Entrevista a Bernardo Barranco | Sociólogo de las religiones | Exclusiva Siempre!
Luego de la visita del papa Francisco a nuestro país, en febrero pasado, se ha registrado una guerra sorda entre los representantes de la Iglesia católica. La palabras del sumo pontífice a los obispos resonaron fuertes “¡Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decirse cosas, que se las digan pero como hombres, en la cara… Y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón, pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal, comunión y unidad entre ustedes”.
El Papa sabe de las fuertes diferencias entre la Conferencia del Episcopado Mexicano y Norberto Rivera, arzobispo primado de México que hizo uso del semanario Desde la Fe, publicación de la Arquidiócesis, para criticar al Episcopado por los errores de la visita papal y luego de los chismes que le llevaron al pontífice. La crítica iba dirigida al secretario general Eugenio Lira Rugarcía y de manera velada al nuncio Christophe Pierre.
Luego vinieron los cambios. El pasado 6 de abril, fue relevado por los obispos el secretario general de la CEM, Eugenio Rugarcía, mientras que el nuncio Chistophe Pierre fue designado embajador del Vaticano en Estados Unidos.
Antítesis pastoral
Bernardo Barranco, sociólogo de las religiones, habla a Siempre! en exclusiva de estos enfrentamientos entre obispos, arzobispos y cardenales, donde señala el papel preponderante que juega Norberto Rivera, que el próximo año cumple 75 años, por lo que deberá presentar su renuncia. Un cardenal que, asegura el especialista, representa la antítesis pastoral, política y cultural del papa Francisco.
Viene el Papa a México y regaña a políticos y a los obispos. Luego vemos una serie de grillas, de enfrentamientos entre los representantes de la Iglesia. ¿Qué ocurre?
El punto más importante de la agenda del Papa en México es la propuesta de renovación de la Iglesia católica, especialmente de su jerarquía, que es una de las más conservadoras de América Latina. No nos olvidemos que en un contexto de crisis del catolicismo a escala mundial, uno de los grandes objetivos es sacudir esa jerarquía e introducirla en una lógica de renovación, de reforma y, sobre todo, de un nuevo proyecto pastoral.
El Papa, como lo hace en Estados Unidos y en otros lugares, tiene una tarea muy importante que es la de renovar el catolicismo en el ámbito universal. El modelo de la Iglesia ha ido quebrándose en el Vaticano, la caída de católicos a escala mundial, en países como Brasil que han llegado a 60% de católicos; en Europa, sólo un 10% de los jóvenes admite que es importante la religión, al 90% restante no le interesa, por eso hay más secularización.
Las crisis de imagen y de autoridad moral mediáticas en el ámbito internacional son devastadoras: pederastia, abusos sexuales, crisis de confianza por desfalcos financieros, lavado de dinero, el papel del Banco Vaticano, los escándalos, los suicidios, todo hace que la imagen de la Iglesia esté resquebrajada.
Me remito a una cereza, la renuncia del papa Benedicto XVI, en medio de esta crisis, que rebasado, enfermo y deprimido renuncia; y Bergoglio, que viene de un catolicismo fuerte como el latinoamericano, representa la oportunidad de una renovación.
Ésa es la propuesta: el Papa reformador, no importa si fue conservador, si tuvo ciertas debilidades frente a la dictadura argentina. Bergoglio deja de ser el arzobispo en Buenos Aires para convertirse en papa y hoy el rol es diferente, atender las necesidades y, por supuesto, enfrentar las resistencias.
En ese contexto, el Papa venía a convencer, a sacudir, a proponer, para que la Iglesia mexicana y, por tanto, del continente tuviera un nuevo ímpetu. Se da este famoso discurso frente a los obispos que fue el más largo en México, pero el más pensado, hasta la improvisación fue meditada cuando les dijo ¡peléense! pero como hombres y mantengan la unidad.
El Papa sabe que la jerarquía está fracturada, con pleitos de liderazgos, rebasada y hay una jerarquía en la zona de confort frente a los poderes públicos y fácticos, consentida por gobernadores, por el presupuesto federal y estatal además de privilegios sobre todo de sectores empresariales.
Viene a sacudir eso, porque el catolicismo en México está derrumbándose y hay una preocupación en la geopolítica pastoral de Francisco.
¿A ello se deben los cambios recientes en el Episcopado y ahora incluso del nuncio apostólico?
Es evidente que hubo un costo con el planteamiento del Papa que se da en tres niveles; uno: repensar el rol de obispo, no un obispo de gabinete o administrador sino un obispo pastor, que salga con una mirada limpia y tenga sensibilidad por los problemas que vive su feligresía.
Dos: que los obispos promuevan una Iglesia más pastoral, más evangélica, regresar a los orígenes a difundir con celo apostólico los mensajes de la ética cristiana, la propuesta religiosa, con más presencia en los tejidos sociales. Tres, ser una Iglesia menos vinculada al poder, que no se suban al carro de los faraones actuales, que mantengan distancia y libertad frente al poder.
Ésta es la propuesta crítica de Francisco, que ha causado gran revuelo y uno de los grandes cuestionados es Norberto Rivera y toda esa vieja generación, todos esos obispos que están muy acomodaditos frente al poder.
Ello creó tensiones, Desde la Fe fue la primera gran manifestación, reprochándole al nuncio Christophe Pierre de haber mal informado al Papa, que no es el único que le informa, hay dos grandes nuncios que conocen muy bien el país, como son Giuseppe Bertello, brazo derecho en la renovación de la Iglesia y Justo Mullor, también crítico. El Papa tiene muchos informantes, de tal suerte que era una especie de reproche en torno a los liderazgos que había adquirido, en este caso, el nuncio Christophe Pierre.
Pierre lleva 10 años en México, demasiados, ha tenido un perfil bajo, es un hombre con una formación sólida, muy racional, muy cartesiano, tiene doctorados en derecho canónico, teología. Además ha estado en Mozambique, vivió en África del Norte, tiene buen manejo de idiomas, fue nuncio en Uganda, estuvo en Brasil; conoce bien el Caribe, estuvo tanto en Cuba como en Haití.
Es un personaje internacional que, frente a la mayoría de los obispos mexicanos, éstos resultan muy provincianos. Fue muy prudente, no muy mediático, viajó mucho y a lo largo de 10 años empezó a pesar, sobre todo a partir de las visitas de los pontífices. Esto vino a desgarrar los liderazgos internos y por eso el reproche, no sólo al nuncio sino a uno de sus allegados más próximos, a Eugenio Lira Rugarcía, secretario de la CEM. Ahí lo colocó Pierre, fue una especie de protector de la trayectoria de Lira Rugarcía porque tiene poco como obispo.
Hábilmente, los obispos le pegaron a Lira al sacarlo de la secretaría general la CEM pero en realidad se trataba de golpear a Pierre. Sin embargo, el cambio del nuncio es positivo, prudente, ya llevaba demasiados años y debe darse una rotación sana, porque así deja que los liderazgos locales bullan y se equilibren. Recordemos lo insano que resultó Prigione, quien duró 18 años.
Tres: Christophe Pierre va a Washington, en una especie de triángulo geopolítico, dará continuidad a la relación entre Cuba y Estados Unidos, donde lo religioso juega un papel muy importante pero también a la relación entre Estados Unidos y México, sobre todo en el episcopado. Se convierte en un pivote que va más allá de las funciones en Washington, podría aventurar que será un factor regional por la importancia que tiene la Iglesia en Estados Unidos, el poder económico, está en el corazón del imperio internacional y la sensibilidad que tiene al conocer el Caribe y México.
Ya no tiene futuro
¿En qué papel queda Norberto Rivera?, el próximo año debe jubilarse y el arzobispado es un bocado muy codiciado, ¿tiene futuro?
Futuro ya no tiene Norberto Rivera, por derecho canónico a los 75 años está obligado a presentar su renuncia, en junio de 2017 cumplirá 75 años y deberá presentar su renuncia, como todos. Esta renuncia por la investidura del Cardenalato del Arzobispado Primado, que es una de las diócesis más antiguas de América y generalmente es condonada, es decir se le da una prórroga por circunstancias, 2, 3 años, hasta 4 años.
Por ejemplo, a Alberto Suárez Inda Alberto, que hace un año debió haber salido por cumplir 75 años, el Papa le pide no sólo no salir sino también ser cardenal y ser su mano derecha, por así decirlo, en México. Lo mismo está pasando con Felipe Arizmendi, que ya cumplió la edad y le dice: no te vayas, te necesito en Chiapas. Cuando es un personaje de envergadura de una de las diócesis más antiguas e importantes, hay una cierta consideración, el problema es que Norberto Rivera representa la antítesis pastoral, política y cultural de Francisco.
La gran pregunta es: ¿lo aguantará Francisco, le dirá: acepto tu renuncia y te me vas o te dejó un tiempo más? Ya nadie quiere a Rivera, se ha ido quedando solo, la generación político pastoral de Norberto Rivera se derrumbó, se han muerto o están en retiro.
Es una generación político religiosa de prelados muy cuestionados, tiene como mentores a Marcial Maciel que lo encumbra, a Girolamo Prigione, muy cuestionado, fueron compañeros de ruta; a Onésimo Cepeda, el cardenal Juan José Posadas Ocampo —asesinado por el crimen organizado—, Emilio Berlié con problemas en Tijuana de lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico, en fin, una serie de fichitas, a quienes se les llamó en su momento El club de Roma porque tenían grandes vínculos sobre todo con Angelo Sodano, bajo el pontificado de Juan Pablo II, que está bajo la sospecha por actos de corrupción en el Vaticano, son una serie de fichitas.
El Club de Roma debería haberse llamado el cartel de Rivera o algo así, no estoy inventando: Onésimo Cepeda acusado de falsificación de firmas y de chantajes y de haberse apropiado indebidamente de más de 3 millones de dólares. El nuncio Prigione aceptó a los Arellano Félix en su casa y el mismo cardenal Sandoval Íñiguez vivió un proceso judicial sobre lavado de dinero. La generación de Rivera ya está en un declive, ya no tiene la fuerza que tenía antes, está envejecido, no tiene proyecto, su visión de la iglesia es anacrónica frente a las reformas que plantea Francisco.
La sucesión ha desatado muchas ambiciones sobre quién lo va a suceder, Rivera sigue teniendo peso en el Vaticano, no hay que olvidar que durante más de 10 años, iba 2 o 3 veces por mes a Roma donde tiene muchos contactos que señalan que Norberto Rivera argumenta para poder pedir una prórroga, varios elementos; uno, que está la implementación del proceso más amplio de la Constitución en la Ciudad de México; dos, viene de un proceso electoral complejo en 2018 donde tiene grandes amigos, López Obrador es uno de ellos, y otro, el probable destape de Miguel Mancera, por lo tanto él podrá jugar un papel importante.
Todo esto hace que tenga argumentos, sobre todo políticos, que le permitan quedarse un tiempo más como lo hizo el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que le pide a Benedicto XVI un tiempo de gracia para concluir el famoso templo de los cristeros. Hay que reconocer que Rivera es muy hábil, no podemos descartarlo.
En torno a estos ejes, el cardenal podría estar solicitando una prorroga de 3, 4 años, que por cierto no le gustará a aquéllos que tienen ambiciones de sucederlo. Al igual que Prigione, que estuvo 18 años, Christophe Pierre estuvo 10 años en el puesto y Norberto Rivera lleva más de 20 años, mucho tiempo, no hay renovación y además trae números rojos.
En el censo de 2010 —censo cuestionable sobre todo en lo religioso— se registró que hay una caída de 4 puntos de los católicos en México. Hay zonas que cayeron más y una es la Ciudad de México, con casi 10 puntos, por lo tanto el cardenal no debe estar muy satisfecho de los números que está entregando, está muy devaluado, ya que está más identificado con hombres de poder.
Esta erosión es porque se presentó más como un hombre vinculado a la clase política y por lo tanto, la imagen de la clase política está arrastrando la imagen del propio cardenal, porque él se identificó con ella. Resulta muy grato ver al cardenal en revistas de farándula conviviendo, departiendo con ricachones, incluso estuvo en la famosa comida del jefe Diego, infaltable.
Esos aspectos lo hacen ser un personaje con poca aceptación por parte del creyente, que no lo ve como un pastor, no lo ve como un líder religioso o líder de fe, sino lo ve como un político. Otro elemento terrible que viene arrastrando son negocios que él ha desarrollado, como la Plaza Mariana, el copy right a la Virgen de Guadalupe, las papas del Papa, en fin podría seguir, hay elementos muy cuestionables en el personaje de Norberto Rivera.
Creo que la decisión la tiene el Papa y él es el que va a decidir sí va a permitir que Norberto Rivera continúe, él tiene la última palabra pero también la tenemos los medios, los opinadores, los analistas, los creyentes mismos, de exigir, de pedir que personajes tan nefastos en la vida política y religiosa de este país continúen. No podemos darnos el lujo de premiar a este tipo de personajes, es el equivalente de “vamos a premiar a Javier Duarte en Veracruz” o a personajes siniestros de vida de la política.
Creo que ahí todos, no solamente la Iglesia, tienen un papel de denuncia o simplemente de decir acepto o no, podemos estar equivocados en el diagnóstico, los hechos ahí están y nos plantean que el cardenal Rivera es un personaje altamente cuestionable.