Entrevista a Estela Treviño | Coordinadora de investigación fotográfica, Museo del Palacio de Bellas Artes

Eran las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México de los años cincuenta; de un auto se vio descender a una guapa mujer a quien su simple elegancia, presencia y ondulante figura la hicieron única e inolvidable para los ojos de todos aquellos hombres que la vieron pasar. Provocar reacciones era el fin de aquella puesta en escena callejera, miradas relámpago y las improvisadas frases románticas quedaron plasmadas en la lente del autor, Ignacio López Bocanegra, mejor conocido como Nacho López.

En 1953, la revista Siempre! se convertiría en el vínculo para mostrar no sólo esta serie fotográfica —Cuando una mujer guapa parte plaza por las calles de Madero—, sino también parte de la producción y propuestas visuales de este creador múltiple, considerado como el fotógrafo documental más importante en la historia reciente de México.

Nacho López fue un fotógrafo total, dueño de una mirada eminentemente ideológica, preocupado por mostrar la importancia de lo en apariencia insignificante, la dignidad de lo evidentemente pisoteado y la búsqueda de una estética para rendir sus testimonios, señaló en entrevista exclusiva para Siempre! Estela Treviño, coordinadora de investigación fotográfica del Museo del Palacio de Bellas Artes, recinto que a 30 años del fallecimiento del artista presenta la magna exposición Nacho López. Fotógrafo de México.

¿Qué vamos a encontrar de este intelectual mexicano en esta retrospectiva?

Lo que se pretende principalmente con esta exposición es mostrar la mirada humanista que tuvo el fotógrafo integrada por una memoria testimonial, pero a su vez el presente ligado directamente a los jóvenes. Queremos mostrar cómo se ha estudiado y analizado el carácter del fotógrafo en algunos de sus trabajos, así como su acción dirigida y provocada, eso es lo que queremos resaltar, cómo a través de esas acciones provocadas el artista concibió una mirada humanista principalmente en torno a la Ciudad de México.

Deseamos que el espectador, más que encontrar, redescubra el trabajo de Nacho López. Un Nacho López como cineasta, un Nacho López como el gran cronista de la Ciudad de México de los años cincuenta, ya que a partir de ahí, encontrará una ciudad muy cambiada, y eso ya le da sazón a las fotos que podrán ver. Observarán un Nacho López inquieto, experimentador, con fotografías maravillosas desde un punto de vista artístico; Nacho fue siempre más allá del registro; entonces es una muestra amplia y generosa, cuyo interés especial es acercarlo a los nuevos públicos.

¿Cuál es la aproximación estética de Nacho López sobre la Ciudad de México?

Como lo mencioné, sería principalmente una visión humanista de López hacia la Ciudad de México; aunque no solamente hay obra que refleja esta ciudad sino también hacia otras geografías, otros pueblos. En la muestra hay un espacio dedicado simplemente a ese apartado, a la mirada humanista que realizaba a otros pueblos de México, donde especialmente manifestó sus intereses y preocupaciones del país. Deja ver en cada una de estas fotos, de este apartado, la modernidad en el México del siglo XX, la vida de la ciudad y sus rostros que, desde la periferia, constituyen una manera de entablar comunicación con nuestro presente.

Yo, el ciudadano —como se llama esta sección— expone la vida de los barrios bajos de la Ciudad de México, la desazón de los relegados y desprotegidos, la cotidianidad, la pobreza y la fe de una comunidad. Además del fotopoema, que despliega no sólo su virtuosismo en la fotografía, sino también en la letras.

Para López, esta faceta fue un reto hacia la mirada que estaba retratando, hacia la visión estética que tenía y al vínculo de amistad, como él le llamaba, con el pueblo, o con las personas retratadas. Entonces es un testimonio de la época, lo cual lo diferencia estéticamente de otros fotógrafos de ese tiempo, que tenían también ese trabajo, esa mirada y enfoque hacia ciertas geografías, pero en el caso de Nacho López tenemos sobre todo esa mirada humanista que tanto lo caracteriza.

Una parte interesante que ocurre con esta muestra es que las fotografías son impresiones que hizo el propio Nacho López. Podría platicarnos un poco más sobre esto.

Esto es un elemento importantísimo en la obra de Nacho López y que lo pueden ver en la mayoría de sus piezas hoy exhibidas. Algo que puntualiza mucho Alberto Tovalín, uno de los curadores de la muestra, es que Nacho, más allá del tabú, o de la ortodoxia que sí aplicaban fotógrafos como Henri Cartier-Bressón, que hablaban del momento preciso, el momento en que tú deberías estar para captar la imagen, y que desde ahí tendría que venir el concepto de la fotografía, pues Nacho López a la usanza a los viejos vanguardistas de los años veinte y treinta no desmitifica eso, pero va más allá.

Entonces Nacho recortaba las imágenes, las podemos ver desde cómo el mismo hacía sus foto-ensayos y los publicaba en revistas de aquel entonces, como la revista Mañana y la revista Siempre! Lo valioso de la exposición desde un punto de vista de información y de lectura de imagen es exactamente eso, el 99 por ciento de las imágenes que vamos a observar son imágenes impresas por Nacho López, lo que hoy se conoce como fotografías vintage, donde López hacía sus propios reencuadres; le gustaba mucho que las fotos, por ejemplo, tuvieran negros, pero sobre todo que fueran muy expresivas.

Los experimentos de Nacho

Por su parte, Arturo López, subdirector de la exhibición, nos ofrece su punto de vista sobre esta muestra de más de 235 piezas que nos permiten ver no sólo al fotógrafo de la ciudad y sus transeúntes, sino al interesado en capturar imágenes del mundo indígena, así como una de las etapas menos conocidas del artista, la experimental.

¿En la muestra Nacho López. Fotógrafo de México, encontraremos alguna faceta del artista poco conocida?

Desde el punto de vista del trabajo experimental que Nacho López hacía, se puede ver una serie nunca vista, se trata de la obra que realizó junto con el gran escultor mexicano Pedro Cervantes. Ellos trabajaban imágenes al alimón, detallaban el papel fotográfico, es un trabajo de grabado con exploraciones técnicas y con distintos elementos que producían una interacción entre sí.

Luego tenemos una cosa fabulosa en esta faceta experimental de Nacho López, que son las fotos que realizó sin una cámara fotográfica. ¿Cómo es eso?, Nacho siempre fue una persona muy innovadora, no nada más en el sentido estético sino también en la búsqueda de técnicas, por ello, en su interés por captar la luz y plasmarla, se sumerge en un lenguaje que no nada más dependiera de un aparato fotográfico, sino que capte la luz por medio de la sensibilidad del papel. Esto lo podemos ver en una serie que realizó por los años ochenta, la cual se llama Vasedactigrafía, que prácticamente consistía en que López se metía en su cuarto oscuro con bastantes copas con vaselina y empezaba, con ayuda de su esposa y amigos, a untársela por todo el cuerpo para luego recostarse sobre un papel fotosensible, y así salían sus fotografías sin cámara. Eso no se ha visto nunca, y eso lo presentamos aquí.

Una de las características del trabajo de Nacho López era no sólo hacer un registro de lo que observaba, sino provocar situaciones. Platíquenos sobre los performances publicados en la revista Siempre!

Estos trabajos son piezas clave en la obra de Nacho López, porque realiza series con fotografías construidas donde López, a manera de director de cine, dirigía a sus actores o modelos. Los ponía a posar en diferentes direcciones para hacer tomas de diferentes situaciones sobre la misma historia. De esa manera, López buscaba provocar acciones que a su vez generaría reacciones que retrataba. Es el caso de la serie “Cuando una mujer guapa parte plaza por Madero”, ahí pone a caminar a la bailarina de teatro Maty Huitrón por la calle de Madero del Centro Histórico. Los caballeros le lanzaban piropos, la miraban. Nacho López la va fotografiando, pero lo que quiere es la reacción de los espectadores. Una historia similar es la de “La Venus se fue de juerga por los barrios bajos” donde se ve a un hombre llevar un maniquí por la calle, por una pulquería, en el camión. Entonces, eran series que de alguna manera eran historias graciosas por un lado, y por el otro, estaban con una actitud continua de forma, de narrativa.

¿Cómo fue sumergirse en el acervo tan grande de Nacho López?

Nacho López es un artista muy basto, al principio se seleccionaron entre 400 y 500 fotografías, todas parte fundamental de la historia de Nacho López, pero finalmente tuvimos que descartar más del 60% justo para documentar una salida estética con el espectador de manera museográfica.

Te puedo mencionar que la Fototeca Nacional tiene más de 30 mil negativos, más de tres mil impresiones vintage, por supuesto, en el acervo documental y artístico de Nacho López que pertenece a su familia, es un universo enorme. Lo que se priorizó fueron los textos críticos que Nacho López publicaba en el diario Uno más Uno, porque Nacho López, aparte de practicar la fotografía, cine, la foto experimental, la foto etnográfica, la fotografía antropológica, era un gran docente. Por ejemplo, su paso por la Universidad Veracruzana es importantísimo, él sienta las bases para la primer licenciatura en fotografía en este país.

En esta muestra vamos a ver desde lo nunca visto de Nacho López hasta a un nuevo Nacho López para mucha gente. Considero que su trabajo es memoria, es decir es testimonio de la época, pero que sigue siendo presente. Queremos mostrarles a este personaje que incursionó en diferentes campos, en diferentes disciplinas, pero sobre todo que hay en la actualidad aspectos que profundizar sobre Nacho López, que finalmente nos dejó este legado, esta visión humanista en torno a la Ciudad de México como una de las protagonistas de su obra general.