Entrevista a Javier Castrejón | Coordinador de Bibliotecas Personales/BM | Exclusiva Siempre!

Entrar en la casa de Carlos Monsiváis, por los rumbos de la colonia Portales, era una forma de integrarse a su universo: caos dentro de cierto orden, gracias a sus múltiples intereses y pasiones. Lo mismo encontrabas autores de la diversidad sexual dialogar con pintores, que liberales del siglo XIX mirarse con los novelistas norteamericanos. Habitaban al igual Oscar Wilde, que Francis Bacon, Renoir, así como los impresionistas y el muralismo mexicano en su mejor colección sobre pintura, escultura, arquitectura y fotografía. Sin embargo, toda esa atmosfera libresca y hemerográfica tuvo un nuevo destino desde finales de 2012, luego de que pensara en poner al alcance de todos el acervo cultural del escritor, a partir de la transcendencia de su figura en el México contemporáneo.

Ubicada en una crujía del ala poniente de la Biblioteca de México, la biblioteca personal Carlos Monsiváis es una ciudad de 97 edificios (libreros) diseñada con un concepto íntimo y urbano, que resguarda más de 24 mil volúmenes, entre los que se destaca su colección con obras que abordan temas que actualmente se discuten en el siglo XXI, como la tolerancia sexual y religiosa, la participación, la ecología, el narcotráfico y movimientos sociales e indígenas. Así lo señaló en entrevista exclusiva para Siempre! Javier Castrejón, coordinador de Bibliotecas Personales.

Añadió que en el fondo bibliográfico también se encuentran ejemplares en donde se muestra la vinculación del autor de Apokalipstic con la Ciudad de México, de la que no sólo era un apasionado, sino un contador de sus historias; un habitante fascinado por la ciudad y por su gente.

Por sus libros hablará su espíritu

¿Por qué se decide la adquisición de la biblioteca Carlos Monsiváis?

Deciden adquirir la biblioteca de Carlos Monsiváis principalmente para que esté al alcance de México y todo el mundo, y darle a los nuevos usuarios la posibilidad de formar capital humano, democratizar el conocimiento y acceder a una estructura de pensamiento como la de Carlos Monsiváis, porque como dicen por ahí “por los libros que tuvo Monsiváis hablará su espíritu”.

¿Cuáles fueron los criterios que se tomaron en cuenta para adquirir la biblioteca?

Hay que considerar uno básico —y esto se aplicó para adquirir cada una de las cinco bibliotecas personales—, que es recordar que son grandes protagonistas y testigos de las letras mexicanas, y en esta colección de manera muy particular vamos a encontrar justamente el rescate que tiene la Biblioteca de México sobre todo de la cultura popular que, como cronista que fue Carlos Monsiváis, se convierte en un parte aguas para abrir brecha particularmente en las minorías cuando no tenían voz; cuando Carlos a través de lo que escribía, de lo que hablaba, de las conferencias que dictaba, en todas las causas sociales que participaba le daba voz a esas minorías. Estamos hablando de las minorías no sólo étnicas, sino también estas minorías sexuales que no tenían una presencia en el contexto de la sociedad.

En sus inicios comentaba que él profesaba la religión protestante y fue acosado en la primaria por este hecho, incluso le decían “que pase al pizarrón el Aleluya”, ¿a qué voy con esto?, a que Monsiváis desde pequeño siente en carne propia esta parte de no poder entender a la otra parte con una forma de pensamiento diferente. Por ello Monsiváis indudablemente intenta siempre abrir esta brecha para que todos estos temas logren tener presencia y provocar ser más tolerantes con ellos.

¿Qué encontramos en el espacio de este grande de la literatura mexicana?    

Lo que vamos a encontrar es el mapa cultural del siglo XX, a través de los temas que Carlos Monsiváis aborda en los diferentes contextos sociales, económicos y políticos en los que le toca vivir, y que se plasman en esta gran colección, en los referentes que van a formar a este gran intelectual mexicano. Y en esta parte precisamente —en el inicio de la biblioteca— vamos a encontrar todo lo que tiene que ver sobre México, la pintura y la historia, pero, sobre todo, vamos a encontrar una de sus grandes colecciones sobre los cómics. Él fue uno de los primeros traductores que hacen los cómics en español, junto con Sergio Pitol. En esta esplendida colección vamos a encontrar desde las primeras historietas que hay en México, hasta los últimos que él coleccionó. Tenemos casi toda la colección completa de La Familia Burrón y Memín Pinguín, y algunos otros que hicieron historia justamente en la formación de los primeros lectores en el México de los años cincuenta, hasta los ochenta.

El tema gay

Algo muy interesante que vamos a hallar también son los temas que son difíciles de encontrar en los contextos actuales, sobre todo de diversidad sexual; tenemos un estante en donde hay cerca de 500 obras que tocan este tema. Entre ellos, los primeros libros que hablan abiertamente sobre el tema gay, de los primeros que se atreven a abordar esta temática, así como parte de las publicaciones que realizó Martha Lamas sobre el tema, y que es parte de la esplendida colección que tiene Monsiváis.

Otras de sus grandes pasiones fueron los temas sobre política, que considero que Carlos Monsiváis fue como la piedra en el zapato de todos los que llegaron al poder, porque desde una óptica objetiva, crítica y propositiva iba diciendo los detalles que el visualizaba en el ejercicio del poder, sobre todo en México desde en los años sesenta en que empieza a incursionar y hacer critica política, hasta que fallece.

¿Cómo está organizada la biblioteca, sobre todo cuando a Monsiváis se le consideraba un caos en el orden y sólo él sabía dónde se encontraba cada uno de sus libros?

Cuando hace el diseño de este espacio, el arquitecto Javier Sánchez lo que busca es mimetizar en función en cómo estaba la colección en casa de Carlos Monsiváis. Ustedes pueden apreciar de alguna manera ese caos con orden que él tenia, ya que ordenaba la colección conforme a su retentiva; Monsiváis siempre mencionó que tenia un gran bibliotecario, que era su memoria.

Hay una anécdota muy interesante donde Carlos Fuentes escribe que cuando, en París, presenta a Carlos Monsiváis con Pablo Neruda, Monsiváis le recita parte de una de sus obras, lo cual Neruda se queda sorprendido porque no le falta ni una sola palabra de su obra; ahí el mismo Pablo reconoce esa memoria privilegiada que tenía Carlos Monsiváis.

Si no mal recuerdo Monsiváis leía cerca de doscientas paginas diarias, y veía siete películas a la semana, por lo que Carlos Monsiváis, además de conservar esta gran colección, refleja esta memoria del siglo XX con todos estos personajes que fueron protagonistas y testigos no sólo de las letras mexicanas, sino también de la historia de la política y de los medios de comunicación.

Tapices y cenefas de Toledo

Por otra parte, como lo mencioné al principio, el arquitecto siempre tuvo en la mente que los usuarios que visitaran la biblioteca se sintieran como estar en casa, en la biblioteca tal cual de Monsiváis. Por lo que vamos a encontrar plasmada la obra artística de uno de sus grandes amigos, Francisco Toledo, quien hace 59 cenefas estilo art decó —instaladas sobre el piso—, que nos acompañan durante todo el recorrido y en donde no podía faltar su vínculo con su gran compañero de vida: el gato.

También se pueden apreciar dos tapices que hizo de lana el artista oaxaqueño, y que recrea otras de las grandes pasiones de Monsiváis: la lucha libre. Monsiváis comentaba que la lucha libre se asemejaba a una de las mazmorras de la Santa Inquisición porque reflejaba la catarsis que siente una sociedad que va y se despresuriza en un afán de sacar ese estrés y esa parte de los problemas cotidianos que va teniendo en la semana. Es así como vamos a ver en este recorrido no sólo la amistad entrañable con Francisco Toledo, sino también un poco de la formación que tiene Carlos Monsiváis, de los temas que leyó, vivió y realizó.

De todo el gran acervo que guarda esta biblioteca Carlos Monsiváis, ¿qué libros o colecciones son pocos conocidos, y que quizá sea el único lugar donde hoy los podemos descubrir?

Dentro de las rarezas que vamos a encontrar hay un libro editado por Carlos Monsiváis que es poco conocido, y que incluso en alguna ocasión, cuando buscábamos antecedentes, no lo encontramos, se titula Principados y potestades; es una edición fuera de comercio que fue destinada exclusivamente a los favorecedores y amigos con motivo a las festividades de fin de año para la Casa Madero.

En este compendio, llama la atención una crónica que hace Monsiváis sobre la representación de la ópera rock Hair en el Teatro Acuario, en Acapulco, en enero de 1969, pues refleja un poco el contexto de los años sesenta, principios de los setenta, haciendo una especie de diccionario de lo que se denominaba la “literatura de la Onda”, que es una recreación bastante interesante en donde plasma un poco la nueva forma de hablar de los jóvenes sobre todo de aquella época, con lo que Carlos abre estas nuevas modalidades dentro de las letras mexicanas.

Refleja el caos urbano de la ciudad

La Ciudad de México fue un elemento fundamental para la inspiración de la obra de Monsiváis. ¿Qué parte del contexto del ensayista encontramos en este fondo bibliográfico?

La relación del escritor con la ciudad se toma como segundo eje rector del proyecto del arquitecto Sánchez. Estos identificativos se interpretan y se plasman en un espacio que genera un recorrido direccionado por medio de bloques —estantes de diferentes altura—, presentando distintas alternativas en tres dimensiones. Es decir, lo que hace es que, en lugar de visualizarlos como estantes, se trata de ver edificios, reflejar el caos urbano que hay en la Ciudad de México, por lo que la biblioteca justamente está en ese tenor. Aquí podemos apreciar algunas perspectivas de algunos multifamiliares sobre todo de Tlatelolco, y el movimiento del 68, que es uno de los temas que aborda ampliamente Carlos Monsiváis.

También en este caos urbano, en este laberinto urbano que presenta este espacio arquitectónico vamos a encontrar esa parte que tiene que ver con lo marginal; por ejemplo, el arquitecto desde nuestro punto de vista trató de hacer un callejón, un bar, una vecindad que es donde se encuentra parte de los temas que hemos comentado al principio sobre diversidad sexual y que de alguna manera nos van a hacer sentir esta presencia de lo que fue en vida Carlos Monsiváis.

Otro tema que se recrea en esta parte de la biblioteca, y que concierne especialmente al estante más alto, es el gusto de Monsiváis sobre el cine. Monsiváis era un cinéfilo, le gustaba invitar a su casa a sus amigos para ver películas. Aquí podrán encontrar una importante colección de obras sobre ese cine mexicano al que Carlos tuvo gran pasión, de ese gusto por lo popular, de esas barriadas donde él había crecido, de esos cines que ya habían desaparecido. Esos grandes templos del celuloide como él los llamaba.

Realmente aquí abarcamos ante todo al ser urbano que fue Monsiváis; él describió con gran agudeza el acontecer citadino con recursos muy variados, desde el análisis histórico crítico hasta la metáfora irónica o el elogio y la burla. Esa mirada certera de Monsiváis hacia las singularidades de la ciudad más caótica y peculiar del mundo quedó expresada en cada uno de sus textos, capaces de llevar hasta al lector más avezado por caminos inimaginables.

Ajonjolí de muchas causas sociales

Se dice que de las cinco bibliotecas, la biblioteca Monsiváis es la más visitada. En su opinión, ¿por qué se sigue buscando en la actualidad el pensamiento de Monsiváis?

Efectivamente es la más visitada sobre todo porque fue el ultimo bibliófilo de los cinco que muere, pero también porque Monsiváis fue el que más estuvo presente, es decir, alguien por ahí en turno decía que era el ajonjolí de muchas causas sociales, incluso dentro de las anécdotas que se han contado en esta biblioteca se dice que a todo lo que se le invitaba decía que sí, ya sea para alguna presentación o para dar una conferencia, de repente estaba en un lugar y luego aparecía en otro, casi simultáneamente, porque él nunca dijo “no”. Era un hombre muy sencillo, a todos los que se acercaba a él nunca les negó un dialogo, un saludo.

Este acervo contiene muchos temas de actualidad, entre los que podemos destacar la sección de crimen organizado, del génesis del narcotráfico. También podemos destacar la sección sobre medios de comunicación que él criticaba mucho también, tanto los oficiales y los no oficiales. Otra es la esplendida colección de fotografía de los diversos temas, como pintura y muralismo, que siguen vigentes y muy del agrado de los visitantes.

Cada rincón de esta biblioteca personal Carlos Monsiváis nos da posibilidad de vivir la famosa articulación de tejido social que se recrea y se forma. Es una biblioteca publica que contribuye mucho a hacer esta labor social.

En sí toda la Biblioteca de México es un recinto arquitectónicamente hermoso, y la arquitectura de cada uno de sus espacios, de cada una de las bibliotecas personales, así como las colecciones que albergan estas bibliotecas, son extraordinarias. En este sincretismo que se da en este espacio publico, es una delicia transitar por él, ya que hace este binomio tan importante para la sociedad. Cabe señalar algo muy interesante, estamos viendo que se acerca mucho joven en estos espacios, a nosotros nos llena de gran satisfacción poder atenderlos porque tenemos también una parte importante: cuando cruza el umbral un usuario en estas bibliotecas, para el bibliotecario —que es alma de la biblioteca— se convierte en el centro del universo. Tratamos de darle una atención integral, cordial, una bienvenida. El mismo usuario nos comenta que es de su agrado venir porque les damos un trato diferente, consideran que es una biblioteca que se puede considerar de primer mundo.