Una nueva alerta sanitaria circula en Brasil, luego de que se asociara al virus del Zika con el aumento de casos de microcefalia. Hay en curso estudios e investigaciones clínicas por la muerte de 46 infantes con microcefalia.
La historia de la Chikungunya obliga a detener la vista en esa alerta al resto de las naciones latinoamericanas por la cercanía geográfica y el continuo tránsito humano, para que cualquier emergencia sanitaria simple y sencillamente no nos agarre desprevenidos. Ya ha pasado.
La Sociedad Brasileña de Dengue Arbovirosis ha denunciado que las medidas preventivas del Zika llegaron tarde.
Afirma que el trabajo para frenar y eliminar el vector de la infección, el mosco Aedes Aegypti, causante del dengue, dengue hemorrágico, Chikungunya y, ahora, el Zika, no se inició en el tiempo adecuado.
De ahí que se hable de que el virus está relacionado con el aumento de casos de microcefalia, que de octubre del 2015 a lo que va de enero de este año, ha registrado 3 mil 530 casos en Brasil. La preocupación es tal que incluso se ha recomendado a las mujeres que eviten embarazarse, por ahora y hasta que se tenga una dimensión real de la alerta sanitaria.
Ante la poca capacidad de las instituciones para prevenir y resolver este tipo de problemas de salud pública, la información a la ciudadanía es básica para frenar su paso.
DIFÍCIL PANORAMA
El zika es primo hermano del dengue, entonces, también de la Chikungunya y ha despertado las alertas sanitarias en prácticamente todos los países de América, sobre todo en aquellos donde el mosco aedes aegipty es cliente consuetudinario.
La amenaza se extiende a cualquier país del orbe porque el “dandy”, como se le conoce también al Aedes Aegypti, ya no es exclusivo de zonas tropicales o climas húmedo-calurosos, aprendió a sobrevivir y se adaptó, hay quienes dicen que ha ido mutando a lo largo del tiempo, y así lo parece.
El Zika (Zikav o Zikv), como sus primos hermanos, provoca una enfermedad febril, recurrente, pero a diferencia del Chikungunya, no suele ser tan alta. Es un padecimiento muy similar al dengue, la Chikungunya, la fiebre amarilla, el virus del Nilo Occidental y la encefalitis japonesa.
La Organización Mundial de la Salud ha pretendido un control de daños luego de que el padecimiento y su vector de contagio comenzaran a salirse de control haciendo acto de presencia, fugaz, en distintos países.
El glamoroso nombre que presume el Zika se genera porque la primera vez que se aisló, fue 1947, precisamente en los bosques de Zika, Uganda, en un grupo de monos Rhesus, aunque sus “linajes”, como dicen los especialistas proceden de África y Asia. Se siguió a Uganda y Tanzania, y se durmió.
La amenaza se asentó como tal cuando en el 2007 se detectaron los primeros casos en Oceanía y desde ahí, pian pianito pero imparable.
La movilidad humana ha permitido que el virus viaje, porque además, en algunos casos, llega a ser asintomático, pero el riesgo sigue, porque de ahí se brincó a la Polinesia Francesa a finales de octubre del 2013, afectando a más de 10 mil personas, algunas con efectos y daños colaterales muy importantes. En el 2014 llegó a Chile, luego regresó al Océano Pacífico, a Nueva Caledonia y las Islas Cook.
El Zika pareciera más noble pero no deja ser primo del dengue y la Chikungunya, causa fiebre, lesiones en la dermis y otros síntomas preocupantes, que deben de ser tomados en cuenta por la población en general.
Hay protocolos sanitarios muy claros que, en últimas fechas gracias a la Chikungunya, son leídos cual rezos católicos: la limpieza de cacharros, de agua acumulada en espacios al aire libre y otros.
Conocer los hábitos de mosquito también ayuda, el “Dandy” acostumbra volar por la mañana, entre las 9 am y las 13 pm, y hasta un máximo de 1,5 metros; no vuela más de 200 metros, entonces, hay que usar pantalones y blusas largos, calcetines. Nada extraordinario que bien podría salvar más de una vida.