Perspectivas 2016
Las medidas ortodoxas de recortar el gasto público en 132 mil millones de pesos y aumentar la tasa de referencia a 3.75 %, aplicadas por nuestras autoridades encargadas de la política fiscal y monetaria tendrán un costo sobre el crecimiento económico de 2016. El impacto sobre empresas, gobierno y personas será distinto y de diferente magnitud, pero en su conjunto el ajuste interno tendrá un efecto recesivo sobre la economía mexicana, lo cual se añade a los efectos del entorno externo complicado por el que atraviesa la economía mundial.
En este contexto, diversos especialistas privados, organismos internacionales y el propio Banco de México hemos ajustado a la baja las perspectivas de crecimiento económico de 2016 en relación con lo establecido a principios de año. Por nuestra parte, también ajustamos la expectativa de crecimiento, pasando de un intervalo de entre 2.7- 3.2 % a 2.4- 2.9 %.
Entre los fenómenos externos que circunscriben nuestras perspectivas de crecimiento económico en 2016 están la desaceleración de la producción china, el bajo crecimiento de la economía estadounidense, la disminución del precio del petróleo y la depreciación del peso frente al dólar en un contexto de guerra fría financiera. A estos sucesos debemos añadir las limitantes al crecimiento derivadas de los problemas de origen interno y las consecuencias de los ajustes de las medidas ortodoxas.
En cuanto a la política fiscal, las razones subyacentes del ajuste fueron el hacer frente a los problemas de ingresos presupuestarios que se han originado por la vertiginosa caída internacional del precio del petróleo, así como evitar presiones en la cuenta corriente de la balanza de pagos, pero si bien la medida resulta adecuada para aliviar los problemas de volatilidad generados en el entorno externo, por otro lado también generará consecuencias negativas sobre el crecimiento debido a la menor derrama económica que significa contener el gasto de diversas dependencias, programas y proyectos.
La contención del gasto de gobierno afectará diferentes eslabones de la cadena de valor de muchas industrias de alto impacto en la economía, reflejándose a su vez en un menor nivel de producción y ventas, menores salarios y menos empleos de las empresas en 2016. Por otro lado, el aumento en las tasas de interés impactará durante 2016 con menores niveles de inversión y consumo.
Finalmente, un tema importante que hay que considerar es la delicada situación de Pemex que, hoy, sus pasivos laborales son superiores al conjunto de sus activos, mientras que su futuro inmediato tampoco es muy optimista debido al recorte fiscal de 100 mil mdp y el bajo precio de la mezcla mexicana del petróleo, para la cual estimamos que en 2016 estará alrededor de los 23.7 y 20.4 dólares por barril.
La vicisitud en la que actualmente se encuentra Pemex, así como la situación general de las finanzas públicas, muestran la urgencia de que las dependencias y programas de gobierno, en sus tres niveles, se organicen y coordinen con la iniciativa privada para generar políticas de fomento encaminadas a realizar gasto en temas de prioridad nacional, que fomenten el crecimiento y la estabilidad macroeconómica. La conjunción entre los objetivos del sector público y privado deberá de ser el hilo conductor que rija en 2016, para que nuestro país logre mantenerse en el sendero hacia el desarrollo.
Presidente de Consultores Internacionales.


