Entrevista a Marcos Chávez | Analista económico | Exclusiva Siempre!

A pesar de sus reticencias y de las implicaciones que significaría retrasar aún más los ajustes al gasto público, el secretario de Hacienda Luis Videgaray anunció un recorte a las finanzas nacionales por 132 mil millones de pesos, una medida esperada desde hace tiempo dada la enorme caída en los precios del petróleo y la depreciación del peso frente al dólar.

La medida afecta primordialmente a Pemex, ya que se le reducirán 100 mil millones de pesos a su presupuesto y afectará primordialmente proyectos de desarrollo de Pemex Exploración y Producción, situación que, en opinión de especialistas, acabará por desmantelar la empresa productiva del Estado y favorecerá su venta al sector privado.

El titular del Banco de México, Agustín Carstens, anunció a su vez un aumento de 50 puntos base a la tasa de interés para quedar en 3.75% para estabilizar y apreciar el peso a través de la tasa de interés y no mediante el aumento de la oferta de dólares en el mercado, que solo favorecía la especulación.

El ajuste anunciado por Hacienda fue calificado por el analista económico Marcos Chávez como tardío y fuera de la realidad, en tanto que el aumento a la tasa de interés podría ser recesivo y explica a Siempre! el porqué de sus aseveraciones.

a su vez un aumento de 50 puntos base a la tasa de referencia

cta primordialmente a Petro“El problema fundamental es que el programa económico que se propuso para 2016 —con los recortes petroleros aplicados el año pasado— hicieron que el programa estuviera fuera de la realidad debido sobre todo a la pérdida de ingresos petroleros. Para este año estaba programada una paridad de alrededor de 13 pesos por dólar, 50 dólares por barril. Hoy, el promedio del precio del petróleo es de 23 dólares en lo que va del año, es decir, el gobierno ha perdido la mitad de los ingresos que pensaba recibir para este año.

El anuncio de los recortes no es una política preventiva como señaló el titular de Hacienda Luis Videgaray, sino una situación conocida que era esperada en términos internacionales, es decir, se hizo tarde, a destiempo y en un escenario donde el gobierno está fuera de la realidad.

“El recorte del gasto público, que a mi juicio puede ser insuficiente, evidencia que el famoso seguro petrolero resulta inútil para compensar la pérdida de divisas. No sería extraño que si no logran repuntar los precios del petróleo —no hay razones para pensar que sea así— el gobierno podría anunciar un tercer recorte hacia mediados de año.

El problema central es la pérdida de divisas petroleras que obliga al gobierno a recortar el gasto público porque no se cumplirán las expectativas programadas y aprobadas por el Congreso para este año.

Por otro lado, está el caso del aumento a las tasas de interés. A mi juicio se tomó una decisión recesiva en momentos de crisis, aunque el responsable del Banco de México, Agustín Carstens, dice que es para encarar la volatilidad del tipo de cambio.

El movimiento del tipo de cambio se debe a varios factores; uno, es el problema de la restricción de divisas obtenidas por el comercio exterior del país, señalada por la caída de los ingresos petroleros. El segundo factor es por el cambio que realizó la Reserva Federal Estadounidense con la elevación de sus tasas de referencia y que provoca un reacomodo en los flujos de capital internacional.

A raíz de la baja de las tasas de interés que casi se volvió cero nominalmente, en los principales países industrializados en términos reales, si se le quita la inflación que es negativa, sólo provocó que ese dinero buscara en mercados emergentes como México o Brasil, mayor rentabilidad, aprovechando los diferenciales de las tasas de interés pagados por estos países.

El fenómeno fue apoyado por las masivas inyecciones de capital de los bancos centrales. Hoy el cambio en la política monetaria iniciada por la Reserva Federal implica que salgan capitales de manera masiva, fenómeno que se registró en 2015 y que está pasando ahora.

Elemento adicional es que hay una dinámica especulativa con los precios del petróleo, la movilidad que vemos es producto de un ataque especulativo de los principales fondos de inversión internacional, aunado al exceso del petróleo que existe en el mercado internacional debido a una mayor producción y a una menor demanda.

La política del Banco Central pretende contener esa especulación y trata de estabilizar los cambios ofreciendo mayores rendimientos a los que demandan o a los que tienen capitales para evitar que especulen o que salga dinero del país, y es lo que está ocurriendo. Tanto la política de Hacienda como la del Banco Central buscan reducir el dinero circulante en la economía y la menor demanda de divisas para supuestamente tratar de estabilizar el tipo de cambio.

Insisto, Hacienda había programado una paridad de 13 pesos y vemos que está cerca de 20 pesos por dólar, lo que implica que el programa económico está desquiciado. El gobierno funge como apaga fuegos pero no va a resolver el problema.

Ya se dio a conocer el recorte, que afecta sobre todo a Pemex…

Ese tipo de medidas ya son conocidas. Si hacemos una similitud, es parecido a lo que ocurrió a finales del gobierno de José López Portillo con el desplome de los precios petroleros de ese momento, en que se basó el famoso modelo de crecimiento económico aplicado en 1982, con medidas similares a las que se aplican en este momento.

También se recortó el gasto público, hubo especulación de tipos de cambio y salida de capitales. La historia la hemos visto una y otra vez en el país y los resultados son prácticamente inútiles. El método más fácil que aplica todo gobierno, y así lo indica la ortodoxia económica, es recortar el gasto público, y con el aumento de las tasas de interés hay efectos recesivos.

 

Se acelerará desmantelamiento de paraestatal

¿Qué implica el recorte del gasto público?, que se afectará infraestructura, carreteras, el gasto social, el funcionamiento de la administración pública en general y con el aumento de las tasas de interés, simple y llanamente va a afectar a los usuarios del crédito, a deudores y a las propias empresas.

Si a esto se le suma la devaluación de la moneda que lleva alrededor del 30 por ciento desde el año pasado a la fecha y alrededor de un 15, 18 por ciento en lo que va del año, vamos a tener efectos inflacionarios dada la dependencia de las importaciones del país, que hasta ahora no se ha sentido entre otras razones por la baja capacidad de compra de la población, pero los propios empresarios ya anuncian que no tardan en trasladar este aumento de la inflación importada a los productos finales.

¿Qué expectativas tiene Pemex?

Los datos sobre la balanza de Pemex arrojan prácticamente pérdidas fuertes. El titular de Hacienda hace poco dio apoyos a la empresa productiva que, si no tuviera ese saqueo tributario, podría enfrentar aunque con dificultades sus problemas, sólo que eso implicaría el cambio en la política fiscal del sector petrolero, que no está en el interés del gobierno.

La meta primordial en la política petrolera es acelerar el proceso de reprivatización y desnacionalización de la propia industria. El hecho de que se recorte la inversión —el año pasado también fue afectada— repercutirá más en su expansión y en su viabilidad como empresa, que será utilizado por el gobierno como un elemento adicional para acelerar su desmantelamiento y ceder los espacios al sector privado.