Primero como base naval, instaurada en 1898 y después un espacio convertido en prisión de terroristas internacionales después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, Guantánamo se ha convertido en una disputa política entre republicanos y demócratas, especialmente, en contra del todavía presidente Barack Obama.

La normalización de relaciones con Cuba así como el cierre de la prisión de Guantánamo fue una prioridad en la agenda política de Obama especialmente desde su segunda administración a partir de 2012.

Incluso, el congreso norteamericano en 2012 estaba a favor de su clausura definitiva de la prisión pero se ha convertido en una bandera política en contra del presidente Obama y de Hillary Clinton argumentando, entre otras cosas, que no hay lugar para el reacomodo de los reos en otras prisiones, que es un lugar geoestratégico para Washington y que es impensable traer al suelo norteamericano a terroristas de alta peligrosidad además de que la administración del cierre de Guantánamo costaría cerca de $475 millones de dólares, dinero que puede ser aprovechado de una mejor manera en otros rubros.

Los senadores implicados en esta materia —cuyas decisiones en conjunto harán que se apruebe o no el cierre de Guantánamo— son los republicanos John McCain de Arizona, Kelly Ayotte de New Hampshire, Tom Cotton de Arkansas y Marco Rubio, de Florida, quienes han fortalecido los argumentos en contra del cierre de Guantánamo transformando esta petición del ejecutivo en una bandera política en plena época de elecciones.

En una tradición de otorgar un presupuesto austero para las fuerzas armadas, los demócratas estadunidenses siempre han mantenido un bajo perfil hacia la guerra favoreciendo la diplomacia como prioridad en la agenda de política exterior.

En este sentido, la administración de Obama se ha caracterizado por revertir las tendencias de la guerra y de retirar a la mayor cantidad de efectivos militares en Medio Oriente, una cuestión que ha sido muy criticada pero a la vez muy aplaudida especialmente por las familias de los militares repatriados.

Guantánamo albergó cerca de 500 prisioneros de más de 40 países que eran considerados como terroristas internacionales después de que Estados Unidos le declaró la guerra global al terrorismo iniciando una cruenta guerra en Afganistán que pervive hasta el día de hoy.

Actualmente, Guantánamo solamente alberga a 91 prisioneros de los cuales, 35 están listos para ser repatriados, tal como ha sucedido desde 2010 con la mayoría de los detenidos con nacionalidades extranjeras.

 

The Guardian/El País
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