratégicos, entre los que destacan energético, eléctrico, agroindustrial, autopartes, confección de prendas de vestir y fabricación de productos químicos.
Estos sectores si bien están identificados como los de mayor tradición en nuestro país, se han desarrollado en regiones con mayor crecimiento económico y donde el capital humano necesario ha sido generado en instituciones académicas y de educación técnica, las que se carecen en las regiones donde se planean edificar las zonas.
Con el fin de asegurar el surgimiento de estas industrias en las zonas, desde el gobierno se contemplan incentivos fiscales en materia del ISR, además de otras medidas.
Si bien el origen y concepto de las zonas económicas está ligado al régimen casi de excepción en el que operarían las empresas multinacionales, su mayor beneficio debe ser la derrama económica y el desarrollo de vocaciones productivas.
Un elemento destacado es que cada una contará con un consejo consultivo, el cual reunirá líderes empresariales, miembros de la academia, representantes de organizaciones sociales e inversionistas. Estos consejos actuarán como asesores a las autoridades administradoras. La ley es sólo el marco jurídico, el marco de acción es el trabajo conjunto del poder político y el poder económico, es decir, de los sectores público, privado y social.
Empero, no se debe soslayar que el principal protagonista es la empresa que al invertir detonará desarrollo; las visiones ideológicas e idiosincráticas no pueden ni deben ser obstáculo para el progreso colectivo; en este contexto, es necesario alinear y consensuar voluntades a fin de no perder el momentum.
La población de las regiones en donde se establecerán las zonas económicas ya no puede seguir viviendo en las condiciones de marginación que actualmente prevalecen, por lo que si estas iniciativas tienen éxito, con mecanismos claros de administración, financiamiento e internacionalización, no sólo se estaría atendiendo una gran demanda histórica en estas regiones, sino que podría haberse encontrado un nuevo modelo de desarrollo que dé cabida a otra gran demanda, una política industrial de Estado como motor del crecimiento.


