Entrevista a Amparo Rincón Pérez | Jefe de Colecciones del Museo Nacional de Culturas Populares

Jacquelin Ramos

De acuerdo como relatan los Evangelios, se cree que las posadas, conocidas también como pesebres, belenes o nacimientos, se iniciaron en 1223, por el cura del pueblo italiano de Greccio, San Francisco de Asís, quien con la idea de celebrar la Navidad, concibió un pesebre con personas vivas para escenificar el natalicio del Niño Jesús.

Esta tradición se ha transformado a pesar que durante mucho tiempo en Europa, su arraigo se mantuvo con nacimientos o belenes vivientes, principalmente en los recintos religiosos, hasta que poco a poco se fueron elaborando figuras e iconos, llegando a los hogares de los fervientes cristianos, ávidos de su propio Belén. Desde entonces la tradición navideña es acogida con gran cariño, extendiéndose por todo el mundo.

Actualmente el nacimiento contemporáneo —porque la palabra “belén” está en desuso— combina elementos mayormente “discordantes”, los cuales no tienen nada que ver con el origen del Niño Jesús. Si se sabe que éste nació en un lugar del Oriente Medio, sería poco factible pensar que haya sido en un sitio frondoso y verde.

Lo mismo ocurre con los pinos o árboles de Navidad; muchas personas los colocan junto al Nacimiento, puesto que esa especie no existe en aquellas áridas tierras del actual Israel, además de ser una tradición que llegó de la Europa nórdica a través de Estados Unidos.

Sin embargo, todo se explica, al considerar no sólo que en el imaginario popular, en el caso de los mexicanos, el lugar donde nació Jesús, lo consideran un sitio muy distante en el tiempo y el espacio, sino que también es una forma efímera de mostrar a través del arte decembrino, motivos y estereotipos muy particulares de la cultura propia de cada país, así lo señalo en entrevista para Siempre!, Amparo Rincón Pérez, jefe de Colecciones del Museo Nacional de Culturas Populares.

Explicó que la exposición Nacimientos. Entre paja y heno que tiene como finalidad preservar y difundir una de las tradiciones navideñas más significativas para la sociedad mexicana, da muestra de las distintas concepciones que tiene el mundo sobre esta expresión de renovación, de la fusión de lo humano con lo sagrado del final y el principio de otro ciclo.

 

Exposición con dos propósitos

¿Cuál es el concepto que se tiene hoy de los Nacimientos?

El Nacimiento es la representación de la escena donde se recuerda el advenimiento de Jesucristo, evidentemente con los años a cambiado la conceptualización de los belenes o nacimientos, no solo en la historia sino también de la forma concebir este acontecimiento. Por ello, es muy importante destacar cómo una visión de algo en lo que fuimos educados todos —dentro de los preceptos cristianos— como la escena del nacimiento de Cristo, tiene una cosmogonía distinta en cada lugar.

Por ejemplo, en Yucatán donde la percepción es que tenga un cerdito en la representación o en Perú donde integran una llama y una vicuña. Cada uno tiene diferentes versiones, como por ejemplo los del Istmo de Tehuantepec donde los Reyes Magos ofrecen piñas y otras frutas y no incienso y mirra, y cosas de este estilo.

¿De qué trata esta exposición?

Esta exposición tiene dos propósitos. Uno es resaltar definitivamente la conmemoración del nacimiento de Jesús; y segundo, mostrar en esta ocasión la colección de nacimientos que hoy nos acompañan. La familia García Echeverría —Conny y Enrique García— nos prestó gran parte de su colección de nacimientos que han realizado como un proyecto de pareja desde hace 31 años. Ellos inician esta colección con la idea de provocar en cada año una Navidad diferente, y en ello, que estuviera implícito el simbolismo de la época.

Tenemos aquí el primer nacimiento que emprende su colección, se trata de un nacimiento que adquieren en Tonalá, Jalisco; realizado —sin saberlo— por uno de los artesanos más reconocidos del estado, el maestro Pajarito.

De esa forma, los García iniciaron contacto con diversos artistas populares de México de los estados Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, entre otros, lo cual les generó un mayor interés por la artesanía del país. Entonces es un honor para el Museo Nacional de Culturas Populares abrir las puertas a esta gran colección.

 

Diversidad cultural

¿Qué piezas la integran?

Son más de 120 nacimientos, de los cuales el 70% son de México, de estados como Chiapas, Guerrero y Tlaxcala; y el otro 30% son de Europa, África, Asia y Sudamérica, con países como Rusia, Alemania, Estados Unidos y Argentina.

Se destacan piezas elaboradas en madera tallada, textiles, hojalata, barro, cristal, henequén, migajón y chaquira, así de otros extraños materiales como cáscara de nuez y huevo pato. Por ejemplo de África tenemos un nacimiento hecho de hoja de maíz y de plátano; tenemos evidentemente cerámica internacional, en piezas como las jícaras labradas. El espectador disfrutará de un recorrido espectacular a través de estas representaciones del arte popular, llenas de ingenio, colorido y gran belleza.

¿Cuál es el valor que desean dejar en los espectadores que visiten estos nacimientos?

Por un lado, que conozcan la diversidad cultural que nos reconoce como mexicanos, pero por la otra, que valoren las manos de los artesanos, que independientemente de sus lugares de origen, de sus pueblos indígenas al que pertenecen y a su habilidad para el manejo de materias primas, nos entregan una forma maravillosa de concebir este acontecimiento tan importante que cambio la historia del mundo. México es muy representativo en ese sentido, hay muchos nacimientos, pero lo puedo decir con mucho orgullo, como los de México, ninguno.