El tono romántico que hasta hace algunos ayeres acompañó a los malentendidos reclamos feministas, comienza a desaparecer. El nuevo enfoque de su muy justa lucha por la equidad y la superación, quedó plasmado en el Primer Encuentro Internacional de Mujeres en la Economía del Conocimiento y la Innovación.
Más allá del pomposo título inscrito, la realidad de los tiempos y las necesidades actuales, quedó debidamente detallada y plasmada en las conclusiones de este encuentro enmarcado en la globalización del conocimiento, la innovación, el trabajo y la creatividad.
Desde Mérida, Yucatán, se registró este intercambio de avances informativos en cuanto a equidad de género se refiere, pero sobre todo, se marcó la agenda de prioridades, las cuales fueron enfocadas más a cuestiones económicas, desde la vida productiva hasta la independencia financiera a través de estrategias como el autoempleo.
Las mujeres exigen un verdadero cierre a la brecha salarial y abatir la carga desigual del trabajo y hasta la falta de remuneración.
El Instituto Nacional de las Mujeres difundió las conclusiones a las que llegaron las féminas procedentes de distintos puntos del orbe, como el generar más actividades productivas con valor agregado, para con ello fortalecer sus capacidades e ingresos; y que puedan acceder con mayor facilidad a microfinanciamientosy programas de fomento de la creatividad.
Que las agendas gubernamentales se construyan a partir de la diversidad social y democrática, considerando efectivamente a los grupos de mujeres indígenas, habitantes de las zonas rurales, urbanas; de las mujeres migrantes; las niñas, las adultas mayores, las que viven con alguna discapacidad y las preferencias sexuales.
Seguir fortaleciendo acciones dedicadas a reducir las brechas digitales, geográficas y lingüísticas para que las mujeres se incorporen al desarrollo sustentable, con una educación en la igualdad desde los primeros años escolares.
Que se haga realidad la aplicación de la Norma Mexicana para la Igualdad Laboral entre Mujeres y hombres, como estrategia nacional para garantizar igualdad de oportunidades y de trato en las empresas y las instituciones y combatir las prácticas discriminatorias.
Romper de fondo los estereotipos de género, sin cuestionar el por qué quieren ser ingenieras, científicas o estudiosas de las matemáticas. Impulsar más y nuevos programas académicos con becas especiales para los niveles medio superior y superior, en áreas de generación de conocimiento científico e innovación tecnológica.
Potenciar la vinculación del sector productivo con las universidades y centros de investigación, para facilitar la transición de las mujeres del ámbito educativo al laboral, pero también, promover la infraestructura necesaria, incluyendo el acceso a la tecnología, para que puedan conciliar la vida familiar y la vida laboral.
Es decir, derribar todas esas barreras estructurales, desde la violencia contra las mujeres que sigue siendo el pan de cada día en muchos puntos del país; a la par, derrocar la discriminación, los estereotipos y la exclusión a temas tan básicos como la salud, educación, vivienda digna y todo aquello que garantice su bienestar físico, emocional, económico y laboral. Una tarea nada sencilla en los tiempos actuales.
