Como buen país de gordos, México es uno de los principales consumidores de bebidas embotelladas en el mundo, lo que deriva en una producción anual de más de 800 mil toneladas de Tereftalato de Polietileno, mejor conocido como PET por sus siglas en inglés, uno de los principales enemigos del medio ambiente que tarda siglos en destruirse.

De esas toneladas de desperdicios plásticos, hasta el 2015 de acuerdo a datos de la Semarnt, sólo el 15 por ciento de ellas era reciclada, pese a la enorme necesidad que prevalece de darles algún uso ante el grave riesgo ambiental y social que representan, y es que el PET es además, una de las principales causas de las inundaciones en temporada de lluvias.

Lamentablemente, en materia de reciclado no hay un sistema real que garantice la recolección de este material, se carece pues de una estrategia en las comunidades, ni se fomenta la separación de los desechos en los hogares y tampoco se incentiva a las empresas a crear centros de acopio, a pesar del beneficio económico que representa.

Por sus características físicas, el uso que se le puede dar a este tipo de material es muy variable a partir de su reciclaje; pero, pese a ello, la práctica sigue siendo poco socorrida en los tiempos actuales, de ahí que cuando un grupo de estudiosos descubre un nuevo uso para las miles de toneladas que se producen de ese desperdicio, la noticia debe ser difundida y aplaudida.

Así sucedió en Morelia, donde estudiantes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo: Mario Alberto Lucatero, Alejandro Durán, Lucio Martín, José Alberto López y David Moreno, desarrollaron un calentador solar de uso doméstico, a base de botellas de PET.

La Casa de Hidalgo ha difundido que este proyecto ya fue presentado a las autoridades del estado y que ya se habla de un proyecto social que podría contar con el apoyo gubernamental para la fabricación de mil unidades que serán distribuidas en comunidades marginadas.

Durante la demostración del calentador ecológico, se informó que para la elaboración del mismo se utilizan botellas de PET de 600 ml., tubos de CPVC, un bidón de plástico, unicel, plástico de invernadero, malla de sombra y segmentos de manguera.

Los estudiantes no serán quienes elaboren directamente los calentadores, sino que serán los guías para que integrantes de comunidades marginadas fabriquen sus propios aparatos.

Las bondades y beneficios de este calentador, que se encuentra en fase de prueba, resaltan frente a las características de un calentador solar comercial con las mismas capacidades:

Un calentador comercial igual al que fabrican los estudiantes nicolaitas, cuesta en el mercado alrededor de 2,500 pesos, mientras que este modelo tiene un costo aproximado de 750; rinde el uso diario para una familia conformada con cuatro miembros, con un tanque de 80 litros de agua, logrando una temperatura entre los 30 y 42 grados centígrados, temperatura que cumple con la Norma Americana para calentadores de baño que oscila en los 40 grados centígrados.

En el taller de capacitación en el aprovechamiento de energías renovables, donde se desarrolló este calentador, el cual fuedirigido a alumnos de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la UMSNHparticiparon 30 estudiantes, los cuales ahora replicarán el curso en varias comunidades de alta marginación, para fabricar calentadores solares para sus viviendas, coadyuvando así a su calidad de vida, al tiempo que se difunde una cultura de reciclaje y producción de energía limpia. ¡Aplausos!