Entrevista a Raúl Martínez Solares Piña | Profesor de la Facultad de Economía-UNAM | Exclusiva Siempre!
La incertidumbre económica es la única verdad. La duda permanecerá todo este 2016, luego de que en diciembre pasado la Reserva Federal de Estados Unidos decidiera subir las tasas de interés y se confirmara la desaceleración china, que ha provocado turbulencias financieras en los mercados mundiales.
China, dolor de cabeza: Carstens
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, advirtió que el menor ritmo de crecimiento económico de China provocará fuertes dolores de cabeza a los países emergentes.
“Los mercados emergentes deben prepararse para un golpe potencialmente grave. El ajuste podría ser violento y los responsables de crear políticas necesitan estar listos para ello”, declaró al periódico británico Financial Times.
La difícil situación que atraviesa la segunda economía del mundo reaviva temores de un hundimiento en el precio de las materias primas, fenómeno que se comienza a percibir en la caída de los precios internacionales del petróleo.
La crisis financiera global de 2008, sumada a la decepcionante recuperación de las economías desarrolladas, causó el intento chino de pasar de un modelo de crecimiento basado en inversiones y exportaciones a otro sostenido por el consumo interno. Experimentar un cambio tan drástico en la política económica de la nación asiática sin efectos colaterales se prevé muy complicado.
No hay que preocuparse: Gurría
Ante este panorama financiero mundial, ¿es probable una nueva crisis económica mundial de dimensiones negativas como la de 2008, considerada la peor en la historia mundial superando, incluso, a la Gran Depresión?
José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, aseguró que México no debe preocuparse porque tiene a favor su estrecha relación económica con Estados Unidos.
Sobrerreación de los mercados
Para Raúl Martínez Solares, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, no hay economía emergente que se vea mejor que la mexicana en sus variables fundamentales. Sin embrago, el gobierno federal debe aplicar adecuadamente las reformas estructurales y aprovechar la ventaja competitiva de esta turbulencia financiera.
¿México cuenta con elementos suficientes para enfrentar la tormenta china?
Hoy China es el gran símbolo y, al mismo tiempo, el gran pretexto para la volatilidad internacional. Primero hay que entender la dinámica económica china. El país asiático creció, durante prácticamente 15 años, a tasas superiores al 10%. Y esto lo hizo porque se basó en un modelo netamente de exportación y generó condiciones: propició la migración del campo hacia la costa donde crearon grandes centros industriales, lo que provocó una enorme producción de exportación. En eso basó su crecimiento, y en impulsar la infraestructura. Así, China se convirtió en un gran consumidor de una serie de productos, entre otros los llamados commodities. Consumía a escala mundial una parte importantísima de níquel, cobre, granos, precisamente por el tamaño de su población. Desde hace algunos años se sabía que China se estaba desacelerando. Ningún país en la historia de la humanidad puede sostener tasas de crecimiento acelerado durante periodos prolongados. Y esto es una sobrerreacción de los mercados.
Y otro elemento es la depreciación del yuan frente al dólar…
Por supuesto. Nos estamos dando cuenta de que China tiene información económica que no es perfecta. China regulaba ciertos elementos económicos y genera turbulencias. Sabíamos que China se iba a desacelerar, tiene serios problemas en términos de manipular ciertas variables económicas por su economía centralizada y distorsiones que no puede controlar por el tamaño de su economía. Cuando decimos que China es el problema, que su moneda viene a la baja, en realidad China es un elemento que genera reducción en la tasa de crecimiento mundial, pero no debería estar generando tal nivel de volatilidad en los mercados. Sí hay un componente muy importante de sobrerreacción y casi de paranoia en los mercados financieros internacionales.
¿Cuáles son los escenarios para este 2016? La estimación del Fondo Monetario Internacional es a la baja.
Pienso que México estará creciendo entre el 2.6% y 2.7%, y eso dependiendo de si Estados Unidos mantiene su ruta gradual y sostenida de crecimiento. Dependerá de que el gobierno federal mantenga su deuda bajo control. Hoy México, pese a todo, se ve muy bien en el plano internacional. Hoy si volteamos a ver las economías emergentes como China que está cayéndose; Brasil, destruido; Chile, con problemas muy serios por su dependencia del cobre; Colombia, con un nivel de devaluación mucho mayor que México, con problemas de déficit fiscal brutales; Sudáfrica con problemas de desempleo bestiales…
Momento atípico
Qué ajustes debe aplicar el gobierno ante esta turbulencia financiera?
Como margen de error tiene muy poco. Puede hacer algunas cosas pero tampoco puede hacer mucho. Por ejemplo, el tipo de cambio es un tema que nos alarma mucho a los mexicanos. Hoy el país no tiene nada que ver con el México que devaluó en los años setenta y ochenta. Esas devaluaciones y la última del 94 tuvieron que ver con condiciones de debilidad de la economía mexicana. Se gastaba más de lo que se tenía. Hoy la mayor presión del tipo de cambio no viene de adentro sino de afuera. Por ello el Banco de México realiza subastas: libera en el mercado nacional recursos en dólares que permiten tratar de contener los movimientos especulativos. Hoy el Banxico está imposibilitado para defenderse de los movimientos especulativos que hay alrededor del peso, porque todo eso se da en los mercados internacionales.
¿Ha funcionado la subasta de dólares para mantener orden en el mercado cambiario?
Ha funcionado en lo interno, es algo que hacen los bancos centrales para mandar señales. La señal que está enviando Banxico es “tengo reservas, acumulé mucho durante varios años y defendiendo contingencias como las que ahora enfrentamos”. No se puede enfrentar la especulación internacional, no es una especulación contra el peso, es un movimiento de flujos internacionales que fortalecen el dólar.
El peso mexicano en comparación con otras monedas, como el real brasileño, el euro en ciertos momentos, el rand sudafricano y otras monedas de economías emergentes, se ubica estable. No vemos un debilitamiento del peso sino un fortalecimiento del dólar. Es el efecto fly to quality, donde los recursos financieros de grandes conglomerados de fondos de inversión, de fondos de pensiones muy grandes en todo el mundo, se salen de las economías que consideran de mayor riesgo y se mueven masivamente a economías como la estadounidense. Al hacer eso se están comprando dólares, se encarece y afecta el tipo de cambio.
La economía nacional depende mucho de lo que haga Estados Unidos, ¿qué ruta financiera está perfilando el vecino del norte?
Hay que recordar que estamos viviendo un momento totalmente atípico. El Banco de México se preparó antes e hizo lo correcto: bajó las tasas hace un par de años a un nivel muy bajo, precisamente para que cuando Estados Unidos rebotara su tasa, tuviera margen de maniobra para comenzar a moverse sin que de inmediato tuviera que generar un incremento en las tasas. Lo que está haciendo Banxico es ajustarse a los movimientos de la Reserva Federal de Estados Unidos. Esto nos va a generar estabilidad, pero hay que recordar que está asociado a que Estados Unidos comienza a crecer y es la mejor noticia que podemos tener. Hay que ver como una oportunidad que la única economía que se está recuperando y está creciendo es la economía vecina del norte. Si nosotros nos vinculamos de una forma armónica, no dependiente, sino aprovechando las oportunidades de crecimiento, México se va a colgar de esa tasa de crecimiento. Lo que es una realidad es que México tiene muchos años sin crecer por muchas razones, entre ellas, por una enorme debilidad institucional en Estado de derecho, donde no se aplica la ley en algunas regiones.
Mantener disciplina en el gasto
Observamos el precio del crudo a la baja, la depreciación del peso frente al dólar, el efecto de la economía china, ¿cómo golpeará a la economía mexicana?
Pese a todo estamos en un mejor escenario que hace 10 o 15 años. México ya no es la economía petrolizada que fue hace décadas. En algún momento, México llegó a tener una dependencia de 80% de sus exportaciones de crudo, y una proporción muy similar de los ingresos del gobierno federal provenían del petróleo. Ahora esta proporción se ha reducido significativamente, alrededor del 30% de los ingresos son del petróleo solamente. Y si lo medimos con el nivel de exportación se ubica en 18%. Esto nos pone en un panorama diferente.
Sin embargo, el precio del petróleo para México afecta la balanza comercial neta y esto presiona el tipo de cambio. El precio del petróleo en México se está abaratando y tiene espacio de caída, producto de la hiperreacción de los mercados. Terminará esto cuando se acabe el nerviosismo en los mercados y cuando haya signos de recuperación económica. Y esos datos no los veo para este 2016. Tal vez en 2017 comencemos a observar una mejoría.
Mientras tanto, ¿qué puede hacer el gobierno?
El gobierno federal tiene que ser muy estricto en la disciplina del gasto. El gobierno está recortando donde es más fácil y más inconveniente, que es en la infraestructura. En algunos casos está realizando reducciones de gasto corriente en nómina de algunas dependencias federales y de seguro lo tendrá qué hacer en Pemex. De todo esto dependerá que México pueda enfrentar de manera adecuada las condiciones del entorno internacional. En lo interno, el consumo se está medianamente reactivando, estamos colgados de la parte manufactura-Estados Unidos. Si el consumo estadounidense crece, toda nuestra industria manufacturera lo hará y nos dará un soporte de estabilidad. Estamos recibiendo un buen nivel de inversión extranjera directa y esto también reforzará la estabilidad económica. Las condiciones mejorarán o empeorarán dependiendo de que el gobierno no deje de controlar su deuda, que ha crecido; controle adecuadamente el gasto, pero que privilegie el gasto que genere valor a la sociedad, que es el gasto en infraestructura.