Muy por encima de los demás
De todos los partidos políticos con registro a nivel nacional en México, nueve en total (en orden de antigüedad: el PAN, el PRI, el PRD, el PT —que está viviendo de prestado—, el PVEM, MC, Panal, Morena y el PES), que contenderán en las llamadas elecciones intermedias del 5 de junio próximo y a algunos les ha dado por considerarlas un muestrario de lo que podría ocurrir para la votación presidencial de 2018, no hay uno solo que en estos momentos pueda rivalizar con la estructura y liderazgos que presume el tricolor que encabezan el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera y la mexiquense Carolina Monroy del Mazo.
Hombre polémico, pero también de mucha estatura política, el hoy líder nacional del PRI ha sabido desmarcarse astutamente de todos los buscapiés que le han lanzado recientemente todos sus adversarios políticos con clase y mesura, consciente de que su imagen y peso específico le representan al tricolor uno de sus activos más importantes. Cuidadoso de no engancharse cuando tiene frente a él cámaras y grabadoras, Beltrones Rivera prácticamente ha dado cátedra cuando se trata de responder a algún intento de agresión por parte de sus adversarios.
Lo han intentado el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, mandamás de Morena, con su odio característico, y fracasó; también el inexperto chamaco azuloso Ricardo Anaya Cortés ha fallado a la hora de querer provocar al sonorense, ignorante de que todavía le faltan tamaños para retar a los verdaderos pesos pesados de la política; y del señor Agustín Basave, cabeza del partido del sol azteca, pues mejor ni hablemos… desde que asumió el liderazgo perredista anda jugando a la piñata con los ojos totalmente vendado y no sabe ni cuándo le pega a los de afuera o a los de adentro.
Pero, ¿qué tan importante será para las aspiraciones de los partidos políticos y sus candidatos, de cara a la elección venidera, contar con un líder nacional lo suficientemente experimentado y colmilludo? ¡Demasiado!, ¡demasiado! Tanto, que podría apostar que el éxito o el fracaso de los aspirantes se fincará en un altísimo porcentaje en el proceder de sus presidentes nacionales, porque mientras unos apostarán a las campañas de descrédito y de lodo, al insulto, a la calumnia y al engaño, a contramano habrá personajes dispuestos siempre al diálogo de altura, a la propuesta, a la construcción y no a la destrucción.
Por eso, sin menospreciar, desestimar o subestimar a los demás líderes nacionales de los partidos políticos en México, Manlio Fabio Beltrones está muy por encima de ellos.
Y ya lo estamos viendo…
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