El aire exterior de las zonas urbanas ha sido el responsable de la muerte prematura de 3 millones de personas cada año y representa el 3 por ciento de la carga mundial de enfermedades, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde 2002, es decir, hace 14 años, no se había manifestado una contingencia ambiental de tal intensidad como la registrada ahora en la Ciudad de México, por lo que en la tarde de ayer, la Comisión Ambiental de la megalópolis declaró para hoy la fase I en la zona metropolitana del Valle de México. Ante esta emergencia, el Sistema de Transporte Colectivo metro y metrobús funcionarán de manera gratuita en todas sus líneas.

Este problema ocurre debido a una situación de extrema estabilidad atmosférica por un sistema de alta presión, cielo despejado, ambiente brumoso y viento débil, que ha afectado la zona centro del país desde los últimos tres días, aunado a la radiación solar y el incremento de ozono, el cual no se veía desde hace 14 años.

Las recomendaciones para sobrellevar este día difícil para la poblada urbe son evitar la exposición al sol durante las 11 y 15 horas, disminuir el uso del automóvil, no realizar actividades al aire libre, no fumar en espacios cerrados y seguir las restricciones del programa hoy no circula, que indica que de 5:00 a 22:00 horas deberán dejar de circular los vehículos con holograma de verificación 1, 2 y permisos con terminación de placa en número impar.

Las peores contingencias de la historia mundial

La Ciudad de México no es la única que ha sido afectada por este fenómeno, a lo largo de la historia, otros países como China, Indonesia, Japón y Perú han sufrido los estragos de la mala calidad del aire.

El 14 enero de 2013, el gobierno de China expuso la emergencia ambiental en Pekín, ciudad que vivía ya el tercer día de mayor polución en su historia, por lo que tuvieron que reforzar las medidas de seguridad para procurar el saneamiento de la atmósfera y la salud de los habitantes, y éstos mismos recurrir al uso de cubre bocas dado que habían alcanzado el límite máximo de microgramos de contaminación: 933, una cifra descabellada, puesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS), ubica en 25 una cantidad aceptable.

La tragedia nuclear de Fukushima Dahiichi, en Japón, provocó que el 11 de marzo de 2011 se produjera el peor desastre ambiental desde Chernobyl, luego de que un potente terremoto de 8.9 grados Richter sacudiera la zona de la costa japonesa. Un mes después del accidente, la impureza de la atmósfera debido a la radiación había alcanzado el nivel 7, debido a las severas emisiones tóxicas y la combinación con el C0₂ del ambiente.

Indonesia es considerado como uno de los países que emiten la mayor cantidad de contaminantes por habitante; se calcula que por año el aire recibe unas 10 toneladas de CO₂ y gas metano. Para comparar el nivel de la toxicidad sería necesario juntar a todos los pobladores de los países europeos para llegar a esa cantidad de contaminante. Se cree que esto se debe a que se ha deforestado casi el 50 por ciento del país y a los peores incendios forestales que se registraron en 2006, de acuerdo con un reporte del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

En los primeros días de mayo de 2014, la ciudad de Lima, en Perú, obtuvo el título de la más contaminada de Latinoamérica, pues en un estudio que realizó la OMS en ese año, la cifra de microgramos tolerados de polución rebasaron los niveles de 25, situándose en 58, una cantidad casi 6 veces mayor a la establecida. Ante esta situación, el Ministerio del Ambiente Peruano lanzó el portal InfoAire Perú, un sitio en el que la población puede consultar de manera diaria y gratuita la calidad del aire y prevenir enfermedades respiratorias.

Ante el reciente aumento de la temperatura global de 2 grados, la aceleración del calentamiento global y el aumento de los gases de efecto invernadero, la Organización Mundial de la Salud ha instruido a los gobiernos a prevenir este problema mediante la implementación de planes de saneamiento del aire para así evitar efectos adversos en la salud, como infecciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón. La reducción de los niveles de contaminación del aire disminuirá la carga mundial de enfermedades provocadas por estas afecciones.

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