[gdlr_text_align class=”right” ][gdlr_heading tag=”h5″ size=”26px” font_weight=”bold” color=”#ffffff” background=”#FA5858″ icon=” icon-quote-left” ] El despertar de la sociedad civil es una urgente necesidad, porque una auténtica democracia va más allá del ejercicio electoral.
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México nos necesita a todos

Es muy preocupante conocer que muchos de los crímenes más violentos son perpetrados por agentes policiales, por aquéllos en quienes deberíamos confiar como los guardianes de nuestra seguridad. Las corporaciones policiales de todos los ámbitos están infiltradas por criminales y delincuentes organizados (y desorganizados), altamente capacitados para el uso de la violencia y con acceso a información privilegiada sobre la vida de los ciudadanos.

A pesar del avance en el cumplimiento de algunas de las acciones del gobierno contra la corrupción y en materia de seguridad aún no se perciben cambios en la impunidad y sigue habiendo una corrupción que penetra en todas las estructuras; mientras que las reacciones de la sociedad, sobre todo en las redes sociales, han sido cada vez de mayor impacto y promueven cada vez con mayor intensidad el despertar de la conciencia ciudadana por asumir de una vez por todas la conducción del país hacia mejores tiempos de paz y bienestar.

La impunidad es la causa de nuestra inseguridad, no es aplicando la pena de muerte ni elevando la pena de prisión a perpetuidad como se va a terminar con la violencia y los crímenes, no, lo que se debe hacer es aplicar la ley en su verdadera dimensión y romper con la cadena de complicidades y corrupción que existe a lo largo del sistema de justicia que propician la impunidad, desde que se tiene conocimiento de la comisión de un delito hasta lograr la sentencia y el castigo justo para quien comete un delito.

Las autoridades de procuración de justicia y las policías deben comprometerse con el respeto de la dignidad humana de las personas, esencialmente con el respeto a la vida y a la integridad física de las personas. Su misión ineludible es proteger a todos los ciudadanos.

El despertar de ese gigante que es la sociedad civil es una urgente necesidad, porque una auténtica democracia va más allá del ejercicio electoral; supone una participación real de los ciudadanos en las grandes decisiones del gobierno. Sólo mediante el ejercicio de un verdadero gobierno democrático se consigue una mayor participación de todos los sectores de la sociedad en la vida política, con objeto de promover la justicia social, luchar contra la corrupción y atacar de raíz las causas de la marginación. La participación de la sociedad civil en la elaboración de políticas públicas de Estado lleva a la apropiación del país, a que sintamos que México nos pertenece, y que somos capaces de transformarlo.

El gobierno —en su sentido lato— debe propiciar el fortalecimiento de la sociedad civil e impulsar la participación ciudadana en el desarrollo de las políticas públicas como dos propósitos de Estado, informar a la sociedad civil, consultarla y promover su participación activa en los programas gubernamentales. Estas acciones son la esencia de las nuevas formas de gobernar y de administrar; porque no hay duda de que la colaboración de la ciudadanía y sus organizaciones son invaluables cuando se busca garantizar la pertinencia, la eficacia y la eficiencia de las políticas públicas; estamos constatando que la supervisión de la sociedad es la mejor aliada contra la corrupción y la impunidad.

En México, tenemos que construir una verdadera gobernabilidad democrática, la mayoría de los ciudadanos percibe con claridad que hay canales de participación y representación para expresar todas las demandas, y que esos canales son reales, se escuchan todas las preocupaciones que se expresan. Podemos observar que en la actualidad el rol que tiene la sociedad civil ante la formulación de políticas públicas es muy importante. La sociedad cada vez asume con mayor intensidad el papel de ejercer presión sobre los diversos actores políticos para que el gobierno cumpla con sus obligaciones elementales de garantizar la vida, la integridad física y el patrimonio de los ciudadanos, así como otorgarles seguridad jurídica, esto es vivir en un auténtico Estado de derecho.

Recordemos que el resurgimiento de la sociedad civil en la década de los años ochenta del siglo pasado hizo posible por la vía pacífica la liberación de los países del centro y del este europeo, esas transiciones se dieron gracias a la participación decidida de los ciudadanos. Cuando tomemos conciencia del verdadero poder de la sociedad civil organizada, podremos realizar los cambios necesarios y urgentes que requerimos para terminar con la corrupción y la impunidad.

Como ciudadanos propongamos soluciones, dejemos la apatía, denunciemos la corrupción y la impunidad, elevemos nuestra voz que, unida a la de todos los ciudadanos que amamos México y que queremos un mejor futuro para nuestros hijos, nos permitirá seguramente concretar los cambios que el país necesita. México nos necesita a todos.