(Primera de tres partes)

De acuerdo con estimaciones de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, el negocio del crimen organizado transnacional genera 870 mil millones de dólares al año, cifra equivalente a casi el 7% de las exportaciones mundiales de mercancías del 2009 y al 1.5% del PIB mundial.
Por el monto de las ganancias que genera, el tráfico de drogas representa la actividad más lucrativa para el crimen organizado transnacional, cuyo valor estimado es de alrededor de 320 mil millones de dólares anuales, situación que lo convierte en un fenómeno complejo y difícil de combatir.

Su condición lucrativa e ilícita hace del narcotráfico una industria cambiante, adaptable a las nuevas condiciones que le demanda un mercado creciente de consumidores que no conoce barreras geográficas, sociales o culturales y donde la tecnología juega un papel esencial en su expansión, distribución y comercialización.
Asimismo, el uso de la tecnología por parte del crimen organizado dificulta que los gobiernos nacionales y organismos  internacionales puedan combatirlo de manera eficaz, pues a su grado de sofisticación y complejidad organizativa se añade el tema de la elevada compra de autoridades gubernamentales a distintos niveles: nacionales, estatales y locales.


Salud y muerte

El consumo de drogas se ha convertido en un problema de salud pública y muerte, junto con el tráfico y la violencia que genera, el problema representa ya una amenaza seria para el Estado de Derecho y la seguridad mundial. Cada año se pierden innumerables vidas a causa de este delito.

De acuerdo con el Informe Mundial Sobre las Drogas 2015 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 246 millones de personas consumieron drogas ilícitas en el 2013, lo que sería el equivalente aproximado a la población conjunta de Argentina y Brasil, o bien un poco más del 5% de la población mundial entre 15 y 64 años.
Peor aún, este informe estima que más de uno de cada 10 consumidores es un consumidor “problemático”, lo que equivale a unos 27 millones de personas, de los cuales uno de cada seis tiene acceso a tratamiento debido al déficit que presentan los diferentes países en la prestación del servicio.

Por otra parte, se estima que el número anual de muertes relacionadas con el consumo de drogas en 2013 fue de un poco más de 187 mil.

Cuestiones sanitarias, casos de violencia, muertes por arma de fuego y enfrentamientos entre grupos delincuenciales  por el control de rutas de tráfico y territorios, forman parte de un fenómeno que no se ha querido afrontar de forma radical y, que por el contrario, se ha dejado acrecentar al grado que hoy el narcotráfico es sinónimo de traficar la muerte.

*Consultor político y profesor FCPyS, UNAM.