Entrevista a Josep María Reniu | rofesor de la Universidad de Barcelona
El pasado domingo 27 de diciembre, los diputados del parlamento catalán votaron empate a la investidura de Artur Mas, quien es el presidente de la comunidad autónoma de Cataluña desde 2010.
Cuando salga impresa esta edición, el 3 de enero, deberá reunirse el consejo de gobierno para decidir sobre la investidura de Mas y tendrá que anunciar una decisión el día 10 de enero; de no llegar a un acuerdo se corre el riesgo de que se convoque a elecciones nuevamente.
Los candidatos más sobresalientes al puesto de presidente del gobierno de Cataluña —la Generalitat— además de Raül Romeva y Oriol Junqueras, es el profesor Josep Maria Forné i Febrer y el economista Oriol Amat i Salas quienes encabezan una lista de coaliciones independentistas.
Pero un candidato particular, quien pretende formar un gobierno de “mayoría de izquierdas” bajo su liderazgo es Lluís Rabell, candidato del partido Podemos, quien podría tener posibilidades de ganar.
Los diputados en general no debaten si el proyecto independentista de Artur Mas es el más viable, sino debaten sus plenas capacidades políticas para llevarlo a cabo. Y es que con el saliente presidente de España, José Luis Zapatero, se lograron acuerdos sobre la definición de nacionalidad de Cataluña y sobre la financiación de la Generalitat. Hasta el Estatuto de Autonomía de 2006, aunque inconstitucional, fue un avance serio.
Pero ahora, los opositores a Mas dicen que está “atrapado” en reformas políticas sin futuro. Mucho pesa el discurso infalible de Mariano Rajoy “no hay más que una nación: la española”.
Los escaños en el parlamento después de las elecciones generales en España del pasado 20 de diciembre, finalmente se configuraron en cuatro principales fuerzas, a saber: 123 escaños para el Partido Popular de Mariano Rajoy, 90 escaños para el Partido Socialista Obrero Español de Pedro Sánchez, 69 escaños para el partido ciudadano de Podemos con Pablo Iglesias, y 40 escaños para el otro partido independiente Ciudadanos de Albert Rivera.
El punto es que ninguna de estas cuatro fuerzas tiene la mayoría parlamentaria suficiente para aprobar leyes por lo que tendrán que formar un gobierno de coalición, hecho que, para Josep Maria Reniu, sociólogo, politólogo y especialista en derecho constitucional de la Universidad de Barcelona, significa una respuesta clara para su nación.
“Desde Cataluña se ve que desafortunadamente nada cambiará en relación con el proceso de independencia en el que estamos inmersos. Estamos en la fase de negociaciones. Si no llegan a ningún acuerdo, llegaríamos al 10 de enero y tendríamos una disolución automática del parlamento. Y entraríamos en nuevas elecciones, nuevas campañas. A empezar todo de nuevo, esto significa más cansancio”, explica el profesor.
De las cuatro fuerzas que han quedado en el parlamento europeo solamente el partido Podemos tiene una propuesta clara para Cataluña pero, dice el entrevistado, no tiene suficiente fuerza para condicionar por sí solo una mayoría parlamentaria amplia y por lo tanto cualquier acuerdo o actuación de Podemos debería pasar por un acuerdo con el Partido Socialista Obrero Español. Además, agrega, hay que ver si éste aceptará muchas de las tesis porque se han enfrentado de manera muy dura durante la campaña.
Cataluña no ha tenido respuesta política
Podemos es el único partido que ha defendido la posibilidad de realizar una reforma constitucional para realizar un referéndum directo sobre la independencia de Cataluña pero, comenta el profesor Reniu, tiene una minoría de bloqueo a la reforma constitucional con el Partido Popular de Mariano Rajoy, que obviamente no le interesa esa reforma en la que se reconozca el derecho de las naciones en España a celebrar un referéndum de independencia no de autonomía.
Dice: “El Partido Popular nunca entrará en ese juego por lo que no va a ser posible convertirlo en realidad. Así es el pragmatismo político. Me temo que nada cambiará.”
Entre referendos consultivos nacionales y parciales, desde 1947 a la fecha se han realizado dieciséis consultas, muchas de los cuales fueron manipuladas por la propaganda política del régimen en turno. Cabe mencionar que en España hay estatutos de autonomía concedidos al País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía.
Los referendos que le conciernen a Cataluña se llevaron a cabo en 1979 y el último fue con el presidente Zapatero en 2006 sobre el proyecto del Estatuto de Autonomía, el cual fue redactado originalmente por el Parlamento catalán y reescrito por el gobierno español con valor declarativo no jurídico en donde todavía no se define la “nación” de Cataluña ni sus atribuciones autonómicas.
La respuesta en todos los casos de los referendos ha sido aprobatoria pero también “la respuesta que se ha dado a esa petición política ha sido jurídica, nunca una respuesta política”, asegura Reniu.
Palestinos, kurdos, catalanes, quebequenses y escoceses son naciones sin Estado o en el caso de Cataluña con “nacionalidad histórica” o lo que eso signifique para los 7.5 millones de catalanes o ciudadanos españoles que viven en Cataluña.
Los catalanes buscan que se les reconozcan políticamente los elementos propios de su identidad, la protección jurídica de la lengua catalana así como está protegida la del castellano, derechos culturales e instituciones propias así como un espacio en la Unión Europea bajo el principio de la plurinacionalidad del Estado español.
Como dijo en alguna carta Pascal Maragall, líder político catalán en 2005 “no se trata de catalanizar España sino de federalizar España más abiertamente”. Pero las autoridades temen que Cataluña, por su situación geopolítica, se independice, y con ello, las demás provincias, lo que significaría la ruptura de España.
“No hemos tenido delante nuestro a un presidente, por ejemplo, como David Cameron en el Reino Unido, que nos diga: hagan pues su referéndum aunque lo van a perder. Nos hubiera gustado tener a alguien que nos dijera lo mismo aunque lo hubiéramos perdido por principio democrático”, concluye el profesor Reniu.
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