México es el país con más gordos en el mundo. La epidemia alcanza al 73% de los adultos y al 35% de los niños y adolescentes; El IMCO refiere que son más de 60.6 millones de personas, las que sufren esta condición, pero cierto es también que no les gusta ser o estar así, obesos.

Paradójicamente bajar los kilos ganados a fuerza de malos hábitos y consumo de alimentos ricos en grasas y calorías, los más sabrosos al paladar, no es tarea fácil; sí, suprimir el hambre y erradicar las costumbres hasta hereditarias, es casi impensable.

No se trata nada más de flojera para asumir nuevos roles cotidianos; al mexicano le cuesta trabajo romper con sus herencias y la gastronomía es sin duda una de sus raíces más arraigadas. Para el grueso de las personas obesas, lo ideal sería consumir lo que el paladar le pida y tener la capacidad de eliminar sin esfuerzo todas esas calorías.

De ahí que productos “alternativos” a la medicina alópata y sus promesas de milagros hayan cobrado el auge que hoy tienen, a pesar de que claramente son elaborados mediante cuestionados procesos que no respetan la norma sanitaria o bien, cuyo uso se asocia a otros problemas de salud.

Lo anterior ha obligado a las autoridades sanitarias en México a desplegar una vigilancia mayor en los establecimientos dedicados a la comercialización de dichos artículos y que sin ningún empacho difunden las “bondades” de sus productos, sin importar el riesgo a la salud que representan.

Productos como Alcachofa Vientre Plano, Gotas Milagrosas, Adelgaza sin Dieta, Curandero Chino, Gastricure y Colest Off, y otros relacionados a enfermedades vinculadas a la obesidad, como el Reumofan Plus Premium, Diabetil Extracto Fluido, Diabeda, fueron incorporados a la lista negra de los productos que no deben ser consumidos por la población debido al peligro que representa para la salud de las personas.

Hace unos días, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), anunció que en el primer trimestre del año, logró el aseguramiento de un millón 365 mil 262 piezas de los denominados “productos milagro”, que de manera engañosa prometían al consumidor propiedades terapéuticas inexistentes, y que estaban elaborados con ingredientes no permitidos por la ley.

Los productos antes referidos y otros como el Diabetil Extracto Fluido y el Diabeda, -gún remedios infalibles para la diabetes, una enfermedad íntimamente vinculada a la gordura-, son parte del decomiso logrado por las autoridades sanitarias.

La dependencia federal informó además que el aseguramiento sumó 6.4 toneladas de insumos y materia prima a granel; 129 mil 724 unidades de producto terminado sin etiquetar; 170 mil 232 etiquetas; 34 mil 437 pastillas a granel; 1.4 toneladas de envases y 31 mil 62 piezas de material publicitario.

Lamentablemente, la lucha contra los zares de los productos milagro parece no tener fin; las alertas por varios de estos productos datan de varios años atrás; más tarde la autoridad sanitaria en retirarlos del mercado, cuando los productores vuelven a llenar sus estanterías; de ahí que la respuesta social es determinante, si la gente sigue consumiendo estos productos sin investigar qué son o el riesgo que representan, no solamente no lograrán abatir sus lonjitas, sumarán además otros padecimientos igual de riesgosos para su salud.