La exposición Develar y detonar es una revisión de la producción fotográfica actual en México, a partir de un discurso curatorial que enlaza diferentes trabajos, donde autores de diversas generaciones y lugares del país confluyen y se entretejen para trazar un mapa complejo, contradictorio e inquietante.

En Develar y detonar colaboran artistas de distintas regiones de México, a través de la fotografía actual, como el arte conceptual y la instalación, utilizando las tecnologías emergentes para captar fragmentos de la realidad.

La colección fotográfica que se exhibe en el Centro Nacional de las Artes, describe expresiones retratistas particulares de los sujetos, las familias y las comunidades. Por ejemplo, Andrés Carrero muestra la relación que se establece entre el retratista y el retratado en su serie de mujeres rubias; mientras que, Luana Navarro proyecta la fragilidad del ser humano ante la transmisión del lenguaje en su instalación fotográfica Cuando digo yo, estoy diciendo tú.

Esta exposición plantea una mirada sobre la fotografía mexicana actual, tomando posición tanto en el plano de las formas como de los contenidos, ofreciendo interrogantes, preguntas que nacen de la obra misma. Trazando ejes que dan cuenta de las transformaciones formales y conceptuales desde lo fotográfico, Develar y detonar se gesta en un momento social y político específico en México, permitiendo al espectador una mirada a este complejo mapa para acceder a nuevas maneras de abordar el medio fotográfico, develando las contradicciones y necesidades de la experiencia individual y colectiva de los autores en el tiempo que vivimos.

Nombres como Juan José Herrera, Karina Juárez, Elisa Larruego, Alejandro Laviada, Carlos León, Pablo López Luz, Alexander Lucatero, Dolores Medel, Fernando Montiel Klint y Luis Arturo Aguirre, muestran sus propuestas fotográficas; por ejemplo, este último, Luis Arturo Aguirre, busca seducir al espectador a través de su propuesta Desvestidas, en las que hace una correlación entre las muñecas con las que su hermana jugaba, “transgrediendo las normas sociales” al retratar travestis.

Y es que el género del retrato comenzó con la creación de la fotografía, a finales del siglo XIX, buscando capturar a las personas lo más realista posible, mediante una gran luminosidad, a través de poses de larga duración, debido a que las emulsiones de las placas fotográficas eran poco sensibles a la luz.

El francés Gaspard-Félix Tournachon Nadar, fue uno de los primeros grandes retratistas del momento, fotografiando a personas famosas de la política y cultura parisina, uno de ellos, el poeta Charles Baudelaire. Nadar se negó a colorear o retocar los retratos, utilizando únicamente la luz y el gesto del rostro como los elementos esenciales de expresión.

Otra gran exponente del retrato, la inglesa Julia Margaret Cameron, fue de las primeras mujeres retratistas, creó imágenes difuminadas y desenfocadas para darle romanticismo a las escenas que realizó durante la época victoriana. Fue elegida miembro de la Sociedad Fotográfica de Londres y Escocia en 1863, debido a su propuesta desenfocada con intención.

Los estadounidenses Walker Evans y Dorothea Lange hicieron retratos de denuncia, documentando la gran depresión de los años 30 en los Estados Unidos. Sus obras de desempleados y gente sin hogar llamaron enormemente la atención, siendo adquiridas por el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

El conocido fotógrafo mexicano, Andrés Garay señala que la cámara ha pasado a formar parte de la vida cotidiana, sobre todo con el surgimiento de la era digital, y que no se puede concebir un mundo sin la fotografía, pudiendo imprimirla inmediatamente y lamenta que a la cámara se le use como una maquina fotográfica y no como una herramienta creativa y reflexiva, marcando contradicciones y analogías de la realidad al registrar acontecimientos, símbolos y narraciones en función a la cultura.

La fotografía artística tiene su propio lenguaje, independientemente de las otras artes. A principios del siglo XX se pensó que el cine acabaría con ella; a mediados, que también lo haría la televisión, después el video y luego la digitalización. No obstante, la fotografía analógica y la digital son dos diferentes maneras de expresión, insustituibles la una de la otra, siempre buscando la capacidad de ser creativos.

Por lo anterior, la exposición Develar y detonar, muestra la forma en que los humanos perciben y observan a los sujetos y a sí mismos, ayudando a ver de manera diferente la cotidianeidad que les rodea, encontrando diferentes formas de entender el mundo. Esta interesante exposición estará hasta el 22 de enero en el Centro Nacional de las Artes.