I never meant 2 cause u any sorrow

I never meant 2 cause u any pain

I only wanted 2 one time see u laughing

I only wanted 2 see u laughing in the purple rain

 

(Nunca quise causarte ninguna pena

Nunca quise causarte ningún dolor

Sólo quise verte reír alguna vez

Sólo quise verte reír en la lluvia púrpura)

Purple Rain (1984), Prince.

 

Llegó la lluvia, la lluvia púrpura, la que anuncia que perdimos otro ícono de la música. Esta vez se trata de Prince, ese músico que podía tocar, según sus propias palabras, más de 30 instrumentos. Ese guitarrista talentoso que podía tejer en una misma noche sonidos extraídos de James Brown, de Jimi Hendrix, de los Beatles. Ese compositor que sorprendió al mundo en 1984 con su obra magna, Purple Rain, con la que consiguió poner al mundo, un mundo donde Michael Jackson era el rey incuestionable, a sus pies.

Para quienes gustan de los datos concretos, Prince Rogers Nelson nació el 7 de junio de 1958 en Minneapolis, Minnesota y 57 años después escogió ese mismo lugar para morir. Las causas, aunque todavía no muy claras, apuntan a problemas pulmonares. Días antes fue internado luego de un aterrizaje de emergencia al agravarse su condición mientras viajaba en su avión privado, pero dos días después, dio un concierto para demostrar que se había recuperado. No fue así.

Para los demás, Prince nació siete años luego de su natalicio cuando compuso su primera canción. O tal vez su verdadero nacimiento fue en 1978, fecha en que se publicó su primer álbum, “For You”. El éxito llegó pronto, su Segundo disco “Prince” (1979) fue disco platino. A este siguieron discos como “Dirty Mind” (1980), “Controversy” (1981) y “1999” (1982), pero la crítica se empeñaba en catalogarlo como mejor guitarrista que cantante o compositor, hasta que llegó la grabación del legendario “Purple rain”, que fue también banda sonora de una película del mismo nombre, con la que ganó el Óscar en esa categoría y tres Grammys, además de vender más de 15 millones de copias tan solo en Estados Unidos.

Dos años después trató de repetir la formula con su disco “Parade”(1986) y la película “Under the Cherry Moon”, pero ambos terminaron en rotundo fracaso. A esto siguió una época de controversias y conflictos con su disquera, Warner, que propició poca promoción a sus proyectos y se intensificó a tal grado que modificó su nombre por problemas de derechos, presentándose primero sólo con un símbolo impronunciable, mezcla de los símbolos femenino y masculino, también conocido como Love Symbol.

Otras maneras de denominarse en ese periodo fueron The Artist y TAFKAP (siglas para The Artist Formely Known As Prince, el artista antes conocido como Prince, en inglés).

En 1992, en su disco “Symbol” lanzó una canción titulada “My name is Prince” con la que anunciaba su decisión de retomar su nombre original, aunque fue hasta la llegada del nuevo siglo, cuando finalizó su contrato con Warner, que lo pudo conseguir.

Esa época oscura en su vida se agravó con la pérdida de su esposa Mayte García y su hijo recién nacido Boy Gregory Nelson. Como parte de su leyenda y siendo un personaje eminentemente erótico, al ascender a la fama se le vinculó románticamente con figuras públicas de la talla de Madonna, Sherlyn Fenn, Carmen Electra, Susanna Hoffs (cantante de Bangles), Sheena Easton y Kim Bassinger, entre muchas otras.

Aunque nunca perdió su categoría de figura determinante, fue hasta 2004 que Prince retomó su lugar en el olimpo de la música al ingresar al Salón de la Fama del Rock & Roll y al UK Music Hall of Fame. Posteriormente, en 2007 presentó uno de los espectáculos más memorables en el medio tiempo del Super Bowl XLI, con una lluvia torrencial, marco perfecto para interpretar su icónica canción Purple Rain. Al año siguiente, con su tema “Future Baby Mama” se llevó el Grammy a mejor artista de R&B.

Prince grabó más de 37 discos y produjo éxitos para artistas como Sinead O´Connor, Tom Jones y Martika, entre muchos otros. Su figura revolucionó en la década de los 80´s la música afroamericana con el llamado Sonido Minneapolis. Su dimensión real y la trascendencia de su obra seguro seguirá creciendo al paso del tiempo.

Mientras tanto nos quedamos a la espera de escuchar en los ecos de lluvia algunas notas púrpuras de un tiempo que, en nuestro recuerdo, parecía ser mejor.