En un suceso inusitado, en el marco del caso Nóos, la Infanta Cristina de Borbón continuará en el banquillo de los acusados y será juzgada como cooperadora necesaria en dos delitos fiscales atribuidos a su marido Iñaki Urdangarin, en la compañía Aizoon.
Esto ha sido toda una sorpresa en el palacio de La Zarzuela. Su abogado Miquel Roca, estaba convencido, y así lo transmitió, de que a la hermana de Felipe VI se le iba a aplicar la llamada doctrina Botín, que establece que no se puede llevar a nadie a juicio por delito fiscal solo con la acción de la acusación popular. Por su parte la Casa del Rey se ha limitado a expresar “su absoluto respeto a la independencia del Poder Judicial”.
El tribunal de la Audiencia Provincial de Palma encargado del juicio del caso Nóos dictó el pasado 29 un auto en el que mantiene dentro de esta causa a la Infanta Cristina, que era una de las 18 personas acusadas inicialmente en la misma.
La sala considera en su auto que no se puede aplicar la “doctrina Botín” en esta ocasión, entre otras razones porque en el caso Nóos no fue solo el sindicato Manos Limpias la parte que denunció supuestas irregularidades fiscales por parte de la Infanta y de otros acusados, sino también la Fiscalía, si bien en el caso de Doña Cristina, Anticorrupción les dio un alcance distinto al pretendido por la acusación popular. El juicio en principio sería el próximo 9 de febrero.
Doña Cristina Federica de Borbón y Grecia reside en Ginebra desde que abandonó Palma de Mallorca. No hace declaraciones por consejo de sus abogados.
Elpaís.com/mábelgalaz/Abc.es/pablomuñoz/josepmaríaaguiló