El caso Panama Papers, ha causado revuelo a tal grado que ha empezado a crear versiones sobre el comportamiento delictivo y prepotente de los implicados. Marco Lara Khlar, periodista de investigación, catedrático de la UNAM y ex miembro del jurado del Premio de Periodismo Alemán Walter Reuter, señaló a Siempre! que esta filtración no debe tomarse a la ligera y, si por el contrario, debe manejarse de manera prudente, ya que se trata más de una sistematización de información que de una investigación real
Filtraciones del caso
“Las filtraciones obedecen a un interés de actores que están enfáticamente empeñados en usar ciertos aspectos de la realidad pero ocultan otros. Las filtraciones en realidad son sólo un componente de los que dependemos los periodistas y los medios para hacer nuestro trabajo, resultan inevitables en toda la tensión social o la confrontación de ideas de diversa naturaleza. Son entendibles e inevitables, sin embargo, hay que considerar que éstas no valen sino están manejadas editorialmente con transparencia, sino sirven para una investigación real y si sólo se publican haciéndolas pasar como si fueran una investigación.
En términos éticos y de responsabilidad social, el uso de filtraciones por parte del ejercicio periodístico, sólo es legítimo siempre que los contenidos se verifiquen y se pongan en contexto de manera adecuada y su origen se transparente de la mejor manera posible.
El problema es más bien saber si los periodistas o los medios publicamos filtraciones sin verificación, sin cruces, sin consultar a las personas mencionadas, entonces sencillamente eso no tendría veracidad y eso es el principal componente del periodismo.
Hay que hacer por lo menos el esfuerzo de explicitarlo al público, de visibilizar lo que documenta la filtración. Es inevitable que los actores afectados, reaccionen con enfado o se muestren hostiles al trabajo periodístico. En Europa ha habido casos, sobre todo, de derecho a la información y de libertad de prensa que se han establecido en el nivel jurisdiccional. Casos en que el interés publico priva sobre el privado o corporativo, habida cuenta de que esa información no es relativa a la intimidad o privacía de las personas, sino a la disposición de fondos que podrían ser públicos.
En el caso de Panama Papers, la mayoría son personajes públicos y tendría que ser el ámbito jurisdiccional el que debe determinar si se violaron o no ciertos tipos de derecho asociados a la integridad personal u otros.
Lo más interesante de esta coyuntura es que, en caso de que se detonen procesos judiciales, sea el órgano jurisdiccional de los países mencionados, el que determine por un lado la ilegalidad o la legalidad en el comportamiento y en el proceder de los actores mencionados. Por otra parte, dictaminar si se afectaron sus derechos por ejemplo, el secreto bancario u otros derechos que reclamen y determinar si pesa más el interés público, es decir, el derecho que tenemos los ciudadanos a saber el comportamiento de los actores públicos, habida cuenta de que podrían estar implicados recursos públicos.
Responsabilidad del despacho panameño Massock Fonseca
Eso lo tendrán que determinar los jueces, lo cierto es que estamos en un época en que los medios digitales y recursos disponibles en la web hacen que los flujos de información se intensifiquen, que circule información a la que antes no se tenía acceso.
Si los documentos fueron sustraídos de manera ilegal, tendrá que seguir su propio curso legal, sus implicaciones en el ámbito judicial y jurisdiccional. Por otra parte, insisto en que según dejan ver estos documentos, se trata de operaciones cuestionables éticamente, en algunas casos, y legalmente en otros.
También dejan ver las posibilidad de corrupción o de uso indebido de recursos públicos tanto por parte de servidores gubernamentales como familiares. Se ve que hay tráfico de influencias y prácticas en algunos casos delincuenciales, que deben desahogarse en procesos del orden penal.
Papel de los periodistas
Algo que tiene que ver con la preocupación y el debate social en el gremio periodístico es que no percibo que esta filtración se haya publicado como una investigación, sino como una sistematización de información. En lo que toca al trabajo de los periodistas y los medios, tendría que tener continuidad necesariamente, es decir, una vez que pase la coyuntura y el escándalo se debería transitar periodísticamente hablando a la verdadera investigación en los casos donde sea posible y a los procedimientos penales que se sigan. En virtud de la magnitud del desafío, del manejo de esta cantidad de información, era inevitable que lo que se ofreciera fuera más una sistematización de información filtrada y no una investigación real.
Algo que llama la atención es que pareciera que el periodismo de autor está en extinción y lo que tenemos es un periodismo de redes donde las organizaciones de periodistas y los medios se articulan con la sociedad civil para generar dinámicas que permitan que el público ejerza su derecho a la información. Es un tema complejo que implica que en todo caso nadie debe quedar impune, es decir, si la filtración tiene implicaciones legales, se trata que actuar en el marco de las leyes. Si los servidores públicos ahí mencionados violaron las leyes de su país o evadieron impuestos, cometieron delitos, se apropiaron de erario público, pues deberán tener una consecuencia legal, de lo contrario no habrá servido de nada y se convertirá en otro escándalo más.

