Briseyda Cristina Alvarado González tiene quince años; desapareció de su hogar en el municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, el pasado 22 de febrero, presuntamente, un hombre al que conoció en las redes sociales la convenció de que abandonara su casa y se fuera con él.

Ángel Abdiel Hernández Esparza es un niño de apenas cuatro años de edad; desapareció de su hogar el 21 de febrero del presente año. Presuntamente, una mujer lo sustrajo de su casa situada en la colonia Francisco Villa en el municipio de Mazatlán, Sinaloa.

Por las desapariciones de ambos menores, el gobierno mexicano emitió las respectivas alertas Amber y son dos de los dispositivos vigentes de las más de 170 que se han activado del 2014 a la fecha en todo el país.

De 32 entidades federativas, sólo cuatro no han tenido necesidad de activar este procedimiento que se ha ganado la confianza social por su grado de eficacia y prontitud. El recurso tecnológico no ha sido, hasta ahora, utilizado por Colima, Chiapas, Baja California Sur y Nayarit.

Fuera de esas entidades, el resto mantienen entre una y 26 alertas Amber acumuladas; el grueso de ellas sin embargo, se encuentran con la clasificación de “localizados”; es decir, son menores que fueron encontrados sanos y salvos y devueltos a sus hogares.

Hay entidades federativas que aglutinan el grueso de estos casos de alerta: Morelos con 26 casos; Estado de México con 24; Tabasco con 22; Guerrero, con 13 casos; Veracruz y Querétaro con 9 cada una; Chihuahua, con 7 y Jalisco con 6.

Si bien son diversos los factores que acusan las causas de la desaparición temporal o definitiva de estos menores, hay comportamientos que son comunes en determinados grupos de edad: jovencitas que deciden huir de sus hogares porque encuentran el amor en las redes sociales y deciden creer en personas que no conocen y les entregan todo sin pensarlo dos veces.

Están los raptos de los propios padres -o madres- de los menores que en el afán de castigar a la pareja, deciden llevarse a sus pequeños sin aviso de por medio.

Y hay casos, como el de Ángel Abdiel, donde hay terceros involucrados, en donde se presume la comisión de un delito, por lo que la vida de esos pequeños corre peligro. 

De los últimos 69 casos expuestos, la mayoría se trata de personitas del sexo femenino; de dichos expedientes, las alertas en 18 casos fueron desactivadas; 49 tienen la clasificación de localizados y sólo dos, la de Briseyda y la de Ángel Abdiel, se mantienen vigentes.

La eficiencia de la Alerta Amber no estriba solamente en la rapidez con que la información del desaparecido sea dada a conocer; en este procedimiento de búsqueda, la participación social es determinante: compartir, difundir en corto, advertir a familiares y amigos, y no darle tregua a los delincuentes que abusan de la confianza de estos menores, puede marcar la diferencia.