Entrevista a Gilberto Lopes | Periodista brasileño | Exclusiva Siempre!

quote La mandataria brasileña enfrenta la últimas horas de un proceso
que la ha llevado de ser la primera mujer en convertirse en presidenta de Brasil,
a la primera en ser destituida del cargo.

 

 

 

En 2001, a la firma Goldman Sachs se le ocurrió idear un sistema de creación de bloques para identificar las rutas del capital financiero, con la finalidad de incentivar a inversionistas a invertir sus capitales en un destino exitosamente garantizado. Ese año, formó el BRIC integrado por Brasil, Rusia, India y China, naciones aparentemente disímiles, pero con mucho dinamismo. Cinco años después, la agrupación mostró no sólo haber sido un acierto, sino que empezó a convertirse en una opción de las economías emergentes para consolidar una tendencia hacia un mundo multipolar en las relaciones internacionales. Fue tal su éxito que, incluso, en 2010 se unió Sudáfrica convirtiéndose en BRICS. Con ella, este mercado representaba el 43 por ciento de la población mundial, un producto interno bruto mundial de 21 por ciento y con el 20 por ciento de la inversión global. Tal vez su pecado ha sido que sus notables cifras de crecimiento han cuestionado el actual orden mundial, desplazando a las tradicionales potencias económicas como Europa y, sobre todo, a Estados Unidos. Entre esos cuestionamientos, se encuentra que el dólar deje de ser la moneda de referencia del comercio internacional, algo que sencillamente es visto como una afrenta a la hegemonía norteamericana.

 

Brasil, el líder latinoamericano

En especial Brasil, identificado como el país latinoamericano con mayor viabilidad económica, en posesión de innumerables recursos naturales y con una economía estable, comenzó a reposicionarse en el continente, sobre todo por la tendencia izquierdista del Partido del Trabajo, bajo el mando de Lula Da Silva, quien llegó al poder en 2003 con una reelección en 2006 que extendió su gobierno hasta 2010. Se dice que, durante su administración, sacó de la pobreza a más de 28 millones de brasileños, muchos de los cuales pasaron a formar parte de la clase media, por primera vez en su vida.

En 2011, su jefa de gabinete Dilma Rousseff ganó las elecciones y se convirtió en la primera mujer en lograr la presidencia de ese país y la cuarta mandataria electa en Sudamérica. Su plan de gobierno ha sido prácticamente el mismo que el de su predecesor: lograr el desarrollo sustentable de Brasil y terminar con la pobreza extrema.

 

El suplicio de Rousseff

Casi desde el inicio de su gobierno, Dilma ha enfrentado acusaciones de corrupción que han involucrado a sus asesores y funcionarios, a los que no dudó en cambiar para acallar las protestas de sus adversarios.

“Con eso, lo previsible es el retorno más consistente de las políticas neoliberales al gobierno, quizás el avance sobre lo que queda por privatizar, una política económica que busque enderezar los desequilibrios acentuando aún más (porque Dilma y Lula también lo hicieron) el sesgo favorable al sector financiero y al gran capital”, comentó en entrevista exclusiva para Siempre! Gilberto Lopes, periodista brasileño —hoy residente en San José, Costa Rica.

“Eso tendrá repercusiones en la lucha política en el país (y en la región). Si bien es cierto que lo de Brasil se enmarca en una gran ofensiva contra los gobiernos no definidos por el credo neoliberal, por los que se salieron del redil a principios de siglo, esos sectores, al contrario de lo que ocurrió en la década de los 80 o los 90, ya no tienen nada que ofrecer. Sus gobiernos sólo generarán nuevas tensiones sociales”, señaló.

Al borde del precipicio

Desde inicios de 2014, la mandataria carioca ha estado bajo fuego por diversas acusaciones, entre éstas, haber recibido dinero desviado de la petrolera estatal Petrobras y de otras grandes obras públicas. Pero la acusación más fuerte y que ahora la tiene al borde de una posible destitución ha sido promovida por Eduardo Cunha: haber maquillado datos macroeconómicos para disfrazar un fuerte déficit presupuestal. Cunha incluso fue exhibido por los Papeles de Panamá como un presunto poseedor de cuentas offshore. Pese a esta situación que lo pone en el nivel de personas con conducta financiera cuestionada, el pueblo no parecer ver otra cosa que la destitución de su mandataria.

“La votación en la Cámara de Diputados dejó clara la motivación política del voto por el impeachment. La sesión, presidida por un diputado que está acusado en los tribunales de corrupción —la cual es evidente, como lo demuestran las cuentas en Suiza, pero que tenía, además, en la mesa principal, a otros muchos acusados de corrupción—, exhibe ante los brasileños una situación triste y dramática”, apuntó Lopes. “Pese a esto, más de dos tercios de los diputados salieron a apoyar las maniobras de ese grupo, en el que se debe incluir al vicepresidente Michel Temer y al presidente del Senado, Renán Calheiros. De modo que nada de eso va a afectar la votación, o si la afecta, será en el sentido de una generalizada falta de escrúpulos que lo justifica todo, en especial el asalto al gobierno”, concluyó.

Cuestión de maquillaje

En octubre de 2015, una solicitud de juicio político o impeachment fue turnada al Congreso, apoyada por tres magistrados, uno de ellos era Helio Bicudo, fundador del Partido de los Trabajadores y aliado de Dilma, a la que señaló por haber tratado de alterar “la salud fiscal del país para dar la impresión de que todo estaba bien”. Esto es lo que los expertos en ese país llaman cometer un crimen de responsabilidad. A partir de entonces, Brasil vive en un estado de disgregación social que podría afectar la estabilidad lograda en los últimos diez años.

“Si la presidenta Dilma es sometida a juicio político habría una gran posibilidad de que Brasil siga dividido, ya que quienes apoyan el impeachment están lejos de convertirlo en una venganza por los problemas legales que le argumentan”, afirmó Denize Bacoccina, coordinadora de agencias de noticias y digitales de la Empresa Brasil de Comunicacao (EBC). “Los líderes del movimiento social han prometido que seguirán su lucha en las calles, mientras que sus seguidores del Partido de los Trabajadores se comprometieron a mantener una tenaz posición unánime en la sociedad. Para mucha gente esto es visto como un golpe de Eduardo Cunha, en el Congreso, por lo que, a todas luces, se ve que el impeachment dividirá aún más el país, puntualizó la experta.

Los beneficiados del proceso

A partir de entonces, la propuesta de destitución ha pasado por todas las instancias jurídicas desde la Suprema Corte hasta el cámara baja, que este domingo pasado aprobó la moción por 367 votos a favor, 137 en contra, siete abstenciones y dos ausencias. Aquí es donde uno se pregunta quién saldría beneficiado con el hecho de que Dilma sea destituida.

“Uno de ellos sería Michel Temer, quien de ser vicepresidente pasaría a ser mandatario del país. Otro sería Eduardo Cunha, quien es presidente de la Cámara de Diputados y se convertiría en el segundo hombre con mayor poder del país. Hay que recordar que ambos son del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), el partido más grande de la coalición que apoyó a Dilma: ambos serían los más beneficiados en esta maniobra”, sostuvo Denize.

Sólo hacían falta dos tercios de la Cámara de Diputados para aprobar el impeachment, que ahora fue turnado a los senadores, y se considera como la última fase que impide que Rousseff sea separada de su cargo, al menos durante 180 días, para ser sometida a un juicio político.

La situación ha tenido también una segunda cara, ya que sus seguidores han manifestado que la mandataria está siendo víctima de un golpe de Estado, e incluso ella misma ha señalado que es víctima de una acción sexista, a lo cual los que apoyan el impeachment e incluso miembros de su propio Partido de los Trabajadores niegan que haya cuestión de género detrás de su reclamo.

Dilma ha señalado que se trata de una maniobra en su contra y niega haber cometido el crimen de responsabilidad que le atribuye la oposición o cualquier otro que se le parezca y que la pueda llevar a un juicio político. Aunque el proceso parece estar dirigida contra ella, esto podría generar un panorama poco agraciado no sólo para ella sino para toda la clase política carioca

“Si el Congreso no está limpio, sino imputado por corruptelas, tendremos un proceso de desafuero sucio. ¿A quién creerle? ¿Qué dice la sociedad? ¿Celebra la confirmación del proceso de desafuero? ¿Es para alegrarse? ¿Para celebrar?

El desencanto es generalizado y la población se mueve bajo la incertidumbre de no saber qué pasará en el corto plazo”, señaló Melchor Arellano, internacionalista y experto en geopolítica. “Quien sustituiría a Dilma está poco acreditado o no ofrece una actuación imparcial, justa y limpia. La percepción es que los políticos son sucios, corruptos y no confiables para sacar la basura. Tristeza, escepticismo, esperanza, angustia y ansiedad es lo que priva en el país”.

La última instancia

Este fin de semana, los senadores recibirán la moción y, según expectativas de la prensa brasileña, se espera que sea aprobada por 45 votos a favor y 21 en contra.

Pese a que se encuentra en jaque, Dilma se ha mostrado con valentía ante el difícil panorama que enfrenta y ha decidido viajar a Nueva York para participar en la firma del Acuerdo de París. Durante su ausencia será Michel Temer quien se quede al frente de la administración, precisamente quien se ha postulado para sustituirla en caso de que sea separada de su cargo. Aunque esta decisión a Dilma no le gusta del todo, según el diario brasileño O Globo, su intención es aprovechar el foro para denunciar lo que ella y muchos de sus seguidores califican como un golpe de estado, en momentos en que, además, podría ser el inicio de una tendencia que se extendería hacia otras naciones vecinas con miras a cambiar el panorama geopolítico de la región latinoamericana.

“Es urgente atender la coyuntura actual, para evitar que se irradie hacia países como Argentina, Perú y Venezuela con problemas que podrían terminar en procesos parecidos al de la destiución de Rousseff. Guatemala es un caso previo pero evidente de destitución por corrupción”, indicó Melchor Arellano, quien también es experto en geopolìtica. “Habría afectación indirecta sobre México donde la población podría exigir que se haga lo mismo ante galopantes casos de corrupción. En el corto plazo, no se puede esperar la recomposición de las cosas en Brasil, sino tal vez en el mediano y largo plazos, cuyas consecuencias resultan impredecibles, frente a la contuinuidad de la crisis económica, financiera y política considerada la peor de la historia”, concluyó.