En el Foro Café Literario “Eraclio Zepeda”, los filósofos Gabriel Vargas Lozano, Carlos Pereda Failache, Eduardo Sarmiento y Gustavo García, acompañados del Secretario de Cultura de la Ciudad, Eduardo Vázquez Martín, platicaron con los asistentes acerca de la vida y obra del filósofo español exiliado en México, Adolfo Sánchez Vázquez, a quien definieron como el puente entre el marxismo e Iberoamérica.
En voz del profesor e investigador mexicano Gabriel Vargas Lozano, la vida del filósofo español fue presentada al público, quien desglosó desde su nacimiento en 1915 en Algeciras, Cádiz, España, hasta su muerte, el 8 de julio del 2011, en la Ciudad de México.
“A Sánchez Vázquez le tocó esta lucha, con las armas en la mano, contra el franquismo, a lo que después se añadió el Holocausto y la invasión a Checoslovaquia; y ante las luchas nacionalistas, Sánchez Vázquez se puso a reflexionar sobre el Marxismo y si el proyecto inicial se había deformado, pero nunca lo abandonó”.
Mientras que Vázquez Martín explicó acerca de la profunda relación del pensamiento de Sánchez Vázquez con la obra del filósofo alemán Karl Marx y la manera en la que particularmente hiló al marxismo con el mundo del arte, así como su interés por reflexionar sobre la ética y la política, lo que dejó plasmado en obras como Las ideas estéticas de Marx (1965) y Estética y marxismo (1970).
“Sánchez Vázquez se propuso hacer algo bastante difícil: traducir a la lengua española y a la cultura iberoamericana, el pensamiento de Karl Marx y lo hizo desde su experiencia de vida atravesada por las grandes crisis de la primera mitad del siglo XX”.
Hizo hincapié en que a diferencia de otros pensadores, Sánchez Vázquez fue a la fuente original, es decir, a la propia palabra de Marx.
Al respecto, Carlos Pereda Failache, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM destacó el interés del filósofo español
por disgregar el marxismo original del marxismo oficial de la Unión Soviética y el marxismo estructuralista del argelino Louis Althusser, así como su atenta mirada al arte moderno y su interés por la poesía.
Mientras que los profesores y filósofos Eduardo Sarmiento y Gustavo García resaltaron la lucha por su marxismo crítico, abierto y heterodoxo, que proponía lograr la liberación del ser humano a partir de su diálogo con la sociedad.
“La filosofía para él no era una actividad que se elaborara solamente en la academia, sin dialogar con la realidad, sino por el contrario, si algo distinguió su pensamiento y trayectoria fue que siempre vio la realidad como filósofo y militante del Partido Comunista Español”, concluyó Eduardo Sarmiento.



