La subida de las rentas, algunas políticas gubernamentales así como los bajos salarios en los estados del Sur de Norteamérica han empujado a miles de personas a los suburbios en la última década, detalla un reportaje de Chico Harlan para el periódico The Washington Post.
Esta situación ha generado círculos viciosos ya que al verse desplazados lejos de los centros de negocios, los empleos en los alrededores de las ciudades son mal pagados por lo que no hay movilidad socioeconómica relegando a decenas de personas en una zona solitaria y alejada de todo.
El reportaje se refiere a los 10 estados conocidos como Deep South es decir, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia, Georgia, Kentucky, Tennesse, Arkansas, Florida y Texas.
En el reportaje se detallan las historias de algunas personas que han perdido sus casas por las altas rentas y los bajos salarios quienes optaron por moverse a los suburbios en donde las rentas son menos caras.
Pero también se relata cómo con el tiempo, mantener los empleos en el centro de las ciudades es imposible ya que los desplazados deben tomar diversas rutas de transporte y consumir varias horas en el tráfico diariamente por lo que el salario se ve mermado.
Otro problema de los suburbios es que casi no llega la mano del gobierno y los servicios como la seguridad no son tan accesibles como en las zonas centrales.
A esta situación se le suma que la mayoría de las personas son solteros o bien padres solteros por lo que prácticamente enfrentan soledad y aislamiento social. Cinco de los seis estados de la Unión Americana con mayor cantidad de padres solteros está en los estados del Deep South. Los programas de apoyo a padres solteros han tenido pocos recursos y en muchos casos, han sido cancelados por falta de presupuesto.
Estas nuevas comunidades no solamente enfrentan dificultades para encontrar empleos mal pagados sino también enfrentan la situación de la falta de servicios y el asilamiento social.
Algunas personas se han visto forzadas a moverse incluso a casas de refugio temporalmente en lo que encuentran otro lugar donde rentar que sea accesible a su salario.
La mayoría de estas comunidades se integra por jóvenes entre 20 y 35 años de edad, quienes ahora sufren una nueva forma de empobrecimiento que no parece mejorar con el tiempo.
The Washington Post
oag