Es muy importante impulsar el balance de la vida laboral, personal y familiar dentro de cualquier organización, sea esta pública o privada, sin descuidar las actividades en el trabajo, ha publicado en su blog la Secretaría de Relaciones Exteriores encabezada por Claudia Ruiz Massieu.

Para eso se creó en 2013 el Programa para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Secretaría de Relaciones Exteriores  2013-2018 que contiene objetivos, estrategias y acciones específicas para seguir avanzando en el empoderamiento de las mujeres. De este ente poco se sabe.

De acuerdo a la publicación de la secretaría de Estado, es prudente, que lo anterior puede conseguirse mediante la implementación de políticas y esquemas que compatibilicen la jornada de trabajo con actividades de desarrollo personal, de cuidados familiares y labores domésticas.

Considera que de igual manera, se debe fomentar la corresponsabilidad entre mujeres y hombres al atender las necesidades familiares, por lo que se promueven asimismo los derechos  de los trabajadores mediante el Acuerdo de Licencia de paternidad y adopción.

Señala incluso, que las Salas de Lactancia son espacios adecuados e higiénicos para que las madres puedan cumplir con su función biológica de extraer, almacenar y conservar  la leche materna, que contribuirá a disminuir la desnutrición, morbilidad y mortalidad infantil y mejorará su salud.

Y es que la situación que viven las mexicanas, mujeres y niñas, impuso la insoslayable tarea de diseñar políticas públicas de corto, mediano y largo plazo dirigidas a combatir las causas históricas y estructurales que impiden y obstaculizan su desarrollo al limitar, segregar, discriminar o excluir a las mujeres en muy diversos ámbitos, y con ello la participación de más de la mitad de la población mexicana en el desarrollo.

Por eso se intenta garantizar desde hace tres años el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y las niñas como uno de los compromisos prioritarios del gobierno federal, que ha considerado que sólo con su pleno cumplimiento es posible alcanzar las potencialidades que tenemos y se logrará el crecimiento y el bienestar al que se aspira.

Desde su decreto, el PND asumió el compromiso de impulsar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, como parte de su estrategia para que México alcance su máximo potencial.

“Sólo así el país podrá aspirar a ser un país democrático y participativo, y será posible alcanzar las cinco metas nacionales que el Gobierno de la República se ha propuesto: la de un México en Paz, un México Incluyente, un México con Educación de Calidad, un México Próspero y un México con Responsabilidad Global. Para ello, la contribución de las mujeres en todos los ámbitos, sin discriminación y bajo el eje rector de la igualdad sustantiva, es indispensable”, cita el documento oficial.

En el PND se afirma: “Es inconcebible aspirar a llevar a México hacia su máximo potencial cuando más de la mitad de su población se enfrenta a brechas de género en todos los ámbitos. Éste es el primer Plan Nacional de Desarrollo que incorpora una perspectiva de género como principio esencial. Es decir, que contempla la necesidad de realizar acciones especiales orientadas a garantizar los derechos de las mujeres y evitar que las diferencias de género sean causa de desigualdad, exclusión o discriminación.”

El PROIGUALDAD obedece a la obligación señalada en el PND de contar con una estrategia transversal de perspectiva de género en todos los programas, acciones y políticas de gobierno; esto significa que en los programas sectoriales, especiales, institucionales y regionales que elaboren las dependencias de la Administración Pública Federal estarán explícitas la perspectiva de género y las acciones afirmativas (concebidas como medidas efectivas, caracterizadas por su dimensión temporal que inciden en la reducción de las desigualdades) que permitan reducir las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres.

Es, sin duda, el compromiso más amplio asumido por un gobierno para incorporar a las mujeres de lleno en la vida nacional; es la estrategia que le permitirá al gobierno federal incorporar en la planeación y programación nacional las necesidades de las mujeres y las acciones que permitan el ejercicio de sus derechos; derechos que tienen un rango constitucional y que se encuentran explícitos en: la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley General de Víctimas, entre otras.

El PROIGUALDAD también responde a los compromisos suscritos por el Estado Mexicano en el marco de las convenciones y los tratados internacionales: particularmente, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém Do Pará).

Es por ello que el propósito fundamental del programa es alcanzar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, en un marco de respeto irrestricto a los derechos humanos de las mujeres y las niñas, y en un contexto de democracia participativa, utilizando para ello la planeación, programación y presupuesto con perspectiva de género, con el fin de contar con políticas públicas centradas en reducir las brechas de desigualdad que actualmente se observan entre mujeres y hombres.