A pesar de las crisis
Bienvenido el Año Nuevo, una nueva
oportunidad para hacer bien las cosas.
Oprah Winfrey
José Fonseca
En pocas ocasiones como el Año Nuevo es más evidente la veracidad de aquel viejo estribillo utilizado en los spots de El Heraldo de México: “hay quienes ven el vaso medio lleno, hay quienes lo ven medio vacío”.
Muchos, entre quienes ven el vaso medio vacío, lamentan que México tenga tantos problemas. Olvidan que problemas siempre hemos tenido y que siempre los tendremos. ¿Por qué? Porque así es la vida, con sus altibajos. A lo largo de nuestra accidentada historia siempre hemos encontrado la manera de evitar que los problemas nos aplasten, porque lo único inaceptable es dejarse llevar por la desesperanza.
En palabras del clásico: “haiga sido como haiga sido”, México ha avanzado, a pesar de las sucesivas crisis que nos agobiaron el siglo pasado y las de este siglo. Hemos avanzado porque la mayoría de los mexicanos no llevamos el luto en el alma. No sé si eso es bueno o malo, pero es una realidad que la mayoría mantenemos el optimismo de que mañana será mejor que hoy. Somos optimistas por naturaleza.
Lo que ha cambiado es que hay muchos que, con tal de avanzar sus propios intereses políticos y económicos, están empeñados en sembrar el rencor, hasta el odio, con su consiguiente desesperanza. Nos repiten que estamos enojados y descontentos. Muchos si lo están. ¿Cómo no estarlo si desde hace un tiempo los medios nos repiten cotidianamente que todo está mal, que los gobiernos han fracasado, que todo es un asco?
El mejor ejemplo son las redes sociales. Maravillosas herramientas de comunicación, convertidas en plataformas para el desahogo de los resentimientos y frustraciones de un sector de la sociedad. O cuando los periodistas nos apartamos del rigor profesional y cultivamos el descontento para cumplir con las agendas políticas y políticas de otros sectores de la sociedad.
El riesgo es serio. Los periodistas, sin la disciplina profesional, sin el rigor de siempre verificar los hechos, corremos el riesgo de convertirnos en sicarios al servicio de los grandes y poderosos intereses económicos y políticos que se disputan la nación.
Pese a todo lo anterior, quien esto escribe, incorregible optimista, mantiene la premisa de ver el vaso medio lleno y desea a todos que el 2016 traiga bendiciones para ustedes y sus familias.