Jorge Eduardo Navarrete | Investigador del PUED-UNAM | Exclusiva Siempre!
Para los países petroleros, el panorama es muy difícil, demanda deprimida, oferta en algunas partes, sobre todo en los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)*, alta y al alza, y precios muy deprimidos o deprimidos y éste es, desde luego, el peor momento para salir con una reforma petrolera como lo hace México, que pretende aumentar la producción a cualquier costo.
De acuerdo con Jorge Eduardo Navarrete López, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (PUED-UNAM), quizá se podrá hacer algo en lo que ya está en marcha, los yacimientos en aguas someras que no requieren grandes inversiones; pero las inversiones mayores en aguas profundas del Golfo de México que se esperaban como parte o como principal resultado de la reforma no se producirán en esta situación del mercado petrolero.
“Ni en México ni en Brasil ni en Rusia habrá quien realice inversiones para producir petróleo de alto costo, y si a esto le agregamos las conclusiones de la COP21, la Conferencia para el Cambio Climático, que apuntan hacia disminuir el uso de los combustibles fósiles, entre ellos el petróleo y el gas, la perspectiva es todavía menos promisoria.”
México va muy retrasado
Además, señala que cuando el mundo se prepara a descarbonizarse, como se dice, a dejar de depender tan marcadamente de los combustibles fósiles que producen las emisiones de gases de efecto invernadero, las emisiones de carbono, México se prepara a aumentar su producción de los combustibles que ya no son los combustibles del futuro, son los del presente, pero no los del futuro a largo plazo. El futuro está en las energías renovables y en ese terreno el mundo está haciendo todavía muy poco, aunque ya hay proyectos y realidades muy importantes, pero México no está haciendo prácticamente nada; en petróleo, en energía, estamos jugando el juego de hace 50 años en lugar de jugar el juego de los próximos 50 o 100 años.
Jorge Eduardo Navarrete es licenciado en economía por la UNAM. Es embajador eminente del Servicio Exterior Mexicano. Fue subsecretario de Asuntos Económicos de la Secretaría de Relaciones Exteriores; titular, como jefe de misión residente, de las embajadas de México en Venezuela, Austria, Yugoslavia, Gran Bretaña, China, Chile y Brasil; también fue embajador en Alemania; representante permanente de México ante la ONU; y fue subsecretario de Política y Desarrollo en la Secretaría de Energía.
En su trayectoria académica, ha sido profesor de la UNAM, en las facultades de Economía, Ciencias Políticas y Sociales, del Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey y de la Universidad Iberoamericana. Dentro del Grupo de Energía del PUED ha publicado recientemente varios documentos de trabajo y diversos artículos sobre la reforma energética en México.
Frente al panorama internacional que hay por la baja de precios del crudo, Jorge Navarrete expresa en exclusiva a Siempre! su opinión sobre la visita realizada por el Ejecutivo federal a Arabia Saudita y señala que “cuando los presidentes en México tienen una situación interna difícil, suelen irse de viaje; yo no le veo ninguna racionalidad real a visitar en estos momentos Arabia Saudita y otros países petroleros. Aparentemente, el presidente Peña pidió que se conversara para evitar que el precio del petróleo siguiera cayendo; no es por falta de conversaciones por lo que ha caído, es por una estrategia definida de los países petroleros que no la cambiarán porque el presidente de un país que es un jugador de muy escasa importancia en el mercado petrolero mundial lo pida.
El Presidente fue a perder el tiempo
“Si ése fue el objetivo de su viaje —procurar que haya alguna manera de detener la caída de los precios del petróleo más o menos—, no utilizó bien el tiempo. Si el objetivo es tratar de atraer inversiones puede tener algún resultado, porque ciertamente los árabes son países con excedentes de recursos para inversión en el exterior, pero con la actual caída de los precios, Arabia Saudita misma está entrando en un proceso de ajuste presupuestal, está reduciendo el gasto público, está reduciendo los subsidios y aumentando el precio interno en Arabia de los combustibles, gasolina y diésel, que son quizá los más baratos del mundo junto con los de Venezuela, y está restringiendo sus inversiones en el exterior, entonces vamos a atraer inversiones en países que están restringiendo sus inversiones. Creo que las probabilidades de éxito son menores de lo que serían en otras circunstancias.”
Con la experiencia que le da su larga trayectoria en el ámbito diplomático y en la academia, el investigador explica que “Arabia Saudita ha sido el factor más mencionado respecto de lo que está ocurriendo en el mercado petrolero mundial desde finales de 2014, ya por un año y poco más, y se le menciona con la teoría de que hay una estrategia saudita diseñada y llevada adelante a través de la OPEP, que es básicamente controlada por ese país, para recuperar la posición propia de Arabia Saudita y de los otros exportadores de petróleo miembros de la Organización en el mercado mundial”.
Navarrete López apunta en qué cosiste esta estrategia saudita: “mantener altos los niveles de producción, independientemente de lo que ocurra con los precios sabiendo que éstos caerán, con objeto de que salgan del mercado, deje de ser costeable que estén en el mercado los productores de alto costo, y cuando ellos piensan en los productores de alto costo piensan primero en los productores de petróleo no convencional de Estados Unidos, que es el petróleo que más ha aumentado su producción en los últimos 10 años, piensan en el petróleo de Siberia y de las zonas árticas de la Federación Rusa que es también de costo elevado de producción, piensan en el petróleo del subsal brasileño, que se llama así porque es un petróleo atrapado en aguas muy profundas o ultraprofundas, y piensan —aunque esto lo mencionan menos— en nuevos yacimientos petrolíferos en el Golfo de México, también de aguas profundas, en la porción de la región estadounidense del Golfo y en la porción mexicana. Los sauditas quisieran que la producción de esas áreas, el Shale estadounidense, el petróleo ruso, el petróleo brasileño y el nuevo petróleo del Golfo de México no llegarán al mercado para no desplazar la producción de Arabia y de otros países de la OPEP, principalmente de Irak, de los países que anda visitando ahora Enrique Peña, de Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos.”
Eficaz estrategia saudita
Para el embajador eminente, la estrategia saudita, que es de lo que más se ha hablado en los análisis del mercado petrolero desde diciembre de 2014, “está resultando excesivamente eficaz, en el sentido de que los precios han caído mucho. Estaban a mediados de 2014 por encima de 100 dólares y ahora, a principios de 2016, están por debajo de 30, me refiero a los precios de los “crudos marcadores”; la mezcla mexicana está todavía más abajo, y eso es lo que en cierto sentido Arabia Saudita quería, aunque nadie está seguro de si quería que cayeran tanto los precios y por tanto tiempo; tenemos ya 18 meses de precios en caída desde mediados de 2014 hasta ahora”.
Sin embargo, la producción que quisieron afectar “sí la han afectado, aunque de manera relativamente marginal, y el principal ejemplo es la producción de petróleo no convencional en Estados Unidos que ya dejó de crecer, que ya ha empezado a disminuir, pero que sigue siendo muy importante; han resistido mejor la caída de los precios los productores que mencioné en Estados Unidos, en Rusia, en Brasil, etc., de lo que inicialmente se esperaba y han seguido trabajando a pesar de la caída de los precios, muchos sin duda están trabajando muy por debajo de su costo de producción. Quizás un elemento que no se tuvo en cuenta en la estrategia saudita fue que una vez que la producción está en marcha a veces es preferible mantenerla por un tiempo, aun si el precio está por debajo del costo de producción, porque es más costoso cerrarla y volver a reanudarla después, cuando el mercado se recupere”.
No habrá recuperación en 2016
Nadie duda de que el mercado se recuperará, asegura Navarrete, lo que nadie sabe es cuándo, ya nadie espera que sea en el presente año que acaba de empezar; 2016 será también un año de precios muy bajos más o menos a los niveles en que estamos ahora o ligeramente arriba, desde luego por debajo de 50 dólares. “Es muy peligroso pronosticar precios en el mercado petrolero, siempre la realidad lo desmiente a uno, pero ciertamente sí es seguro en este momento decir que en 2016 y probablemente en la mayor parte de 2017 no habrá una recuperación, en parte por la estrategia saudita que es el elemento central, pero en parte también porque la economía mundial está casi al borde del estancamiento, está creciendo muy poco y el país más dinámico del mundo capitalista, Estados Unidos, está creciendo, aun cuando han empezado a surgir elementos de debilidad en ese crecimiento y seguramente la Reserva Federal no volverá a reducir las tasas de interés en estos primeros meses del año, como ya lo hizo en 0.25 por ciento, un cuarto de uno por ciento, en diciembre.”
Siguiendo con el tema, Jorge Eduardo Navarrete precisa el papel de Irán en este ajedrez que es el mercado petrolero. “Irán es miembro fundador de la OPEP, de hecho la idea de la Organización sí se le puede atribuir a dos personas: a un venezolano que se llamó Juan Pablo Pérez Alfonso y al primer ministro iraní que se llamó Mohammad Mossadeq, derribado por intervención de la CIA, entonces acaban de levantarse las sanciones que hacían difícil comprarle petróleo a Irán, durante el periodo de las sanciones vendía alrededor de un millón de barriles de petróleo al día a países que estaban eximidos de observar las sanciones, porque no tenían otra fuente lógica de suministro más que Irán, sobre todo en Asia y el Oriente Lejano; ahora que se retiran las sanciones poco a poco Irán puede llegar hasta 2.4, 2.6 millones de barriles diarios, algunos piensan que este aumento de aproximadamente uno hasta 2.4, 2.6 se puede producir a lo largo de 2016”.
Si así es, aumentará el exceso de oferta y caerán todavía más los precios, entonces Irán está en una situación muy difícil, por un lado necesita aumentar sus ventas para recuperarse después de un largo periodo en que estuvo excluido en buena medida del mercado por las sanciones; pero por otro lado, en la medida en que tenga éxito y venda más, contribuirá a la caída de precios y, por lo tanto, le resultará más difícil resarcir o restablecer sus ingresos, por eso actuará muy prudentemente; y si aumentara sus exportaciones, procurará no derribar el precio por debajo de 15 o de 10 dólares porque entonces no sólo ellos sino todo el mundo del lado petrolero sale perdiendo, y los únicos felices serán los dueños de grandes vehículos consumidores de gasolina sin límite en Estados Unidos y en otros países ricos.
Dado que las perspectivas se ven muy negativas para el mercado petrolero, pues persiste el descenso de los precios internacionales del crudo. Venezuela, uno de los 13 miembros de la OPEP, solicitó una reunión ministerial extraordinaria para febrero próximo; “es un poco como Peña Nieto yendo allá y diciendo, vamos a conversar, a ver qué podemos hacer, no le harán caso, una vez que han pagado el precio, una vez que se han mantenido los precios bajos por 18 meses, Arabia Saudita está más cerca de conseguir su objetivo y no cambiará de vía ahora. Ellos soportarán 2016 y 2017 con precios muy bajos, la recuperación vendrá en todo caso en 2019 o 2020 si ocurren dos cosas: si por los precios tan bajos la economía mundial empieza a crecer un poco más y aumenta la demanda petrolera, y si la oferta deja de crecer tan rápido porque en efecto salgan del mercado los productores de alto costo; y, en ese sentido, México sería productor de alto costo en los nuevos yacimientos de aguas profundas del Golfo de México, pero ahorita no es productor de alto costo sino que es productor de costo muy moderado en los yacimientos tradicionales que actualmente explota.
China avanza en energías renovables
En cuanto al factor China, comenta que no hay que exagerarlo, pues “China es un país enorme, la primera o la segunda economía del mundo, según se mida, y es un gran consumidor e importador de petróleo, pero ahora está creciendo más lentamente, ya no al 10 por ciento sino al 7 o al 6 por ciento, un crecimiento que muchos países, entre otros México, quisiéramos para un día de fiesta; por tanto China es quizás el país que está sustituyendo más rápidamente los combustibles fósiles por energías renovables. No es algo que nadie vaya a hacer de un año a otro, pero en periodo de decenios, en el último decenio el país más avanzado en energías renovables, en nuevas energías, es precisamente China, es decir, que dejará de ser el principal demandante de petróleo quizá para finales de ese decenio”.
Jorge Eduardo Navarrete apunta que otra cosa que hay que entender en el mercado petrolero es que “aunque los cambios a veces se dan de un día para otro en los precios, y los precios se derrumban tres o cuatro o cinco dólares de un día para otro, los efectos no se dan con esa velocidad, se dan a mediano y largo plazo. La recuperación vendrá, pero en el próximo decenio, y la pregunta es: ¿habrá la capacidad para resistir la situación de bajos precios de aquí a 2020?, algunos sin duda, sí; Arabia Saudita, sin duda; otros probablemente no la resistan”.
*A la OPEP también se le
conoce como Organización de
Países Productores de Petróleo.