Recaptura del Chapo

 

 

La contagiosidad de la delincuencia

es como la de la peste.

Napoleón Bonaparte

 

Capturaron a Joaquín Guzmán Loera, el Chapo Guzmán, cabeza del cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos, no sólo de México sino del mundo entero. Atrapado en un operativo de las fuerzas federales implementado en el estado de Sinaloa. Se trata, en el estricto sentido del término, de una recaptura, ya que en el mes de junio, el Chapo se había fugado del penal de máxima seguridad del altiplano, hecho que por sí solo hace cuestionar a cualquiera sobre si en verdad esos penales son de alta seguridad. Después de esta fuga, que es la segunda de un penal de estas características, tengo mis reservas sobre la alta o máxima seguridad.

Muchos dirán que la primera fuga fue durante un gobierno del PAN y esta segunda durante un gobierno priista; más allá de quién gobernaba el país, lo más importante es que la fuga se dio en dos ocasiones, con lo que demostró que la debilidad no sólo era gubernamental sino que se trataba de disfuncionalidad de instituciones del Estado mexicano, que deben estar mas allá de periodos de gobierno.

Cierto es y todos los mexicanos sabemos que el sistema penitenciario se encuentra totalmente rebasado, que son universidades del crimen donde en un hacinamiento total conviven delincuentes de diversos ordenes y niveles.

Sería mezquino no reconocer como un triunfo esta captura, pero también sería irresponsable pensar que con este acierto ya se resolvió el problema de fondo y que las bandas delincuenciales van a mermar y el tráfico de estupefacientes y drogas va a disminuir. Por supuesto que no es así, además falta saber qué pasó en las anteriores fugas, porque sin duda en ellas participaron un gran número de personas, algunas delincuentes, como el fugado, y otras que en teoría deberían de estar del lado de las autoridades encargadas de brindarnos seguridad y tranquilidad. Esos hechos no deben quedar impunes.

Este golpe a la delincuencia organizada le dio la vuelta al mundo, lo mismo diarios chinos, africanos, europeos o asiáticos mostraban en sus primeras planas la imagen del Chapo, lo que reafirma la importancia de esta acción que enaltece la labor de las fuerzas federales mexicanas, principalmente la de la Marina. Ahora se habla de extradición para que sea una corte estadounidense la que juzgue a Guzmán Loera. Indistintamente de si se va o se queda en el país, lo más importante por rescatar es que la autoridad mexicana no debe pensar que ya todo está resuelto al detener a las principales cabezas del narcotráfico; mientras el combate a este flagelo no sea frontal, directo y permanente, poco se podrá hacer. Es necesario pegar donde más duele, y a la delincuencia le duele mucho cuando con eficacia y contundencia se les pega en su estructura financiera.

Se hizo un gran trabajo, pero el Chapo no es toda la delincuencia, aún queda mucho trabajo por hacer.

 

@perezcuevasmx

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