Entrevista a Edgar Ortiz Arellano | Profesor de la Universidad La Salle
Ofelia Alemán García
Conversando sobre los líderes del futuro con el expresidente mexicano Vicente Fox, Luis Alberto Lacalle, expresidente uruguayo de 1990 a 1995, dijo el pasado martes 15 de diciembre para Punto de Encuentro que el ejemplo de líderes actuales sigue siendo el caso de la cigarra y la hormiga: la cigarra cantando y la hormiga trabajando, refiriéndose específicamente a los gobiernos suramericanos de izquierda.
Los presidentes de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil y los Kirchner en Argentina se dedicaron a ser líderes carismáticos de balcón, dijo Lacalle, y utilizaron foros de desarrollo regionales para votar juntos en contra de Washington y a favor de Cuba.
Por último, Lacalle cerró con una pregunta retórica ¿en dónde están esos líderes ahora? Eso mismo nos preguntamos cuando vemos el caso de Dilma Rousseff, presidente de Brasil, a quien el juez Augusto Nardes del Tribunal de Cuentas de la Unión, le encontró 27 mil millones de dólares sin justificar ante el fisco el 27 de octubre de este año, motivo por el cual, la bancada de opositores en el congreso solicitaron un juicio político por corrupción a la corte suprema, y ésta lo aceptó. Como dicen en política, la cabeza de Dilma está por rodar.
Después del expresidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, Dilma sería el segundo mandatario latinoamericano que es llevado a juicio político estando en funciones, un hecho histórico en la historia regional.
Pero más que una crisis política aislada, “está ante nosotros un fenómeno de tipo geopolítico de varios frentes”, comenta en entrevista para Siempre! Edgar Ortiz Arellano, especialista en geopolítica de la Universidad La Salle.
“Debemos señalar en primer lugar —dice el profesor de La Salle— que desde que llegó al poder el Partido de los Trabajadores con Lula Da Silva, Brasil ha tratado de proyectar en los últimos 13 o 14 años una imagen internacional de ser un país sumamente exitoso: en 2014 se celebró una copa del mundo y en 2016, Brasil será sede de los Juegos Olímpicos”.
Nuevo modelo de desarrollo
La importancia global de Brasil, según el investigador, radica en que es considerado un polo regional de desarrollo y una potente economía emergente del grupo de los BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— y juntos representan el 40% de la población mundial.
“A diferencia de Rusia, India y China, Brasil no tiene armas nucleares, estos cuatro países específicamente Brasil en América Latina, van a promover o provocar un nuevo modelo de desarrollo económico. Es decir, ellos van a ser críticos de todas las instituciones globales específicamente las financieras que surgen a partir de Bretton Woods en 1944 y obviamente de la hegemonía estadunidense”, señala Ortiz.
Un modelo que apuesta a su industria nacional sin cerrar el diálogo ante la globalización con un discurso hacia los pobres en contra de la desigualdad.
“Y en este sentido Brasil apostó por la construcción de un mercado interno sólido que pudiese apuntalar el sistema de exportaciones. En segundo lugar, este desarrollo económico basado en la fortaleza del mercado interno va a estar apoyado por una fuerte política exterior agresiva”, dice el profesor.
Este fenómeno explica el protagonismo político de Brasil en foros regionales como la Unión de Repúblicas Suramericanas y a ser un gran impulsor del Mercado Común del Sur bloqueando todos los intentos de la implementación norteamericana del Área de Libre Comercio de las Américas.
“Brasil es obviamente es un país, que por la extensión del territorio —más de 8 millones de extensión en kilómetros cuadrados y que tiene frontera con 10 países— evidentemente quiere ser un polo de desarrollo regional, incluso pronosticaban que iba a ser una de las hegemonías mundiales para el 2050”, aclara el entrevistado.
Brasil, el eslabón más débil
Dilma Vana da Silva Rousseff fue militante de una organización ultra marxista de izquierda desde muy joven y estuvo encarcelada en 1970. Militante del Partido de los Trabajadores, con quien gana la presidencia en 2011 con el espaldarazo del expresidente Lula Da Silva, Dilma se convierte en la primera mujer presidente de Brasil.
En ese momento histórico, su triunfo fue comparado al de Eva Perón y posteriormente al de Cristina Fernández en Argentina y de Michelle Bachelet en Chile.
Aun con los triunfos de las mujeres y de las izquierdas en Sudamérica, los gobiernos, dice Ortiz, se quedan sin autoridad moral por la corrupción de su clase política en los diferentes niveles y pone en entredicho no solo a la clase política sino a todo el modelo económico y de política exterior que han seguido estos países.
De acuerdo con otros fiscales públicos de Brasil, el gobierno de Dilma implementó las mismas estrategias para maquillar el erario como la reducción artificial del déficit por medio de préstamos de bancos estatales dedicados a programas sociales.
“Como se dice popularmente, que la cadena se rompe por el eslabón más débil. De los BRICS, me parece que el país más vulnerable ha sido Brasil”, relata el investigador.
Además de que en los últimos años ha disminuido su boom económico, continúa Ortiz, los niveles de pobreza han aumentado así como el daño ecológico. Esto se empata también con el golpeteo que ha recibido Rusia por sus ambiciones expansionistas en este último año y en el año pasado.
Cuando Noruega descubrió petróleo en el Mar del Norte, creó un fondo de estabilización para las épocas de crisis; Brasil hizo lo mismo con su famoso fondo de riqueza soberano.
Con la intención de ir colocando capitales brasileños en diferentes puntos del mundo, dice Ortiz, Brasil era el vigésimo segundo inversor a nivel global y uno de sus principales fuentes de recursos era precisamente Petrobras “que ahora es el órgano del Estado brasileño que está inmiscuido en este problema de corrupción”, señala.
También los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro están siendo investigados por sobornos. Igor Romario, jefe de la policía federal de Brasil a cargo de la investigación, afirmó el pasado 25 de noviembre para Reuters, que algunas de las grandes compañías pudieron haber firmado contratos de construcción falsificados por la cantidad de 10 billones de dólares, un patrón repetitivo en todos los contratos de Petrobras.
El futuro de los BRICS
Alejados de Estados Unidos y de Europa, los BRICS se convirtieron en una plataforma alternativa de gran influencia mundial de tal magnitud que crearon su propio banco de desarrollo —un proyecto ruso— con reservas equiparables a las del Fondo Monetario Internacional que cuenta con capital soviético y chino.
En la pasada cumbre de los BRICS auspiciada por Rusia en junio de este año, el presidente Vladimir Putin sentenció que China será el gran motor de la economía global. Y no se equivocó porque logró que el FMI integrara el yuan, la moneda china, como la quinta divisa más importante de la canasta financiera internacional, equiparándola con el dólar, el euro, el yen japonés y la libra británica.
El yuan entrará como soporte económico de las reservas mundiales en octubre de 2016, coincidentemente un mes antes de que el nuevo banco de los BRICS entre en funcionamiento.
Justo ahora que crearon su banco de desarrollo, añade el entrevistado, paradójicamente estos países pierden credibilidad, “algunos por ser malos vecinos como es el caso de Rusia, o por la corrupción, como Brasil”, aclara.
Ortiz Arellano refiere que estos polos de desarrollo político global “si bien no pudieron mantenerse como un sistema multipolar, lo que observamos es que estos protagonistas son golpeteados sino por acontecimientos internos como Brasil, son golpeteados por acontecimientos externos, como es el caso de Rusia”.
Otro aspecto a considerar en la crisis de Brasil es que una de sus ambiciones es tener una salida directa hacia el Pacífico. “Sabemos que China es también uno de sus principales inversores y también es uno de sus principales socios comerciales por lo que Brasil necesita de esta salida hacia el Pacífico”, explica el especialista en geopolítica.
Cabe mencionar al respecto que actualmente existe un megaproyecto de la construcción de una carretera interoceánica promovida y financiada por Unasur que pretende unir a los océanos Atlántico y Pacífico a través de Brasil, Bolivia y Perú, pero ante la actual crisis de los gobiernos suramericanos, no se sabe si el proyecto sobrevivirá.
Rusia también lanzó megaproyectos para situarse en el futuro de la globalización como el cinturón transeuroasiático, presentado por Vladimir Yanukovich ante la Academia de Ciencias Rusas en marzo de este año.
El proyecto se refiere a un corredor logístico con servicios incluidos carreteras, ferrocarriles, oleoductos, gasoductos y reservas de agua que uniría a tres continentes, algo nunca antes visto en la historia de la humanidad.
Las ciudades conectadas serían Madrid, Berlín, Moscú, cruzaría el corazón de Siberia, pasaría por Pekín seguiría en Alaska, Canadá y Nueva York. Pero de seguir la crisis, este proyecto también pende de un hilo.
El modelo diferente al modelo globalizador y del capitalismo acelerado propuesto por los BRICS y otros países que no necesariamente estaban en este bloque, dice Ortiz, puede sucumbir porque las clases políticas no han tenido la capacidad para mantener los ritmos de desarrollo y de crecimiento económico que las poblaciones requieren para salir de la pobreza extrema y demás carencias sociales, económicas y culturales.
“No nos sorprenda que en los próximos meses o en el año que viene que la India o Sudáfrica también presentaran algunos problemas de tipo económico o se vieran inmersos en algunos acontecimientos de tipo internacional. Soy pesimista, este modelo biopolítico lo que hace es que los opositores al sistema fracasen y terminen reforzándolo aún más”, sentencia.
@ophelyas

