“Vivir no consiste en respirar sino en obrar”
Mao Tse Tung
Un problema en todas las grandes ciudades del mundo es la mala calidad del aire, resultado de la contaminación atmosférica. Una evidencia es el cielo gris o marrón que es denominado como Smog (mezcla de las palabras inglesas smoke –humo-y fog (neblina-), debido a la acumulación de químicos residuales de combustión de energéticos, tales como actividades industriales o el uso masivo de automóviles. Si bien este fenómeno afectó en un principio ciudades de economías adelantadas como el Reino Unido o Estados Unidos, en pocas décadas se extendió a países en vías de desarrollo como China
El gigante asiático tiene ciudades densamente pobladas y con alta acumulación de contaminantes en el medio ambiente como ha sucedido en Beijing, Tianjin, Shangai o Hong Kong, entre otras. Ejemplo de ello es que en los primeros veinte días de diciembre de 2015 la capital china presentó dos veces altas cantidades de partículas suspendidas superiores a 300 microgramos por metro cúbico (más de diez veces los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud). Esta situación puede provocar muertes prematuras, enfermedades respiratorias y problemas cardiacos, por lo que es un grave problema de salud pública.
Si bien el acceso a artículos de consumo como automóviles o viajes en avión se ha facilitado en la población de China, también el flujo de producción industrial y de alimentos exige el uso de diferentes combustibles a fin de garantizar el bienestar de 1,368 millones de habitantes.
Pero en consecuencia, el aumento de la contaminación ha afectado no sólo el aire, sino ríos y tierras. Asimismo este país aún no tiene resultados tan satisfactorios en materia de salud pública como otra naciones desarrolladas, por lo que el riesgo de que las afectaciones en la población por el smog puede tener un alto costo tanto en la sanidad como en la economía. Ejemplo de ello es que, al comparar la calidad del aire en la ciudad de México durante 2014 en 123 días la calidad fue mala (100 a 150 puntos) y únicamente en tres días fue mala (de 150 a 200).
En comparación, China activo dos veces la alerta roja para Beijing en diciembre de 2015; o el desvío de más de 200 vuelos comerciales dirigidos a la capital porque el smog imposibilita la visión para aterrizajes con seguridad; incluso, el aire limpio se ha comercializado, con la venta de mascarillas hasta purificadores de aire.
La contaminación del aire no es el único problema ambiental para China, ya que también se han registrado mortandad de peces por los niveles de desechos tóxicos, lo que también afecta la tierra, con la consiguiente afectación de actividades primarias como agricultura, ganadería o pesca.
Si bien la alerta de diciembre de 2015 no es la última (en enero de 2013 se registró una grave crisis) el fenómeno tuvo una amplia cobertura mediática, por lo que amplios sectores de la opinión pública a escala internacional asocia a Beijing como un lugar altamente afectado por la polución.
Debido a la toxicidad de estos elementos la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que este país puede registrar 923 mil muertes en 15 años asociadas a la mala calidad del aire.
El reto para el gobierno chino es reducir los riesgos en la población causados por la alta afluencia de contaminantes, y así garantizar la salud pública en ciudades más habitables. China destinó 5.6 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al rubro de salud en 2013, que si bien por magnitud es una fuerte suma, en proporción con su economía es bajo (Estados Unidos registró 17.9%; Japón 10.1%; México 6.1%; por ejemplo).
Asimismo, la expectativa de esperanza de vida al nacer está alrededor de la media mundial con 75.4 años en 2015 (ligeramente menor que en México); pero debajo de países de la región como Japón (84.74), Singapur (84.68), Hong Kong (82.86), Corea del Sur (80.04) o Taiwán (79.98). Por lo que una emergencia sanitaria por causa de la alta contaminación puede representar un riesgo para el desarrollo de China.
En el aspecto social la contaminación en China puede traer cambios ya que por medidas sanitarias se han suspendido actividades escolares. Aunque también en redes sociales y la prensa internacional han difundido imágenes, aunque otras han sido censuradas.
El problema ha superado lo nacional para convertirse en un tema de interés mediático internacional, la pregunta es ¿Cómo el gobierno de China podrá revertir la contaminación que afecta a cerca de 50 de sus principales ciudades? Si bien Estados Unidos y China son los principales emisores de gases de efecto invernadero a escala mundial, ambos países mostraron interés en la reciente Cumbre de París COP 21, a la que el presidente del país asiático Xi Xingping asistió a la inauguración.
Pese a los avances en este foro, la realidad es que la crisis ambiental una amenaza a la salud de la población china, y si bien se pueden reducir el consumo de hidrocarburos por energías limpias como la solar o eólica entre otras, aún no se vislumbra una solución a corto plazo.