Por tercer día consecutivo, este viernes Rusia bombardeó Siria en las principales zonas en manos de grupos insurgentes rivales en lugar de áreas tomadas por terroristas del Estados Islámico (EI), regiones en las que el Gobiernos del presidente ruso, Vladimir Putin, dijo serían su objetivo.

Washington, que ejecuta una campaña militar aérea contra el Estado Islámico, asegura en que Moscú está utilizando su campaña como pretexto para atacar a otros grupos opositores al Gobierno del presidente, Bashar al Asad, aliado de Rusia.

Además, explicó que sus últimos ataques alcanzaron 12 objetivos del EI, pero la mayoría de las áreas que refirió como parte de la operación estaba en zonas del país, donde los terroristas tienen casi nula presencia.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso dijo que sus aviones de combate habían realizado 18 incursiones y describió objetivos en el oeste y norte de Siria, entre ellos un puesto de mando y un centro de comunicaciones en la provincia de Alepo, un campamento de milicianos en Idlib y un puesto de mando de Hama.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, que supervisa el conflicto con una red de fuentes sobre terreno, indicó que la agrupación terrorista tiene escasa presencia en las zonas del oeste y norte que fueron atacadas.

El director de ese organismo, Rami Adbulrahman, detalló que uno de los objetivos alcanzados en los últimos ataques aéreos rusos (en la ciudad de Dar Tazzah, en la provincia de Alepo) era controlado por varios grupos insurgentes, entre ellos el Frente Nusra, ala de Al Qaeda; Rusia ha atacado también zonas donde se concentra el Estados Islámico en algunos otros ataques más al este de Siria.

El Observatorio agregó que 12 combatientes del EI murieron cerca de Raqqa este jueves, y que aviones rusos atacaron la ciudad de Qarytayn, controlada por EI.

Al respecto, el régimen sirio rechazó este viernes la posibilidad de llevar a cabo un proceso electoral sí persiste la lucha contra los terroristas, aunque dijo estar dispuesto a participar en un diálogo “sin interferencia extranjera”.

“Cómo podemos pedir al pueblo sirio que se dirija a las urnas mientras no está seguro en sus calles y dentro de sus casas?”, expresó el ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, en su discurso en la Asamblea General de la ONU.

Al Mualem también respaldó los ataques aéreos lanzados este semana por Rusia contra posiciones de grupos extremistas, pero aclaró que las operaciones son “inútiles “ sino se hacen en cooperación con el Ejército sirio.

La decisión del presidente ruso de lanzar ataques aéreos sobre Siria, un país que ya está siendo bombardeado por una coalición liderada por Estados Unidos con el fin de acabar con la guerra civil que lleva más de cuatro años, significa que los dos exenemigos de la Guerra Fría están realizando misiones de combate aéreas en una misma nación pro primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos y Rusia aseguran que el Estado Islámico es un enemigo común, pero que de igual forma tienen amigos y puntos de vista diferentes sobre cómo resolver una guerra que ha matado al menos a 250 mil personas y desplazado a más de 10 millones.

Washington se opone tanto a EI como a Asad, mientras que Rusia dice que el Gobierno sirio no debería ser la pieza central de los esfuerzos internacionales para hacer frente al grupo terrorista.

La operación se da en un escenario de distanciamiento entre Rusia y Occidente, a un año de que la Unión Europea y Estados Unidos impusieron sanciones financieras a Moscú por la anexión de un territorio de Ucrania.

Encuentro de Putin con Hollande

El presidente francés, François Hollande, recibe este viernes en el Palacio del Elíseo a su homólogo ruso, luego de que el mandatario francés entrara en polémica sobre los bombardeos rusos en Siria.

“A quien hay que bombardear es al Estado Islámico (EI), no a los otros”, dijo Hollande, respecto a los supuestos ataques rusos sobre posiciones rebeldes que se enfrentan al régimen de Bashar al Asad.

La reunión bilateral precedería a la cumbre del llamado “formato de Normandía” sobre la crisis en Ucrania, en la que participarán además la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ucraniano, Petró Poreshenko, para hablar sobre el progreso de la aplicación de los acuerdos de Minsk, en Ucrania.

Información de El Universa, Milenio y El País, España