Hasta ahora, el saldo oficial de la explosión registrada en la Planta Colorados III, la cual forma parte del Complejo Petroquímico Pajaritos en Coatzacoalcos, Veracruz, es de 13 muertos, 136 heridos y 18 desaparecidos. Se presume que la causa de incidente, fue una fuga. Sin embargo, ésta no es la primera vez que PEMEX se ve involucrado en accidentes; en febrero, un empleado de la misma planta falleció por quemaduras graves, ocasionadas por un incendio, y otros tres trabajadores fallecieron a causa de otro incendio en la plataforma petrolera del Golfo de México.

Lo sucedido el pasado miércoles parece involucrar negligencia por parte de la empresa, además de cuestionar las condiciones de seguridad bajo las cuales laboran sus empleados. Testimonios obtenidos de los trabajadores, aseguran que las actividades se detuvieron de manera parcial, al registrarse una fuga en la planta desde las 10:00 am, para continuar laborando hasta el momento de la explosión, ocurrida a las 03:00 pm.

Les aseguraron que las válvulas habían sido ya cerradas, para detener las filtraciones. Asimismo, en semanas anteriores se reportaron fugas en la planta. En cuanto a las condiciones laborales, los empleados cuentan con mascarillas para protegerse un poco de los gases tóxicos emanados de los procesos industriales, que resultarían inútiles si se quedaran atrapados y estuvieran en contacto con los componentes durante un periodo considerable. Laboran bajo condiciones “básicas” (por no decir mínimas) de seguridad.

La responsabilidad de PEMEX en la tragedia, es compartida. El complejo en donde ocurrió la explosión, es copropiedad de la empresa mexicana Mexiquem, de la cual es dueño el magnate Antonio del Valle. El predio que ocupa fue desincorporado el 30 de julio de 2013, días antes de que el Presidente Enrique Peña Nieto diera a conocer la iniciativa de la Reforma Energética, que aceptaba la participación de capital privado en PEMEX.

El resultado fue la constitución de la Petroquímica Mexicana de Vinilo SA de CV, en el formato de coinversión de PEMEX Petroquímica con la empresa de Del Valle, antes llamada Camesa. Con el acuerdo, se presumía que la familia Del Valle tendría el control de ambas facilidades (la propia y la de PEMEX), para producir cloruro de vinilo. Los porcentajes de las acciones: 58.46% para la familia, y 41.54% para la “nación”. Todo esto, en aras de mejorar la infraestructura.

Si bien se logró concretar el convenio, existió una resistencia por parte de los líderes sindicales de PEMEX, “siempre preocupados por sus trabajadores”. Esto implicaba que Mexichem solamente podría tener como empleados a 800 de los 2 mil que estaban en la planta. Ahora se le acusa de solamente tener a 700 empleados avalados por PEMEX, y contar con una mayoría de personal inexperto.

A todo esto, ¿quién es Antonio del Valle y cuál es la importancia de Mexichem? Fue uno de los banqueros expulsados por la nacionalización de la banca, ocurrida en los años 80. En el año 2003, Del Valle vendió su 25% de la bancaria Bital, y recibió a cambio el 50% de Camesa. Posteriormente adquirió un 43.6% más, y en 2004 se volvió el dueño único a través del Grupo Empresarial Kaluz. El mismo año, compró (como Camesa) Química Flúor, cuyos activos se ubican en la mina Las Cuevas en San Luis Potosí. Hoy en día, es la mayor mina de fluorita en el mundo.

En el 2009, se alió con Carlos Slim para introducir la compañía cementera Elementia al mercado, cuya planta se encuentra en el estado de Hidalgo. Por último, en 2013 adquirió la empresa europea Wavin, compañía manufacturera de cañerías plásticas, por 8 mil 900 millones de pesos. En cuanto a Mexichem, se trata de una empresa con ventas que superan los 70 mil millones de pesos, además de contar con presencia mundial.                      En los últimos 8 años, la empresa aumentó sus ventas 15 veces, además de contar con las acciones más redituables en la Bolsa Mexicana de Valores.

El otro negocio que actualmente se desarrolla en Mexichem, es la explotación de la fluorita, así como los gases refrigerantes derivados de ésta, que se utilizan en automóviles y aires acondicionados. Se trata de un mineral con aplicaciones en la industria del vidrio, la cerámica y el acero, y la empresa tiene capacidad para generar una producción anual que representa el 17% a nivel mundial, y cuenta con reservas para explotarla por 40 años más.

Queda claro que no es un problema de dinero. La empresa cuenta con el capital suficiente para colaborar con la estatal PEMEX. También queda claro que existió negligencia, porque no se le puede llamar de otra manera, por parte de quienes administran las instalaciones. Ambas partes deberán responder por los daños ocasionados, y por su parte, PEMEX debería ya estar trabajando en la inspección de todas sus instalaciones, además de diseñar un plan de seguridad para sus empleados, revisar que estén capacitados para las labores que desempeñan, y brindarles el equipo necesario.

¿Cuál es el propósito de una Reforma Energética, que pregone la modernización y la mejor explotación de recursos, cuando ni si quiera pueden asegurarse las condiciones de sus trabajadores? ¿Cuántas situaciones más de este tipo, se pueden esperar con la iniciativa privada involucrada? Ésta ha echado a la basura la oportunidad que se le dio y ha, de manera descarada, seguramente con la mentalidad empresarial al mando, traicionado la confianza que el gobierno mexicano, no los mexicanos, le han concedido.