La Cámara de Diputados se convirtió de nuevo en la arena de lucha para reducir los impuestos a las bebidas azucaradas, en una pelea pactada entre el PRI y el PAN, donde sacaron adelante la propuesta de las refresqueras, sin importar los costos a la salud de una población que tiene el terrible primer lugar en obesidad infantil y segundo en población adulta a nivel mundial.

El PRI y el PAN avalaron la noche de este lunes, reducir de un peso a 50 centavos la cuota del impuesto especial sobre producción y servicios a bebidas azucaradas, cuando tengan un máximo de 50 gramos de azúcar por litro.

Así, se dejarán de recaudar 522.5 millones de pesos en un impuesto con el que se pretende dotar de infraestructura en agua potable a las escuelas públicas, así como dar atención médica a personas diabéticas — tan solo en el IMSS se destinan 87 millones diarios para su atención—; obesas —cada hora se detectan 38 nuevos casos— e hipertensas. El impuesto especial sobre Producción y Servicios IEPS pasará ahora al Senado de la República para su análisis y discusión.

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Sin embargo, la reducción del impuesto no representará una disminución en el precio de los productos y sí representa un regalo para las refresqueras, en cuanto a la cantidad de dinero disponible con el que contarán.

En 2013, el Congreso de la Unión estableció el impuesto a las bebidas azucaradas y se estableció el pago de un peso por cada litro del líquido.

El director de la organización El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo advirtió que la salud de los niños será la más afectada ya que las bebidas dirigidas al público infantil contienen una cantidad menor a 5 gramos por 100 mililitros por lo que su valor se reducirá a la mitad.

Al consumir la presentación más común de una bebida infantil de 300 mililitros los niños ingieren hasta 15 gramos de azúcares añadidos, cifra cercana a la máxima establecida por la OMS, que es de 19 gramos al día.