Bajos costos y servicios de alto nivel
En México, la llamada industria sin chimeneas juega un papel preponderante cuando hablamos en términos de crecimiento, desarrollo y empleo. Por características naturales, pero también por el esfuerzo y el impulso gubernamental (los tres niveles de gobierno) y el de la iniciativa privada, en años recientes nuestro país se ha convertido, ante los ojos del mundo, en un importantísimo destino para los visitantes, que maravillados descubren cómo, desde la Península de Baja California hasta la Península de Yucatán, nuestra hermosa nación florece como un atractivo sumamente redituable ya que el turismo nacional e internacional además de visitar México para disfrutar de su gastronomía, playas, puebos mágicos y otros atractivos, también acude por motivos de salud, gracias a la maravillosa oferta de turismo médico que se ofrece en 11 estados de la república, impulsado por la Secretaría de Turismo que encabeza Enrique de la Madrid Cordero.
Recientemente, en nuestro país se realizó, en Monterrey, Nuevo León, el III Congreso Internacional de Turismo Médico. Ahí, se dio a conoer que el turismo médico en México ha detonado el desarrollo de 20 clústeres especializados en 12 entidades federativas (Baja California, Chihuahua, Distrito Federal, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas), cuya infraestructura les permitirá, en los próximos cinco años recibir a 25 mil pacientes anuales, esto es, 125 mil para el próximo lustro. ¡Estupendo!
De acuerdo con información manejada por el Banco de México, el turismo de salud en nuestro país genera ingresos anuales por casi 78 mil millones de pesos, monto que incluye alrededor de 21 mil 500 millones de pesos generados por el turismo de bienestar, un subsector de esta tama que ofrece diversos servicios a los médicos cirujanos especializados en rehabilitación o estética y esto se debe al florecimiento del turismo médico en nuestra nación, que ha sabido responder a la exigencia internacional con alternativas, servicios y médicos certificados de altísimo nivel; amén de la privilegiada ubicación geográfica, conectividad, infraestructura hospitalaria, calidad de los cuerpos médicos, pero sobre todo a los menores (muy menores) costos de atención en relación con los de Estados Unidos.
Por ejemplo, basándonos en los números que maneja la Comisión Económica Para América Latina y El Caribe (CEPAL), un bypass cardiaco tiene un precio promedio aproximado a los 144 mil dólares en la Unión América. En México sólo cuesta 27 mil dólares. Mientras que, otro ejemplo, un reemplazo de cadera en Estados Unidos tiene un costo de 50 mil dólares, aquí se lo pueden realizar por tan sólo ¡15 mil dólares! La Secretaría de Turismo no sólo concreta acciones en los destinos ya posicionados entre los visitantes, sino que proyecta y empuja nuevas alternativas y ofertas en esta rama del turismo.
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