Segunda de tres partes

Los que se fueron

Gustavo Sáinz murió en Estados Unidos, donde vivía desde hace décadas. A pesar de que Sáinz siguió experimentando nuevas formas literarias, las notas sobre su muerte se dedicaron casi exclusivamente a su primera novela, Gazapo, donde retrata en forma muy libre a su familia y a Rosita, su primera esposa. Tenía, y eso reveló su muerte, muchos amigos y seguidores de su obra. Algunos, como Ignacio Trejo Fuetes, son colaboradores de “La cultura en México”, suplemento de la revista Siempre!

También falleció en 2015, la feminista Elena Urrutia. Organizó dos homenajes fuera de serie, uno a Rosario Castellanos y otro a Elena Poniatowska. Desde luego, no fue lo único que hizo por el feminismo en México, pero los textos de los participantes en uno y otro homenaje iban de Carlos Monsiváis, a Carlos Montemayor y Dolores Castro. Me temo que Elena Urrutia era más bien oral y no escribía todo, porque recuerdo dos conferencias suyas, una sobre el feminismo con Carrillo Puerto y otra sobre la juventud de Carlos Fuentes, que si alguien las grabó debería buscar publicarlas, porque valen mucho la pena. O tal vez no, lo que habría que hacer es reunir su obra, porque anda dispersa en revistas y libros colectivos.

Y también falleció Eraclio Zepeda

Con todos los honores, como debe de ser, se fue Eraclio Zepeda. Chiapas es región de grandes escritores, baste mencionar a la misma Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Oscar Oliva o Juan Bañuelos, pero Eraclio se hizo heredero de una tradición chiapaneca que es la del “cuentero”, de ahí que su literatura tiene, como la de Rulfo, un horizonte oral.

Otros más que se fueron

Muy sentida la muerte de Hugo Gutiérrez Vega, Su partida fue motivo no sólo de mostrar los afectos que tenía, sino para releer su poesía y sobre todo, con varios testimonios, recuperar una de sus vertientes a estas alturas un poco olvidada: sus actuaciones teatrales y en general su paso por el teatro universitario.

Siempre polémica, Raquel Tibol fue estimada por quienes apreciamos su conocimiento profundo del arte y sobre todo, el valor y rectitud moral con que siempre sostuvo sus puntos de vista contra tirios y troyanos, porque más de una vez la atacaba el fuego enemigo y el amigo. En estas páginas se refirió a ella, nada menos que Alberto Híjar, tal vez uno de los pocos con los que Raquel polemizaba y se dejaba ganar la discusión, porque lo consideraba a su altura.

Consternación mundial causó la muerte de Günter Grass, tal vez el novelista alemán más famoso de la segunda mitad del siglo XX. El tambor de hojalata, que causó revuelo en el mundo, explora caminos insospechados que unen el humor, muy ácido, y lo grotesco. Al final de su vida reveló que perteneció a las SS, las fuerzas de élite nazi que después serían consideradas criminales de guerra. Grass añadió que muchos jóvenes de su generación fueron seducidos por el poder nazi. De hecho políticamente se le consideraba un social-demócrata. Obtuvo el Premio Nobel en 1999.

Dos eminencias grises

Murieron dos figuras españolas. José Manuel Lara Bosch era nada menos que el mandamás de la Editorial Planeta, la más grande en lengua española. Sólo mencionarlo trae a la mente, la frase de Balzac en Las ilusiones perdidas, cuando el cínico periodista Etiénne Costeau dice al joven poeta Luciano du Rubempré cuando ve pasar a un editor: “acabas de ver pasar a la Divina Providencia”, vale decir el que tiene en sus manos tu destino. Pero, creo, más importante para los escritores fue Carmen Balcellls, quien manejaba los derechos de autor de muchos escritores, (con su correspondiente porcentaje) de la talla del Nobel Gabriel García Márquez o los Goytisolo. La señora Balcells ideó, además, el vender los derechos según los formatos: rústico, de bolsillo, para TV, para club de lectores y etcétera. Representaba, además, a los escritores más prestigiados de España y América Latina. En el momento de su muerte estaba a punto de lanzase en la edición de los e-book.

El ballet de luto

Maya Plisétskaya es tal vez la más reconocida de las bailarinas rusas y se le considera en el grupo de la cubana Alicia Alonso y la británica Margot Fonteyn, Sus interpretaciones del Lago de los cismes, de La muerte del cisne o de Don Quijote dieron la vuelta al mundo en la pantalla cinematográfica (y todavía pueden admirarse en You Tube). Obtuvo premios y homenajes en la Unión Soviética y sus giras la llevaron a los Estados Unidos, Francia, Italia o Argentina. Participó nada menos que en el Ballet de Maurice Béjart y creo que hasta en la más aclamada creación de este grupo: El Bolero de Ravel. Béjart creo varias coreografías para ella, como Isadora.

La mezcla de ballet clásico y danza moderna de Béjart, caracterizó a Gloria Contreras, la bailarina mexicana que falleció este 2015. Gloria Contreras no sólo fue una bailarina excepcional, sino como Guillermina Bravo, creo una compañía, el Taller Coreográfico de la UNAM, que sostuvo hasta su muerte. En el teatro Carlos Lazo de Arquitectura y en la Sala Miguel Covarrubias de “Cultisur”, ofreció 92 temporadas en las que se estrenaron cientos de obras, muchas de ella, pero también de decenas de coreógrafos que encontraron ahí un foro abierto.

Campanas al vuelo

Los premiados este año fueron muchos. Fernando del Paso se convirtió en el Premio Cervantes de 2015, sin duda, el de más prestigio de la lengua española. Con el Premio Nacional de Artes y Ciencias, el más importante del país, fueron distinguidos en el campo de Literatura y Lingüística el poeta David Huerta, (Efraín, su padre, lo recibió en 1976), el narrador Felipe Garrido y la lingüista Virginia Lastra, especialista en otomí y chichimeco. En Arte, los elegidos fueron el escultor Sebastián, el del “Caballito” amarillo; el arquitecto Fernando López Carmona, el del edificio de la Bolsa Mexicana de Valores, y el popular actor Ignacio López Tarso. Muy sorpresivo el reconocimiento al investigador Antonio García de León, y decimos sorpresivo no porque no lo merezca, que de eso no cabe duda, sino por su ideología de izquierda que no suele ser santo de la devoción de los gobiernos mexicanos, aunque a veces puede haber, como en este caso, excepciones.

Que el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma haya sido nombrado académico de la lengua va más allá de ese reconocimiento, porque abre la puerta a que las piedras (materia de los arqueólogos) hablen, sean reconocidas como lenguaje. De hecho, todo lo que Matos hace es excepcional, baste decir que encabezó el proyecto Templo Mayor, cuando éste estaba recién descubierto.

Svetlana Alexievich obtuvo el Premio Nobel de Literatura 2015. Se convierte en la décimo cuarta mujer en recibir esta distinción y, como es bielorrusa, se suma a los disidentes soviéticos reconocidos por la Academia Sueca. Es la primera periodista, lo que forma parte de la tendencia actual de desvanecer las fronteras entre los géneros literarios y en particular de escribir obras de no-ficción, de Truman Capote a Elena Poniatowska.