Es cuestionable su endurecimiento

 

La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) anunció el miércoles pasado la homologación de todos los automóviles, así tengan calcomanía 0 y 00, motocicletas y transporte federal para no circular un día a la semana y un sábado al mes dentro del programa Hoy No Circula.

De acuerdo con la misma CAMe, es una medida emergente con la intención de reducir los niveles de ozono durante la temporada seca-cálida y el fenómeno llamado La Niña, el cual se refiere a una condición de falta de humedad y de mayor calor.

La OMS calcula que al año la contaminación atmosférica urbana provoca 1.3 millones de muertes en el mundo, las que se concentran sobre todo en habitantes de países con ingresos medios.

Asimismo, un estudio anual sigue ubicando la Ciudad de México como la “más dolorosa” a escala mundial como consecuencia de las condiciones de tráfico. El término “dolor” hace referencia al estrés que produce el aire contaminado que se respira, la pérdida de tiempo de trabajo y libre, lo que termina generando un mayor estrés que se traduce en malas condiciones de salud.

Ahora bien, es cuestionable el hecho de que con el endurecimiento del programa Hoy No Circula se logre reducir realmente la contaminación ambiental. Hay diversos elementos a considerar: en esta temporada el ozono se concentra más debido una alta radiación solar, intensa estabilidad atmosférica y poca humedad en el ambiente; el mismo cambio climático eleva la emisión de gases de efecto invernadero. El transporte público y de carga causa el 80% de la contaminación y éste está exento del programa, junto con el transporte híbrido y eléctrico, vehículos que operen con gas natural o LP, entre algunos otros; además de los fuertes efectos del sector industrial con la quema de combustibles fósiles.

Hay alrededor de 22 mil muertes al año en México asociadas con la mala calidad del aire según la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios, pero no se cuenta con un estudio que compruebe los niveles de contaminación producidos específicamente por el transporte privado. Por ello, esta implementación resulta irracional y, contrario a lo que se estipula, puede generar nuevas crisis medioambientales.

Probablemente se podrá disfrutar de menos tráfico al estar un millón 80 mil autos fuera de circulación diariamente, pero ello no compensa el que esta medida, de permanecer mucho tiempo, impactará en la venta de autos respecto a la renovación del parque vehicular. Los compradores no invertirían tanto en unidades nuevas y se aceleraría la demanda de seminuevos y de bajo costo. También se desincentiva la adquisición de vehículos con motores no contaminantes causando una menor inversión en tecnologías limpias.

De acuerdo con la ONU, para 2030 seremos 23.9 millones de personas en esta Ciudad de México y su zona metropolitana, y para ese año el parque vehicular aumentará considerablemente, por lo que no podemos continuar con políticas desasociadas y carentes de visión de largo plazo en cuanto a movilidad urbana, ni seguir abandonando las políticas de descentralización política y económica.

Presidente de Consultores Internacionales.